viernes, 28 de enero de 2022

DESCARO INAUDITO

 


DEL PRESIDENTE DE LA CONFERENCIA EPISCOPAL ALEMANA


(Katolich.de/InfoCatólica) 28-1-22

 

El obispo de Limburgo y presidente de la Conferencia Episcopal Alemana, Mons. Georg Bätzing, ha demostrado el tipo de persona que es. El prelado ha elogiado la declaración del cardenal Reinhard Marx sobre el informe de abusos de Múnich calificándola de «fuerte y auténtica» al mismo tiempo que ha criticado a Benedicto XVI por no admitir sus supuestos errores y no pedir perdón

 

Marx reconoció claramente su responsabilidad y sus errores y prometió cambios, dijo el obispo en Limburgo el jueves. Al mismo tiempo, Bätzing hizo un llamamiento al Papa emérito Benedicto XVI para que vuelva a revisar su declaración sobre el informe de abusos, admita los errores y pida perdón.

 

La declaración de Benedicto XVI ha causado mucha confusión e indignación en Alemania, incluso entre los obispos, aseguró Bätzing. Dijo que deseaba y esperaba que el anterior Papa hubiera tomado nota de ello, desoyera a sus asesores y adoptara de nuevo una posición clara. Hace unos días, Benedicto había rectificado su afirmación de que, como arzobispo, no había participado en una importante reunión sobre el envío de un sacerdote abusado de la diócesis de Essen, en Baviera. Las declaraciones de Benedicto sobre un sacerdote que había realizado actos sexuales delante de niñas menores de edad también han causado consternación.

 

Lo que va de Ratzinger a Marx

 

Conviene recordar, llegados a este punto, que cuando Benedicto XVI fue arzobispo de Münich no había ninguna regulación específica en la Iglesia sobre la forma de abordar los casos de abusos entre el clero. Fue precisamente el papa emérito quien, primero como cardenal Prefecto de la Congregación para la Fe y luego como Papa, impulsó las reformas necesarias para atajar de raíz el problema. El cardenal Marx ha sido arzobispo de la archidiócesis bávara cuando ya estaban vigentes las reformas auspiciadas por el papa alemán.

 

Cambiar la fe con la excusa de los abusos

 

Bätzing apoyó expresamente a Marx en sus demandas de reformas fundamentales en la Iglesia católica. El informe sobre los abusos de Múnich ha vuelto a dejar claro que existen causas sistémicas para los abusos y una forma equivocada de tratar a los autores y a las víctimas, dijo Bätzing. «Hay que cambiar esto». Al igual que Marx, el obispo de Limburgo también criticó a los círculos eclesiásticos conservadores que acusan a los defensores de la reforma de utilizar el debate sobre los abusos como palanca para cambiar la Iglesia.

 

La presidenta del ZdK, Stetter-Karp, critica a Marx

 

Por su parte, la presidenta del Comité Central de los Católicos Alemanes (ZdK), Irme Stetter-Karp, criticó la reacción de Marx al informe de Múnich como «sorprendentemente poco concreta». «No dio ningún ejemplo de cómo era exactamente el apoyo de las parroquias en las que había abusadores hasta ahora», explicó Stetter-Karp el jueves en Berlín. En definitiva, faltaron indicaciones concretas de cambios aquí y ahora. Y «el hecho de que el cardenal, según sus propias palabras, quiera comparecer ante la opinión pública dentro de un año para explicar lo que ha cambiado, me parece tardío», dijo Stetter-Karp.

 

También le decepcionó que el cardenal no pudiera encontrar una palabra clara sobre la «Causa Benedikt», incluso una semana después de la publicación del informe sobre los abusos.

 

A los afectados por la violencia sexual en la iglesia les dejará un regusto rancio que a Marx le preocupa una Baviera sin cristianismo. «Cuando el cardenal dice que la Iglesia no puede abandonar su lugar porque Baviera debe seguir siendo cristiana, la perspectiva de las víctimas de los abusos ha quedado relegada a un segundo plano», dijo.

 

Al mismo tiempo, alabó el hecho de que en la archidiócesis de Múnich y Freising se creara el año pasado un consejo asesor para las víctimas y una comisión independiente para tratar el escándalo de los abusos. También es bueno que exista un punto de contacto para las víctimas de abusos sexuales desde el 20 de enero. Sin embargo, este no es el fin de la asunción de responsabilidades. Espera que «en la próxima Asamblea Sinodal de Fráncfort, a principios de febrero, veamos a un cardenal Marx que promueva la reforma de la Iglesia, que considera necesaria, con el apoyo de los proyectos de resolución, y que esté dispuesto a organizar las mayorías necesarias con su compromiso personal».

jueves, 27 de enero de 2022

SOBRE LA INMATRICULACIÓN

 

 de bienes propiedad de la Iglesia Católica

José Landete Casas

Fuente: neoespaña.es

Licenciado en Derecho Canónico por la Universidad de Navarra y Profesor de la Facultad de Derecho de la Universidad de Valencia

 

Recientemente los medios de comunicación se han hecho eco de un supuesto acuerdo entre la Conferencia Episcopal Española y el Gobierno de España acerca de los bienes que han sido inmatriculados en los Registros de la Propiedad por medio del mecanismo denominado “certificación”. Al respecto, y para aclarar lo que ha sucedido realmente, debemos poner de manifiesto dos presupuestos previos. Sin tenerlos en cuenta la noticia difundida por el Gobierno podría parecer sincera y acomodada a la verdad. Al contrario, se trata de una información tendenciosa y, en buena parte, falsa.

 

En primer lugar, el Registro de la Propiedad no “crea” propiedades, sino que “publicita” quiénes son los dueños de esos bienes. Dicho en términos más precisos, en el Registro se inscriben las propiedades que ya existen previamente, pues su función es proteger a los propietarios de los bienes inmuebles por medio de la publicidad registral. Para inscribir estos derechos de propiedad se han diseñado dos mecanismos: la inmatriculación (es el procedimiento para inscribir por primera vez un bien que no constaba previamente en el Registro) y la inscripción o anotación de derechos sobre bienes inmuebles que ya estaban previamente inmatriculados (por ejemplo, una compraventa o una donación o una hipoteca). Por tanto, lo primero que debe quedar claro es que todos los bienes que la Iglesia Católica ha inscrito en los distintos Registros de la Propiedad repartidos por el territorio español no constaban a nombre de nadie. Simplemente, no estaban inscritos y, por ello, estaban desprotegidos. El motivo de esta situación estaba en la prohibición legal de inscribir los lugares de culto y sus locales anejos. No sucedía así con las otras confesiones religiosas, lo cual era evidentemente inconstitucional.

 

En segundo lugar, la Iglesia Católica está organizada por medio de un elevado número de entidades menores: 70 diócesis, 22.993 parroquias, 751 monasterios, 4.641 comunidades de religiosos, 86 asociaciones, y otras (fundaciones, cabildos, casas, etc.). Cada una de esas entidades tiene personalidad jurídica, y su propio patrimonio tanto económico como inmobiliario. Por tanto, no hay bienes “de la Iglesia Católica”, sino bienes propiedad de alguna de esas más de 28.000 entidades. He aquí otro de los motivos que la noticia reproducida por los medios de comunicación es parcial e intencionada.

 

Teniendo presente lo dicho podemos analizar lo tendenciosamente difundido por el Gobierno y contrastarlo con lo que realmente ha sucedido.

 

En 1998 se modificó la legislación que impedía inmatricular a las entidades católicas sus lugares de culto, sus locales anejos y aquellas propiedades que no figuraban en los Registros de la Propiedad correspondientes. Era una modificación necesaria, pues el régimen jurídico de la Iglesia Católica, en comparación con las otras religiones, era discriminatorio e inconstitucional. 20 años tardó el Estado, desde la promulgación de la Constitución en 1978, en solucionar este maltrato jurídico. El procedimiento que se eligió para llevarlo a cabo era el más rápido y eficaz existente en ese momento: la certificación. Para inmatricular los bienes era necesario que el obispo o el superior eclesiástico competente certificase que el inmueble pertenecía a alguna de esas más de 28.000 entidades. En ocasiones ese certificado no era necesario, pues había alguna escritura notarial u otro documento oficial suficiente para inmatricular el bien. El plazo que se le dio a la Iglesia para finalizar este procedimiento de inmatriculación finalizó en 2015.

 

El Ministerio de la Presidencia, Relaciones con las Cortes y Memoria Democrática elaboró un informe que resumía todo lo sucedido entre 1998 y 2015. Según ese informe se inmatricularon un total de 34.961 inmuebles que nunca habían estado inscritos en Registro alguno. De ellos, 20.014 eran lugares de culto y 4.626 se inscribieron según los procedimientos normales de inmatriculación (distintos al de certificación). Ese informe fue presentado al Congreso de los Diputados el 16 de febrero de 2021.

 

La Conferencia Episcopal Española se comprometió a estudiar todos y cada uno de esos bienes incluidos en el listado y verificar si, efectivamente, se había respetado la ley. El informe que recoge los resultados se publicó el 24 de enero de 2022. La conclusión a la que ha llegado la Conferencia Episcopal es que el Gobierno incurrió en graves errores a la hora de elaborar su listado de bienes inscritos y que, por ello, lo difundido en 2021 era parcialmente falso.

 

Algunos de esos errores son:

 

Se computaron como bienes inmatriculados por la Iglesia edificios o lugares de culto pertenecientes a otras religiones (un total de 84). ¿Cómo se ha podido caer en semejante error?

Aparecen en el listado del Gobierno 111 bienes por duplicado. Obviamente, la calidad del estudio es muy cuestionable cuando, ni si quiera, se advirtió de este craso error.

Se incluyen 746 edificios o solares que estaban ya inscritos antes de 1998. Por tanto, no se utilizó el procedimiento de inscripción por medio de certificación eclesiástica. ¿Por qué motivo se incluyeron en el listado?

Se incluyen falsamente 31 inmuebles que no están inscritos en ninguno de los Registros de la Propiedad. ¿Cómo se inventaron su inmatriculación si ningún Registro informó de ella?

En el listado figuran 608 bienes cuyos datos, tal y como figuran en el Registro, no permiten identificarlos con exactitud. Es decir, tal y como figuran en el Registro es dudoso que pertenezcan a la Iglesia. Se trata de situaciones que es necesario clarificar en el futuro, pues el Registro puede no concordar con la realidad.

Se suman en el listado 276 bienes que no pertenecen a ninguna de las entidades católicas presentes en España (bien porque habían sido vendidos, o donados, o expropiados por la Administración previamente).

Finalmente, 691 bienes se inscribieron por los procedimientos normales previstos en la ley. Es decir, no se inmatricularon según lo que se permitió en 1998.

En total, en el listado del Gobierno hay 2.500 errores, de los cuales 965 o hay certeza de que no son propiedad de la entidad a cuyo nombre figuran inscritos (bien porque pertenecen a otra entidad de la Iglesia —por ejemplo se inscribió un inmueble a nombre de una parroquia cuando, realmente, pertenece a un convento de religiosas— o bien porque fueron vendidos o expropiados), o los datos del Registro son confusos. ¿Es cierto, pues, lo que se ha difundido afirmando que la Iglesia se compromete a “devolver” casi un millar de bienes? No. Es una noticia falsa e intencionadamente tendenciosa. Lo que se va a hacer es corregir los defectos que aparecen en el Registro, de tal forma que allí se refleje lo que responde a la realidad.

 

Finalmente, hemos de recordar que si alguien considera que durante los 1998 hasta 2015 se inmatricularon por alguna de las entidades que integran la organización de la Iglesia Católica en España bienes que son de su propiedad, siempre podrá acudir a la Justicia para reclamarlos.

LA IDOLATRÍA DE LAS VACUNAS

 

 


Un libro breve y claro de Luisella Scrosati

 

por Stefano Fontana


Observatorio Van Thuan, 27-1-21

 

Luisella Scrosati ha publicado el libro La Idolatría de las Vacunas [ https://www.fedecultura.com/?store-page=Lidolatria-dei-vaccini-p428057609 ] (Fe & Cultura) sobre la legalidad de las vacunas anti Covid en relación al aborto con los que están conectados en la cadena de suministro. El libro es lo suficientemente breve para ser claro, documentado y completo, sin palabras adicionales ni borrones. Recomiendo leerlo.

Como sabemos, el tema de la cuestión ética sobre la relación de las actuales vacunas anti Covid y la experimentación realizada con líneas celulares de fetos humanos abortados, por un lado, ha dividido a los católicos y ha puesto en dificultad al magisterio, demostrándose así ser un tema relevante y significativo, por otro lado, ha sido en gran parte dejado de lado, descuidado y olvidado. Sé bien que se trata de dos situaciones opuestas entre sí, pero se trata de hechos más bien indiscutibles que el Autor profundiza, presenta y valora.

 

La división entre los católicos, por supuesto, no concierne a los católicos aventureros o progresistas, que generalmente ni siquiera admiten la relevancia del problema, sino a aquellos que tienen en el fondo el respeto por la tradición, en este caso la tradición de la teología moral católica y las enseñanzas. del magisterio basado en él. Se dividen entre quienes sostienen la legalidad de la vacunación porque los abortos que están en el origen de las vacunas son remotos y que no contemplan en modo alguno la responsabilidad moral de quienes ahora las usan, y quienes dicen en cambio que esa responsabilidad moral existe, es y debe ser considerado en su propio nivel. Un texto que proponía la primera tesis es el libro de Roberto De Mattei " Sobre la legitimidad moral de la vacunación " (Edizioni Fiducia), mientras que el libro quizás más representativo de la segunda visión es el volumen editado por Massimo Viglione " Mors tua vita mea" (Ediciones Maniero del Mirto).

 

Luisella Scrosati profundiza en el tema, por lo que el libro contiene muchas indicaciones, también de carácter general, sobre la vacunación actual y resulta de gran utilidad incluso más allá del tema específico. Sobre lo cual Scrosati indica las múltiples razones por las cuales la referida responsabilidad moral existe y no puede eludirse. El principal es el siguiente que aquí resumo invitando a leer el libro directamente: entre los abortos originariamente provocados (que, precisa la autora, no son sólo dos como se dice), las diversas fases de experimentación, producción, venta y la administración hay una “cadena de suministro”, un continuo programado, de modo que si se salta una etapa -por ejemplo, si nadie acepta que le inyecten la vacuna- toda la cadena de suministro se vería comprometida. Esto significa que no es correcto pretender que este proceso unitario no existe y separar el último pasaje de los anteriores y del primero, con el que está orgánicamente conectado.

 

Leyendo los argumentos del libro, me vino a la mente uno de los argumentos -también mencionado por Scrosati- que suelen presentar quienes no ven ninguna relación moral entre la vacunación y el aborto. El argumento es el siguiente: durante el período nazi, se realizaron muchos experimentos científicos forzados e inhumanos con prisioneros, incluidos niños, tratados como conejillos de Indias. Después de un tiempo, ¿pueden la ciencia y la medicina utilizar esos resultados o su uso es moralmente ilícito? La respuesta de quienes sostienen que la vacunación de hoy es legítima aunque tenga detrás los abortos voluntarios es sí, utilizar esos resultados no implica responsabilidad moral en los hechos inhumanos que están en su origen. Ahora, leyendo el Scrosati, me parece que ese ejemplo no sirve para aclarar la cuestión de la vacuna, porque la situación es otra: el uso de fetos abortados - como lo demuestra su repugnante tráfico, ampliamente documentado incluso más allá del caso de la vacuna - c 'sigue siendo, mientras que los juicios nazis ya no están allí. Ahora bien, si la cadena de suministro todavía está en su lugar, la vacunación conserva el carácter de participación que tiene una responsabilidad, ciertamente no tan grave como la que provocó el primer eslabón de la cadena, pero aún existe.

 

Dije más arriba que el problema examinado por el libro, además de haber dividido a los católicos, puso en dificultad al magisterio reciente y luego fue dejado de lado con demasiada precipitación. Scrosati examina los documentos recientes de la Academia Pontificia para la Vida y especialmente de la Congregación para la Doctrina de la Fe y muestra -pero no voy a entrar en detalles porque me gustaría que lean el libro- la confusión de línea entre los documentos expresados , incluido el de 21 de diciembre de 2020 de la Congregación que se mantiene muy reticente, a pesar de decir mucho más que el muy superficial documento de la PAV de 2017 y confirmar la absoluta ilegalidad de la experimentación con fetos abortados. Sé que la PAV no puede considerarse magisterio en sentido estricto, sé que la del 21 de diciembre de 2020 fue solo una Nota y no una Instrucción, por lo tanto tenía un valor magisterial menor, pero el hecho de que el pobre creyente debe confiar en estos tantas distinciones dice mucho sobre la confusión de quién debe dar la línea correcta.

 

En cuanto a la ubicación del asunto en el sótano, nuestro Autor nos recuerda que a Francesco le bastó decir que vacunarse es un acto de amor para asfixiar a la Nota recién nacida del 21 de diciembre de 2020, que era ciertamente frágil pero al menos algo. era. Desde entonces, ninguna voz eclesial ha vuelto a hablar del problema.

lunes, 24 de enero de 2022

ZEN ANALIZA

 

 


el modelo comunista chino: «¿Qué podemos hacer en esta situación?»


Por INFOVATICANA | 17 enero, 2022

(Observatorio Internacional Cardenal Van Thuan)-


Con motivo del 90º cumpleaños del cardenal Joseph Zen, arzobispo emérito de Hong Kong, en su honor y como acto de gratitud hacia él, publicamos íntegramente su artículo escrito para nuestro 13º Informe sobre la Doctrina Social de la Iglesia en el Mundo, titulado

 

«El modelo chino: el capital-socialismo de control social»:


Hay dos documentos de las Autoridades Centrales del Partido Comunista Chino que pueden ayudarnos a entender la actual política religiosa del gobierno chino: el Documento 19 de 1982 y el Documento 9 de 2013. Para los amigos de China que no tienen la oportunidad de examinar estos documentos, intentaré, a partir de ellos, resumir la política religiosa actual en China.

 

El Documento 19 del 1982

El documento 19 de 1982 se presenta como «La visión básica de la cuestión religiosa durante el periodo socialista en nuestro país». En él se explica que la religión tiene su origen en la sensación de miedo e impotencia de los pueblos primitivos ante los fenómenos aterradores de la naturaleza. Cuando la sociedad evoluciona y la clase dominante oprime al impotente proletariado, la religión es el opio que utiliza para mantenerlo sometido. Con el advenimiento de la sociedad socialista la religión debería desaparecer, eliminándose la causa de su existencia. Pero la construcción de una civilización socialista no se hace en un día, sino que encuentra muchos obstáculos: la persistente superstición popular, las catástrofes naturales, los errores humanos y la situación internacional. La religión desaparecerá naturalmente con el progreso del socialismo y el comunismo. Sin embargo, pensar en eliminarla mediante decretos administrativos u otros medios coercitivos no es la visión básica del marxismo. Han sido largos años de control de la sociedad por los señores feudales, la clase capitalista, las fuerzas coloniales e imperialistas a su vez controladas por las iglesias católica y protestante. Después de 1949 hubo un gran cambio y una gran reforma, las contradicciones de la cuestión religiosa son ahora primariamente contradicciones entre el pueblo. Pero la cuestión religiosa seguirá siendo un asunto de masas, a menudo relacionado con la cuestión étnica y con factores internacionales. No podemos ignorar la complejidad del problema. Debemos tener en cuenta todos los objetivos a alcanzar: la estabilidad y la unidad étnica de la nación; el establecimiento de buenas relaciones internacionales y, al mismo tiempo, la resistencia a la infiltración de fuerzas extranjeras hostiles; la construcción de la civilización socialista con sus valores materiales y espirituales. Lenin nos exhorta a «estar preparados», a pensar bien las cosas; asustarse por la complejidad de la cuestión o ignorar la complejidad y ponerse a trabajar sería igualmente erróneo.

 

Antes de que la religión desaparezca de forma natural, la base de la política debe ser el respeto y la protección de la libertad religiosa. Todo ciudadano tiene la libertad de creer y también la libertad de no creer, de creer en esta religión o en otra. Los comunistas somos ateos y debemos propagar incansablemente el ateísmo, pero será infructuoso y perjudicial utilizar la mera coacción cuando se trate de cuestiones ideológicas y espirituales, incluida la religión. La diferencia entre las masas de creyentes y no creyentes es relativamente secundaria, es un error convertirla en una cuestión primordial hasta el punto de provocar discriminación y opresión, quizá incluso provocando el efecto contrario del fanatismo religioso. Esto es contrario al objetivo del marxismo leninismo; significaría olvidar que el papel básico del partido es unir a creyentes y no creyentes para que juntos construyamos un estado socialista moderno y poderoso.

 

Por supuesto, el énfasis en la libertad de creer debe garantizar también la libertad de no creer. La libertad de creencia no sólo no impide sino que reforzará la labor del Partido en la difusión de la educación científica y la lucha contra la superstición. Un punto a destacar es que la fe religiosa es un asunto privado, la elección de cada ciudadano. La religión no debe inmiscuirse en los asuntos administrativos o judiciales del Estado, ni siquiera en las escuelas o la educación pública. Está prohibido obligar a nadie, especialmente a los menores de dieciocho años, a ser miembro de una religión y a participar en una actividad religiosa concreta. No debe permitirse que la religión se utilice como pretexto para oponerse al liderazgo del partido o para destruir la unidad nacional.

 

El Partido ateo debe guiar a las religiones, a través de las organizaciones religiosas patrióticas (en el caso de los católicos son la Asociación Patriótica Católica China, la Comisión de Asuntos Religiosos Católicos Chinos y la Conferencia Episcopal Católica China) con las que garantizar la normalidad de las acciones de los creyentes. Cualquier actividad criminal y antirrevolucionaria bajo la apariencia de religión debe ser resueltamente reprimida y castigada con severidad. El gobierno tiene la tarea de educar a la gente para que entienda que, al acabar con las actividades delictivas, el gobierno salvaguarda la verdadera religión.

 

Todo esto se basa en la doctrina científica del marxismo leninismo y el pensamiento del camarada Mao Zedong.

 

La libertad religiosa no es un expediente temporal, sino una estrategia decisiva para lograr la unificación del pueblo y construir un Estado socialista poderoso y modernizado. Este trabajo no durará una generación, ni siquiera dos o tres, sino un largo período de la historia antes de la realización de una civilización avanzada compuesta de valores materiales y espirituales [durante mucho tiempo se acostumbraba a calificar el presente como «período inicial del socialismo»].

 

Como puede verse fácilmente, este documento, promulgado en 1982, representa la posición de Deng Xiaoping, entonces ya una figura decisiva en el gobierno tras los desastrosos años de la Revolución Cultural. Es claramente una nueva dirección pragmática: la reconstrucción económica y la apertura al mundo internacional. Pero este documento también reconfirma claramente todas las restricciones a la libertad religiosa, a veces incluso de forma enfática. ¿Cómo debe entenderse esta aparente contradicción? ¿Fue un intento de Deng Xiaoping de evitar ser criticado como «revisionista», o son las precauciones sinceramente presentes en la mente de cualquier comunista genuino? A favor de la primera hipótesis está el hecho de que el Partido Comunista no se atrevió a acabar con la referencia y el prestigio de Mao Zedong, a pesar de su grave responsabilidad en los daños causados por la Revolución Cultural. Sin embargo, tras los acontecimientos de la Plaza de Tiananmen, creo que la segunda interpretación se acerca más a la realidad.

 

Así que podemos tomar este Documento como fundamentalmente fiel a la visión comunista de la realidad de la religión: un hecho que debe ser tolerado en vista a la victoria final del comunismo, pero que debe ser mantenido bajo estricto control y sumisión.

 

El Documento 9 del 2013

El documento 9 de 2013 representa la línea de Xi Jinping, el actual líder supremo de la República Popular China. Todo el mundo puede ver que hay una gran diferencia aquí con la línea de Deng Xiaoping de 1982. Es un retorno a las ideas y políticas de Mao Zedong. No hacen falta largas citas, la introducción y los subtítulos de los párrafos son bastante elocuentes (los acontecimientos que siguieron a la publicación de este Documento son aún más elocuentes).

 

Introducción: Bajo el liderazgo de Xi Jinping hemos hecho grandes progresos y ahora tenemos una gran confianza, la base ideológica de la «lucha» se está solidificando continuamente. Ya hemos logrado un gran progreso económico para que el pueblo mire al futuro con confianza, ahora nuestro objetivo debe ser una gran campaña doctrinal para que todos comprendan y participen en la construcción del socialismo con características chinas y el gran sueño chino. Debemos unificar el pensamiento, consolidar el progreso de una atmósfera positiva y fortalecer el espíritu.

 

Si bien constatamos la situación positiva, no podemos ignorar que todavía hay una lucha intensa, los siguientes temas y desafíos merecen atención.

 

(1) La democracia constitucional occidental. Con las ideas de «separación de poderes, sistema multipartidista, elecciones generales, poder judicial independiente, ejército nacional, etc.» se pretende desacreditar a la dirección del Partido, abolir la democracia popular y sustituirla por el sistema político de Occidente.

 

(2) Para debilitar los fundamentos teóricos de la dirección del Partido se exaltan los llamados valores universales como «la libertad, la democracia, los derechos humanos universales y eternos».

 

(3) Promoción de la «sociedad civil» para desmantelar la base social del gobierno del Partido. Las fuerzas enemigas han utilizado este concepto de derecho absoluto del pueblo contra nosotros, ahora nuestro propio pueblo está utilizando la misma arma para rechazar el control del Partido. Especialmente a nivel local reclaman un derecho absoluto a la libertad de acción de todo tipo de asociaciones para liberarse del control del gobierno.

 

(4) Promoción del neoliberalismo. Muchas naciones, encabezadas por Estados Unidos, quieren imponer su modelo económico de privatización absoluta, de fe ciega en el libre mercado, de globalización que margina a las naciones individuales. Vemos las desastrosas consecuencias de esta teoría en América Latina, la Unión Soviética y Europa del Este. Ha llevado a sus defensores a una crisis propia de la que aún no se han librado. Quieren cambiar la infraestructura básica de nuestra economía diciendo que es ineficaz, que perturba la economía de mercado y que, por tanto, debilita el control del gobierno sobre la economía nacional.

 

(5) Promueven la idea occidental del periodismo desafiando nuestro principio de que los medios de comunicación y el sistema de prensa deben estar sujetos a la disciplina del Partido. Hacen de los medios de comunicación «el cuarto poder», abogan por la libertad absoluta de transmitir información, quieren suprimir nuestros departamentos de propaganda. Evidentemente, su intención es oponerse a la dirección del Partido en los medios de comunicación y así infiltrarse en el terreno de nuestra ideología.

 

(6) Promueven el nihilismo histórico tratando de distorsionar la historia del Partido Comunista Chino y de la Nueva China. Niegan la inevitabilidad histórica de la Revolución, diciendo que fue un error y el comienzo de otros errores. Destacan a los líderes del Partido, negando los méritos de Mao Zedong, exagerando la brecha entre el período anterior a la reforma y la apertura y el período posterior, todo para negar al Partido la legitimidad para gobernar.

 

(7) Cuestionan la reforma y la apertura y niegan que el socialismo con características chinas sea verdaderamente socialista. Algunos dicen que la reforma y la apertura aún no se han logrado realmente, otros dicen que han ido demasiado lejos. Las discusiones y la confusión originadas en el extranjero, que ahora se extienden por toda China, suponen un obstáculo para una acción unificada y sostenida en favor de una reforma y un progreso reales.

 

Exigen la liberación de los llamados presos políticos, quieren que revoquemos el veredicto sobre Tiananmen. También con la participación de las embajadas y consulados y de las ONG que operan en China, a través de los medios de prensa y documentación.

 

Ante todos estos desafíos de las fuerzas antichinas de Occidente, las autoridades de todos los niveles, y especialmente quienes las lideran, deben prestar especial atención a la esfera ideológica y cumplir con su papel de liderazgo.

 

Este reciente Documento, que vemos muy traducido en hechos (nos interesan especialmente los puntos 2, 3 y 5) no favorece ciertamente la libertad religiosa. El único criterio de verdad es el Partido Comunista, el único titular del derecho y del poder sigue siendo el Partido Comunista. Últimamente, no podemos dejar de ver incluso la sombra de la Revolución Cultural.

 

¿Qué podemos hacer en esta situación? ¿Diálogar? ¿Mantenernos en silencio? ¿Convertirnos en loros? Que el Señor nos ilumine y nos dé fuerza.

domingo, 23 de enero de 2022

LA SINODALIDAD DE LA IGLESIA

 


Monseñor Héctor Aguer 


Infocatolica, 21/01/22

 

Se ha inaugurado recientemente, con una misa en la basílica de San Pedro, la sesión XVI del Sínodo de los Obispos, que a partir de su creación por Pablo VI, con el correr de los años se ha convertido prácticamente en una institución del gobierno eclesial. En realidad, se trata de un recurso que se ha ejercido diversa y variadamente desde la antigüedad en las distintas regiones y provincias eclesiásticas, convocadas por los patriarcas. No es el objeto de esta nota trazar una historia de los sínodos, reflejo de la vida eclesial que resulta apasionante y permite apreciar la organización de las iglesias locales y sus relaciones. Es una riqueza admirable de la Iglesia Católica. También se advierte en esa historia que la realización de un sínodo procuraba afrontar situaciones difíciles, crisis, y salir al paso de deformaciones de la fe. No es un invento extravagante, sino que surgió naturalmente, como expresión de que la Iglesia de Cristo es una comunión.

 

La palabra sínodo expresa la marcha en la historia de la Iglesia-Comunión. Viene del griego, lo cual muestra también el origen antiguo y oriental de esta institución. Sínodo es syn-hodós: la preposición o el adverbio syn, es decir, con se antepone al sustantivo hodós, camina, hacer juntos el camino. El término griego es femenino, va con el artículo he; habría que traducir entonces la vía, o la ruta. Así es como en las reuniones o asambleas sinodales se tomaban decisiones conjuntas, después del estudio y los debates. El episcopado, los sucesores de los apóstoles de Jesús, ejercía el encargo que se le había impuesto de vigilar. (skopeîn: mirar desde arriba, desde lo alto, para poder advertir cómo se encaminaban las cosas y juzgar sobre ellas con autoridad). El servicio o ministerio del obispo es el de un centinela, expresión de amor a Cristo y a su pueblo. Tenemos documentos de la actualidad en las exhortaciones postsinodales de los grandes pontífices San Juan Pablo II y Benedicto XVI. Es al Obispo de Roma, Sumo Pontífice de la Iglesia Universal, a quien corresponde la presidencia de esta institución. Es él, el Papa, quien indica los temas y las actitudes pastorales que deben sostenerlos.

 

En la anunciada reunión XVI del Sínodo de Obispos, en la misa de inauguración, el Sumo Pontífice reiteró las ya conocidas orientaciones suyas. Dijo nuevamente que la Iglesia no ha de ser «aséptica», sino «apegada a la realidad y sus problemas», debe internarse en las «rutas ásperas» de la vida del mundo, debe estar dispuesta a la «aventura del camino», no temer ante lo incierto ni refugiarse en excusas juzgando que no hace falta algo nuevo porque «siempre se ha hecho así». Abogó, según han recogido los medios de comunicación, por «una Iglesia que atienda los desafíos del mundo moderno». Este lenguaje se viene repitiendo desde hace por lo menos medio siglo, tiempo en que es innegable que la Iglesia ha caído en una noche pavorosa, salvo los resplandores breves y locales que permiten sostener la esperanza en la acción de Dios y su misteriosa providencia. Los pontificados de San Juan Pablo II y Benedicto XVI han tutelado con diligencia esos resplandores. Pero eso es ya el pasado.

 

La organización aprobada en la cúspide romana para el XVI Sínodo comprenderá, según se ha anunciado, una fase de consulta a los fieles para la cual se enviará un cuestionario a cada diócesis. He oído hablar también de una especie de sínodo general de toda la Iglesia, como un parlamento permanente. Entre tanto, ya no se predica a Jesucristo, no se reclama la conversión a la Verdad y a la Gracia. Los pecados que se denuncian son la proliferación costosísima de las armas, el estropicio de la naturaleza, la deforestación, el descuido que promueve el cambio climático, y más recientemente se ha insistido en la obligación moral de vacunarse contra el Covid.

 

La Iglesia ha quedado entrampada en un moralismo de inspiración racionalista, kantiana. Dios, el misterio de Cristo y su obra salvadora bajo el influjo de la Razón Práctica. Es terrible la responsabilidad en que incurren los pastores de la Iglesia si con fervor apostólico no llaman a la conversión. Es muy doloroso comprobar desde este rincón desolado de la Argentina que aquel ferviente amor que transmite la Palabra debemos esperarla de algún pastor de alguna iglesia evangélica, no de las grandes Iglesias de la Reforma, más arruinadas que la Católica.

 

En verdad que esa predicación evangélica incluye cierto fundamentalismo y desbordes pseudocarismáticos, pero hace resonar la Verdad ante un mundo donde reina el pecado sin trabas: Jesús vendrá de nuevo, con gloria, para el juicio del mundo y la conclusión de la historia. Es la realidad proclamada en el credo Niceno: «Et iterum venturus est cum gloria iudicare vivos et mortuos, cuius Regnum non erit finis». Es la verdad que debe ser creída en el fervor humilde de la fe, sin incurrir en disparates milenaristas, porque sólo Dios sabe el cuándo; mientras dura este cuando, en ese silencio, se va ejerciendo el misterio de la salvación, que debemos ofrecer incesantemente a cada hombre y a cada mujer. El frío y seco moralismo, y las imprecaciones por su incumplimiento, necesita ser vivificado por la gracia del amor, porque sin ésta no podrá obtener ningún efecto. El aparato político de la Iglesia, que se despliega a la «corrección» que reina en el mundo, resultará una carga insoportable si no sirve al encargo que el Señor Resucitado, antes de volver al Padre, encomendó a los apóstoles.

 

Sínodo, hacer juntos el camino, ¿cuál?. La Iglesia moderna (o mejor modernista) subraya el syn, lo que cuenta es estar juntos, ¿adónde nos lleva en su «salida»?. En la conversación que mantiene con sus discípulos en la Última Cena, Jesús intenta explicarles su regreso al Padre; les dice que va a prepararles un lugar: en la Casa del Padre hay muchas moradas; ya saben ustedes adónde voy y conocen el camino. Tomás lo interpela: «Señor, no sabemos adónde vas ¿cómo podemos conocer el camino?». Jesús le responde: «Yo soy el camino (ἐγώ εἰμι ἡ ὁδὸς) y la verdad y la vida (Jn 14,6); como señalan en su interpretación varios Padres de la Iglesia, es el Camino que da acceso al término que es él mismo en cuanto Verdad y Vida.

 

Sínodo: hacer juntos el camino que es Jesús. Este camino es el que con plena convicción y amor debe anunciar la Iglesia, desembarazándose del moralismo que la tiene atrapada, y la recluye en la asfixiante atmósfera de la Razón Práctica. Y, contemplando con alegría y amor este Camino, que es el único que tiene salida, encamine por él al mundo. Para eso le ha sido confiado el misterio sobrenatural de la fe, que debe transmitir.

jueves, 20 de enero de 2022

EL OBISPO DE TENERIFE

 

 


defiende la moral católica sobre la homosexualidad y le llueven las críticas


infovaticana | 19 enero, 2022

 

El obispo de Tenerife, Bernardo Álvarez, ha vuelto a ser hoy objeto de crítica por parte de los medios de comunicación por el hecho de recordar lo que dice la Iglesia Católica en referencia a la homosexualidad.

 

En una entrevista, el prelado aseguró que «la Iglesia tiene unos principios con lo que son las cuestiones morales, ahí está el catecismo de la Iglesia Católica. Las personas son siempre dignas de todo respeto, pero sus comportamientos son discutibles. Se dice que todas las ideas son respetables… no, todas las ideas son discutibles», afirmo el obispo de Tenerife.

 

El periodista le pregunta a Bernardo Álvarez «si la homosexualidad es un pecado mortal hoy en día», a lo que el obispo responde que «depende de la persona y las circunstancias». El prelado, explica que para que una cosa sea pecado mortal hace falta que «la persona sea consciente de que es pecado, que lo haga libremente y que no esté condicionado por nada. Que tenga conciencia de que está mal y a pesar de saberlo lo hace libremente sin ser condicionado por nadie», sentenció el prelado.

 

Además, Álvarez para hablar de la voluntariedad o no y si es motivo de pecado, puso como ejemplo el alcoholismo, ya que cuando uno debe «hace cualquier disparate porque está bebido, lo que tiene que hacer es no beber para no hacer lo siguiente, porque a causa del alcohol, lo que hizo fue sin darse cuenta», explica el obispo.

 

Numerosos medios de comunicación «claman al cielo» por las declaraciones del obispo. «El Obispo de Tenerife considera la homosexualidad un pecado mortal», titulan hoy muchos medios que hacen de la defensa de la doctrina católica por parte de un obispo católico una noticia «escandalosa».

 

El propio presidente canario, el socialista Ángel Torres, ha declarado que «la homosexualidad y la heterosexualidad son semejantes en respeto, ninguna está por encima ni por debajo de la otra. Hemos caminado mucho y nos ha costado mucho conseguir derechos de igualdad para que diga ahora que es una enfermedad o un pecado mortal. Creo que debería rectificar, sinceramente, poco favor hace a la Iglesia estas declaraciones».

 

Como es habitual, diversos colectivos LGTB han pedido la dimisión del obispo por defender lo que dice la Iglesia. estos grupos, han encontrado su altavoz en Religión Digital. El director de este medio, José Manuel Vidal, ha defendido en sus redes sociales que «el problema no es tanto (que tb) del obispo de Tenerife, sino de la moral que sostiene: «los actos homosexuales son intrínsecamente desordenados» y «no pueden recibir aprobación en ningún caso». La moral sexual necesita una ITV urgente», ha dicho el ex sacerdote, quien se vuelve a mostrar partidario de promover una herejía como la planteada por parte de la Iglesia alemana.

 

Lo que dice el Catecismo

A pesar de los continuos ataques hacía los obispos que defienden la rectitud, sana y buena doctrina, ellos se limitan a defender el credo que lo que manda la iglesia a la cual ellos pertenecen, a pesar de que defender esas posiciones sean a día de hoy políticamente incorrectas.

 

El Catecismo de la Iglesia Católica en el punto 2357 lo deja claro:

 «La homosexualidad designa las relaciones entre hombres o mujeres que experimentan una atracción sexual, exclusiva o predominante, hacia personas del mismo sexo. Reviste formas muy variadas a través de los siglos y las culturas. Su origen psíquico permanece en gran medida inexplicado. Apoyándose en la Sagrada Escritura que los presenta como depravaciones graves (cf Gn 19, 1-29; Rm 1, 24-27; 1 Co 6, 10; 1 Tm 1, 10), la Tradición ha declarado siempre que “los actos homosexuales son intrínsecamente desordenados” (Congregación para la Doctrina de la Fe, Decl. Persona humana, 8). Son contrarios a la ley natural. Cierran el acto sexual al don de la vida. No proceden de una verdadera complementariedad afectiva y sexual. No pueden recibir aprobación en ningún caso».

domingo, 16 de enero de 2022

LA MAYOR UNIVERSIDAD

 

 


‘católica’ de EE UU reconoce nueve géneros

 

Por Carlos Esteban


Infovaticana, 14 enero, 2022


La Doctrina católica enseña, siguiendo a la Escritura, que “hombre y mujer Dios los creó”, pero eso no ha pesado ni mucho ni poco en la actitudes de los responsables de la Universidad DePaul, la universidad católica más grande de los Estados Unidos, ahora permite a los estudiantes elegir entre nueve géneros para autoidentificarse.

 

Que el ‘acercamiento al mundo’, pilar del Concilio Vaticano II, parece haber acabado en una rendición a las últimas modas ideológicas del mundo no es precisamente una opinión original. El problema es que casi cada día nos topamos con alguna noticia que confirma este temor y da la medida de cuán profunda está siendo la caída,

 

El último caso nos lo trae La Nuova Bussola Quotidiana, y se refiere a la mayor universidad de Estados Unidos que aún exhibe el título de ‘católica’, DePaul, que da a sus estudiantes la oportunidad de identificarse como pertenecientes a nueve ‘géneros’, esa palabra inconcebiblemente estúpida que ha abierto la puerta a una nueva modalidad de caos antropológico.

 

En el centro de este curioso avance está la plataforma en línea de la universidad, Campus Connect, que ahora ofrece a los miembros la oportunidad de elegir entre nueve «opciones de género». Parece una nimiedad, pero no lo es en absoluto. Campus Connect aloja información sobre y para estudiantes, profesores y personal y para intercambiar comunicaciones. Y hasta la fecha, de hecho, permite nueve identificaciones de género, siendo posible elegir entre masculino, femenino, intersexual, no binario, transgénero masculino, transgénero femenino, cisgénero,»no especificado» y «no deseo identificarme». Lo normal, lo corriente ya en el mundo secular, pero que sigue chocando en un centro académico que lleva el título de ‘católico’.

 

La verdad es que la diversidad de opciones que ofrece Campus Connect no es de lejos el único indicio de que la universidad católica ha comprado entero el delirante ‘pack’ de la ideología de género. Por ejemplo, ‘equivocarse’ con el género al hablar de una persona se considera ya “acto de violencia”. Afortunadamente, el inglés carece de géneros salvo en los pronombres de tercera persona del singular; en español, por ejemplo, las posibilidades de cometer un delito de odio por un descuido o por pura coherencia se multiplicarían,