Un tema interesante para abordar desde el lugar de observador, tiene que ver con cuestionarse acerca de ¿Cuál es el origen? ¿La secta hace al líder, o el líder hace a la secta? Ésta es la pregunta con la que el experto argentino en sectas Alberto Miguel Dib inicia el artículo que les ofrecemos íntegro a continuación, por gentileza del autor.
Así, podemos repasar algunos de los nombres más destacados para hacernos un cuadro mental acerca de qué estamos hablando y mencionar a: Sun Myung Moon (Iglesia de Unificación); David Koresh (Branch Davidians); Shoko Asahara (Verdad Suprema); Sai Baba; Marshall Applewhite (Heaven’s Gate); Bhaktivedanta Prabhupada (Hare Krishna); Guillermo Romeu (Radar-1); Anton Sandor La Vey (Iglesia de Satán); Juan Unger (Las 7 Reinas); David Brandt Berg (Los Niños de Dios / La Familia); y otros tantos…
Ahora bien, para poder responder a la pregunta inicial, se nos impone en primer término intentar descubrir de qué hablamos. ¿Cómo se hace un líder sectario? Pues bien, un hecho curioso es que no necesariamente se trata de personajes “fabricados” ad hoc sino que, por el contrario, surgen a partir de una patología particular que, con el tiempo, se puede identificar fácilmente en todos ellos.
Hace tiempo ya, he tenido la oportunidad de trabajar con excelentes profesionales de la salud mental, como fue el Lic. José María Baamonde, o como son la Lic. María Lourdes Molina y el Lic. Alejandro Farinelli. Todos coincidían en señalar que, a partir de analizar los discursos, libros y doctrinas de los distintos líderes sectarios, podía inferirse en ellos una psicopatología particular denominada Psicosis Esquizoparanoide. Al decir de los profesionales, esta patología se conforma a partir de tres elementos fundamentales que son:
- La Megalomanía: Es un estado psicopatológico caracterizado por delirios de riqueza, poder, u omnipotencia, asociado a delirios de grandeza y una obsesión compulsiva por tener el control de todo. Tiende a ver situaciones o a imaginarlas de una forma tan creativa que solo él termina creyéndoselas, y las puede emplear para manipular sentimientos y situaciones de cualquier tipo. En definitiva, encierra una aspiración al poder, por el poder mismo.
- El Delirio Místico: El personaje en cuestión afirma ser un ángel, un extraterrestre, Dios mismo o un enviado de El. Asimismo, en determinadas situaciones puede pretender que “recibe mensajes” de Dios y/o la Virgen María, o bien que “canaliza” mensajes de los “Maestros ascendidos”, espíritus o extraterrestres.
- El Delirio de Influencia: Visto lo antedicho, su capacidad para “salvar” a quienes no recibieron o no entendieron el “mensaje” es frecuente en el discurso y doctrina de estos personajes.
Por otra parte, el elemento paranoide actúa en cuanto el individuo tiene sensaciones angustiantes, como la de estar perseguido por fuerzas incontrolables o ser el elegido para una alta misión, como la de salvar el mundo. Al decir del manual DSM IV, la paranoia es un trastorno de tipo crónico, con mayor o menor virulencia ocasional, que se presenta mayormente en individuos de personalidad orgullosa, ególatra y desconfiada. Finalizando esta observación, podemos citar al psiquiatra español Enrique González Duro que, en su libro La Paranoia (1991), señala: “El pensamiento paranoide es rígido e incorregible: no tiene en cuenta las razones contrarias, solo recoge datos o signos que le confirmen el prejuicio, para convertirlo en convicción”.
Es aquí donde aparece una clara característica sectaria que es el “eleccionismo o salvacionismo”. Es decir, creen ser los únicos elegidos por Dios, los ángeles o los extraterrestres, llegado el Día del Fin del Mundo o la invasión desde otras galaxias…
Ahora bien, podemos contextualizar cada uno de los aportes antedichos, señalando como ejemplo a un líder sectario, no muy conocido de la República Argentina.
El 12 de Enero de 1998, se suicidó Guillermo Claudio Romeu (nacido en 1957), líder del movimiento platillista-contactista denominado RADAR-1. Brevemente diremos que Romeu, en su infancia, transitó los salones de la espiritista Escuela Científica Basilio, para pasar en su adolescencia por la Iglesia Mesiánica Mundial, japonesa, de corte sintoísta. A inicios de la década de los años 80’s participó, por poco tiempo, de la experiencia neo-pentecostal del pastor Héctor Aníbal Giménez (Ondas de Amor y Paz) actuando como pastor y que recaló años después en la FICI (Fundación Instituto Cosmobiofísico de Investigaciones), buscando saciar su curiosidad por el fenómeno OVNI. Pero al ser expulsado de la FICI, en 1986, fundó el “Comando Ashtar” al que luego rebautizó como “Fundación Ashtar”, temiendo ser confundido con un grupo terrorista.
En 1991, Romeu comenzó a reinterpretar determinados acontecimientos y la “fundación” se convirtió en RADAR-1. Lo novedoso de este emprendimiento radicaba en su postura milenarista en la que planteaba una distorsión de creencias básicas de cristianismo mezcladas con una ufología sui generis a punto tal de sostener la existencia de un Gobierno Mundial que negoció en secreto con los Grises (así llamaba a los extraterrestres) la entrega de cobayos humanos para fines alimentarios; o que la Bestia 666 va a implantar biochips en el cuerpo de sus seguidores; sumado a la promesa de la Segunda Venida de Cristo que, en vez de venir en una ‘nube’ llegará en una ‘nave’ para arrebatar al Cielo a los elegidos.
Ese mismo año, habían comenzado a acopiar armamento pesado y tecnología de punta en su templo de Boulogne, Provincia de Buenos Aires, donde emplazaron tambores con alimentos no perecederos en zonas estratégicas a fin de prepararse para el Fin de los Tiempos. Por ello, para no despertar sospechas, decidieron enmascarar sus actividades inscribiéndose en el Registro Nacional de Cultos, bajo la denominación “Iglesia Evangélica Manantial”, la cual obtuvo su comprobante de inscripción bajo el número 2975. Presuntamente, esto fue como consecuencia de los problemas ocurridos en Curitiba, Brasil y en nuestro país, con el movimiento LUS (Lineamiento Universal Superior) de Valentina de Andrade.
A partir de 1992, las expectativas de Romeu se radicalizaron ya que para el fin de los tiempos creía que se enfrentarían a los Guerreros o los Grises, “una raza alienígena de conciencia negativa”, tras lo cual esperaban ser rescatados “por las naves de los ángeles comandantes que estarían bajo el mando de Nuestro Señor Jesucristo y la Confederación Galáctica”.
Con estos antecedentes, llegamos al día 12 de enero de 1998 en que su hijo mayor cumplía 8 (ocho) años de edad. Al llegar a la casa, Guillermo Romeu habló a solas con el niño y le dijo: “Te voy a hacer un regalo que ni cinco personas lo van a poder levantar”. Acto seguido, se pegó un tiro en la sien, frente al pequeño que, posteriormente relató frente a su terapeuta y la abogada de la Comisaría de la Mujer: “Se cuadró, miró al frente y se puso firme. Mi papá se murió como un comandante del espacio…”.
Otros casos más conocidos han sido los encarnados por Jim Jones (Templo del Pueblo, Guyana, 1979), David Koresh (Rama Davidiana, Texas, EUA, 1994) o Marshall Applewhite (Heaven’s Gate, San Diego, California, EUA, 1997) quienes, por diferentes motivos guiaron a sus seguidores hacia suicidios colectivos aún hoy recordados. Tanto Jones como Koresh, prometieron a sus seguidores encontrarlos en el Reino de los Cielos. Jones les invitó a beber jugo de naranja mezclado con cianuro. Koresh los hizo participar de un tiroteo con la policía que culminó con incendio fatal de su sede.
Por su parte Marshall Applewhite y sus 38 seguidores llevaron a cabo la ingestión de barbitúricos mezclados con vodka y luego se colocaron bolsas plásticas en sus cabezas para inducir la asfixia. Cuando los encontraron, sus cuerpos yacían en sus propias camas, con sus caras y cuerpos cubiertos con capas color púrpura. Cada miembro llevaba 5 (cinco) dólares en sus bolsillos. Los 39 (treinta y nueve) estaban vestidos idénticamente con camisas negras, pantalones abrigados y zapatillas tenis color blanco y negro, marca Nike, en las que podía leerse "Heaven's Gate Away Team." Los suicidios se realizaron por etapas, y el resto se purificaba antes de la muerte grupal.
En realidad, no creían que fueran a morir, sino simplemente que serían “rescatados en energía” por una nave espacial que se ocultaba detrás del cometa Hale-Bopp que entonces rondaba las cercanías del planeta Tierra.
En los casos descriptos podemos, no solo identificar los tres elementos configurantes de la psicosis esquizoparanoide precitada (megalomanía, delirio místico y delirio de influencia), sino también notar como cada uno de ellos actúa de manera tal que potencia a cada uno de los otros, dando lugar a la “creación” de ese líder que le dará su propia impronta al grupo que lidere. Al exacerbarse la megalomanía, fortalecerse el delirio místico y, en consecuencia, acrecentarse el delirio de influencia, se produce entre ellos un efecto “feed-back” que los fortalece en extremo, retroalimentándolos y dando lugar a ese pretendido “Ser Superior”.
Es así como surgen los líderes sectarios de hoy en día sobre quienes debe hacerse una aclaración. No es nuestra misión como investigadores impugnar sus creencias, sostenidas por la amplia libertad de cultos existente en nuestro país, pero sí es nuestro deber impugnar la práctica de esas creencias cuando llevan a contravenir las leyes. Es allí donde reside la clave para enfrentar a las sectas o nuevos movimientos religiosos, también mencionados como religiones alternativas.
Fuente: Info-RIES nº 116 (26/01/09).
Publicado por Red Iberoamericana de Estudio de las Sectas
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