catolicos-on-line, 14-4-16
Un reciente estudio realizado con la Sábana Santa de
Turín y el Sudario de Oviedo estaría confirmando lo que la tradición viene señalando
desde hace siglos: que las dos piezas de tela, pertenecieron a la misma
persona.
Esta es la conclusión a la que llegó Juan Manuel
Miñarro, doctor en Bellas Artes y profesor de Escultura de la Universidad de
Sevilla, dentro de un proyecto que realizó con el Centro Español de Sindología
(CES), y que es mencionado por la agencia Paraula de la Archidiócesis de
Valencia, ciudad sede del CES.
A través de este estudio, realizado desde la
Antropología Forense y la Geometría, se compararon ambas reliquias concluyendo
que las dos «envolvieron, casi con toda seguridad, el cadáver de la misma
persona».
Acercándose así lo que dicen las Sagradas Escrituras
cuando Pedro y Juan, al ingresar al sepulcro vacío hallaron dos telas: una con
la que cubrió el rostro en la cruz tras morir, la otra con la que se envolvió
su cuerpo: «Y salió el difunto atado de pies y manos, con vendas, y su rostro
estaba envuelto en un sudario (...)», (Juan 11,4) «Y contempló allí los lienzos
puestos y el sudario que había cubierto su cabeza, no puesto con los lienzos,
sino doblados aparte, en un sitio» (Juan 20, 7).
De acuerdo con Miñarro, quien es mencionado por
Paraula, esta investigación «no prueba por sí misma que esa persona fuera
precisamente Jesucristo, pero sí que nos ha puesto claramente en el camino de
conseguir demostrar completamente que la Sábana Santa y el Santo Sudario
envolvieron la cabeza del mismo cadáver».
Varias, y muy significativas, son las coincidencias de
ambas lienzos que han arrojado los estudios. De acuerdo con el experto, las dos
reliquias «sobrepasan con creces el mínimo de puntos significantes o pruebas
exigidas por la mayoría de los sistemas judiciales del mundo para la
identificación de personas, que es de entre ocho y doce, mientras que los que
ha arrojado nuestro estudio es de más de veinte».
Entre ellas hay varias de carácter morfológico, como
el tipo, el tamaño y la distancia de las huellas marcadas, así como el número y
la distribución de las manchas de sangre, tal como se ve en la frente, así como
contusiones que coinciden en el pómulo derecho y el dorso de la nariz.
Para Jorge Manuel Rodríguez, Presidente del CES, con
esta investigación se ha llegado a un punto «en el que parece absurdo
plantearse ya que ‘por casualidad' puedan coincidir en ambos todas las heridas,
contusiones, hinchazones (...) La lógica nos exige pensar que estamos hablando
de la misma persona».
El estudio se sumaría a otro que también vinculó a los
dos lienzos. La investigación, realizada por la Universidad Católica de Murcia
(UCAM), en España, probó indicios físicos de la verdad del origen común de las
dos reliquias, esto gracias a un análisis con un microscopio de barrido
electrónico que dio como conclusión que ambas piezas de tela estuvieron juntas
en un mismo momento.
Los expertos encontraron un grano de polen de una
planta, la Helichrysum Sp., que se ha identificado también en la Sábana de
Turín y que está adherido a una de las manchas de sangre de la tela, de forma
que no se trata de una contaminación posterior sino que «llegó a la reliquia a
la misma vez que la sangre, no de forma aleatoria en algún momento a lo largo
de su historia», según informó la Universidad al presentar el informe de la
investigación
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