domingo, 15 de septiembre de 2019

ROBERTO BOSCA





OTRA INTERPRETACION EQUÍVOCA  

Xavier De Bouillon

Son conocidas las simpatías de Bosca por cierto judaísmo, con el que ha tejido relaciones desde hace más de 20 años. También es pública su pertenencia al Opus Dei. Sólo Dios conoce la intimidad del corazón humano, de modo que no seremos nosotros los que nos metamos en ese oficio de juzgar el fuero íntimo del prójimo. Pero lo que no podemos dejar pasar por alto es que, para defender al Opus Dei de cierto "conspiracionismo" infundado, Bosca ridiculice como tal las justas prevenciones que la Iglesia Católica ha tenido siempre respecto del Judaísmo anticristiano, del Capitalismo liberal y del Comunismo, sin que eso le haya impedido defender a la vez a los judíos de persecuciones injustas, condenar el antisemitismo racial o anatematizar el antijudaísmo gnóstico de Marción.

Tampoco es justo que Bosca se despache contra Don Ramiro de Maeztu (a quien seguían precisamente esos miembros del Opus Dei que él señala como colaboradores del franquismo). Por lo visto el ex-decano de la Facultad de Derecho de la Universidad Austral conoce (mal) al De Maeztu de "Defensa de la Hispanidad" y no conoce en lo más mínimo al de "El sentido reverencial del dinero". También señala la injusticia de considerar a San Josemaría como antisemita e integrista (lo que está muy bien), pero oculta textos más o menos conocidos de Escrivá acerca del anticatolicismo militante de cierto judaísmo, de la masonería, del comunismo, del liberalismo y no menciona el explícito apoyo que le dio a Franco en lo referente a la confesionalidad católica del Estado español (la sana laicidad de San Josemaría no se contraponía al ideal de la Cristiandad, como tampoco sucedía con Pío XII).

Y esto último es lo que está muy mal. Para muestra de todo esto basta recordar primero la siguiente cita de una carta de San Josemaría del año 1946, que todos los fieles de la Prelatura conocen o deberían conocer (como lo supo este servidor, que fue numerario entre 1983 y 1999). Veamos lo que decía en dicho texto el Fundador del Opus Dei y comparémoslo con la interpretación de Bosca:

"Decidme cuántos grandes periódicos —de éstos que tienen millones de lectores, y hacen y deshacen la opinión pública mundial— conocéis vosotros, que estén llevados por católicos practicantes: no hay ninguno. En cambio, esa prensa está dirigida por protestantes, por judíos, por masones o por marxistas practicantes. Pensad en las cuatro o cinco grandes agencias internacionales de noticias, que monopolizan actualmente la información diaria de todo el mundo: apenas hay gente católica, que influya allí.

Pensad en las grandes productoras de películas, en las distribuidoras internacionales, en las agencias publicitarias, en las cadenas de salas cinematográficas..., y veréis que tampoco allí están presentes los católicos. En todas partes se han dejado preceder los católicos. Si los enemigos de Dios no han ocupado todos los puestos, no es porque hayan encontrado en algún sitio a los católicos trabajando ya con eficacia, sino porque no les estorba en lo más mínimo que haya otros en posiciones periféricas. Ellos han concentrado el esfuerzo en conquistar los puntos neurálgicos, y desde allí lo controlan todo, dejando que los demás se muevan sólo lo imprescindible para dar una apariencia de variedad, para disimular el monopolio."

¿Estas palabras convierten a Escrivá en un defensor del antisemitismo o del NacionalSocialismo? Por supuesto que no. También fue muy claro al respecto y las citas de San Josemaría sobre su amor a los hebreos que transcribe Bosca son verdaderas. Pero sobran los textos o enseñanzas en las que San Josemaría se refiere de modo sumamente crítico (¿conspiracionista?) al falso ecumenismo, a un diálogo interreligioso mal entendido y peor practicado, a la mancha roja del marxismo, a la mancha negra del laicismo, a la mancha verde del hedonismo, a la crisis de la Iglesia, al modernismo, a la reforma litúrgica, a la supresión del Index, a la falta de autoridad para reprimir las herejías y un largo etcétera.

¿No le suena también "conspiracionista" a Bosca esta cita de Escrivá?: "¡Caudillos!... Viriliza tu voluntad para que Dios te haga caudillo. ¿No ves cómo proceden las malditas sociedades secretas? Nunca han ganado a las masas. —En sus antros forman unos cuantos hombres-demonios que se agitan y revuelven a las muchedumbres, alocándolas, para hacerlas ir tras ellos, al precipicio de todos los desórdenes... y al infierno. —Ellos llevan una simiente maldecida. Si tú quieres..., llevarás la Palabra de Dios, bendita mil y mil veces, que no puede faltar".

Es por todo esto que "retocando" la historia para hacerla "compatible" con la mentalidad actual (como se hizo con esa pobre película "Encontrarás dragones") lo único que se logra es sembrar confusión. Y por una inquina especial que Bosca tiene con el tradicionalismo y el nacionalismo católico (luego de haber pasado por sus filas), es que hace décadas que no hace más que sembrar confusión, tratar con demasiada deferencia a los enemigos de la Iglesia y con absoluta falta de caridad a los católicos que sólo quieren permanecer fieles a la Fe de siempre, sin integrismos ni progresismos que nada tienen que ver con la verdadera ortodoxia doctrinal.

Tal vez se le apliquen a él estas claras palabras de San Josemaría: "Convengo contigo en que hay católicos, practicantes y aun piadosos ante los ojos de los demás, y quizá sinceramente convencidos, que sirven ingenuamente a los enemigos de la Iglesia...Se les ha colado en su propia casa, con nombres distintos mal aplicados - ecumenismo, pluralismo, democracia-, el peor adversario: la ignorancia".
Para remediar esa ignorancia, le recordamos a Bosca otro texto claro de Escrivá, muy a propósito de cierto liberalismo católico "ideológico" defendido desde hace tiempo por importantes intelectuales que pertenecen a la Prelatura: "Es necesario contrarrestar con denuedo esas "libertades de perdición", hijas del libertinaje, nietas de las malas pasiones, biznietas del pecado original..., que descienden, como se ve, en línea recta del diablo". Y esto lo decía el mismo San Josemaría que se cansó de defender la sana libertad de los católicos en todo lo que es estrictamente opinable y prudencial.

Por fin y para terminar: si la referencia a un Judaísmo anticristiano suena mal en los oídos de ciertos católicos que sólo conocen las enseñanzas de Vaticano II, transcribimos unos textos claros de dos documentos publicados durante el Pontificado de Juan Pablo II que son coherentes (las citas, no el total de los documentos) con las enseñanzas bimilenarias de la Iglesia. Así, en las “NOTAS PARA UNA CORRECTA PRESENTACIÓN DE JUDÍOS Y JUDAÍSMO EN LA PREDICACIÓN Y LA CATEQUESIS DE LA IGLESIA ROMANA”, del año 1985, se reconoce que la profundización en el “vínculo” que hay entre el Pueblo Judío post-bíblico y la Iglesia Católica no puede ser hecha con olvido ni minimizando la “ruptura” producida entre ambos.

Textualmente: “C. Se da igualmente el hecho doloroso de que la mayoría del pueblo judío y sus autoridades no han creído en Jesús, hecho que no es solamente un acontecimiento histórico, sino que posee importancia teológica, dimensión cuyo significado san Pablo procura interpretar (Rom cap. 9-11). D. Tal hecho, acentuado a medida que se desarrollaba la misión cristiana, sobre todo entre los paganos, ha llevado a una inevitable ruptura entre el Judaísmo y la Iglesia naciente, a partir de este momento irreductiblemente separados y divergentes en el plano mismo de la fe, situación que se refleja en la redacción de los textos del Nuevo Testamento, y en especial en los Evangelios.

No se trata de disminuir o disimular esta ruptura; ello no haría más que perjudicar la identidad de cada uno. No obstante, la ruptura no suprime ciertamente el "vínculo" espiritual del cual habla el Concilio (Nostra aetate, 4), y algunas de cuyas dimensiones nos proponemos elaborar en el presente texto”. Además “Iglesia y Judaísmo no pueden (…) ser presentados como dos vías paralelas de salvación, y la Iglesia debe dar testimonio de Cristo redentor a todos…”.

Adviértase que se habla de RUPTURA, SEPARACION Y DIVERGENCIA EN EL PLANO MISMO DE LA FE. En cuanto a los conflictos mutuos afirma el documento NOSOTROS RECORDAMOS: UNA REFLEXION SOBRE LA SHOAH:
“La historia de las relaciones entre judíos y cristianos es una historia tormentosa (…) En efecto, el balance de estas relaciones durante dos milenios ha sido, más bien, negativo. En los albores del cristianismo, después de la crucifixión de Jesús, surgieron disputas entre la Iglesia primitiva y los judíos, jefes y pueblo, los cuales, por su adhesión a la Ley, a veces se opusieron violentamente a los predicadores del Evangelio y a los primeros cristianos. En el Imperio romano, que era pagano, los judíos estaban legalmente protegidos por los privilegios otorgados por el Emperador, y las autoridades al principio no hicieron distinción entre comunidades judías y cristianas. Sin embargo, pronto los cristianos fueron perseguidos por el Estado. Cuando, más tarde, incluso los emperadores se convirtieron al cristianismo, primero siguieron garantizando los privilegios de los judíos. Pero grupos de cristianos exaltados que asaltaban los templos paganos, hicieron en algunos casos lo mismo con las sinagogas, por influjo de ciertas interpretaciones erróneas del Nuevo Testamento relativas al pueblo judío en su conjunto (...) Deseamos transformar la conciencia de los pecados del pasado en un firme compromiso de construir un nuevo futuro, en el que no existan ya sentimientos antijudíos entre los cristianos o SENTIMIENTOS ANTICRISTIANOS ENTRE LOS JUDÍOS”.

No es objeto de esta nota analizar las verdades pero también las ambigüedades y errores que acerca del Judaísmo se han propagado dentro de la Iglesia Católica a partir de Vaticano II. Nuestra única intención fue corregir lo que entendemos es una falsa defensa que Bosca ha hecho de San Josemaría y de la Obra. Del resto nos ocuparemos en otra oportunidad




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