‘católica’ de EE
UU reconoce nueve géneros
Por Carlos Esteban
Infovaticana, 14
enero, 2022
La Doctrina
católica enseña, siguiendo a la Escritura, que “hombre y mujer Dios los creó”,
pero eso no ha pesado ni mucho ni poco en la actitudes de los responsables de
la Universidad DePaul, la universidad católica más grande de los Estados
Unidos, ahora permite a los estudiantes elegir entre nueve géneros para
autoidentificarse.
Que el
‘acercamiento al mundo’, pilar del Concilio Vaticano II, parece haber acabado
en una rendición a las últimas modas ideológicas del mundo no es precisamente
una opinión original. El problema es que casi cada día nos topamos con alguna
noticia que confirma este temor y da la medida de cuán profunda está siendo la
caída,
El último caso nos
lo trae La Nuova Bussola Quotidiana, y se refiere a la mayor universidad de
Estados Unidos que aún exhibe el título de ‘católica’, DePaul, que da a sus
estudiantes la oportunidad de identificarse como pertenecientes a nueve
‘géneros’, esa palabra inconcebiblemente estúpida que ha abierto la puerta a
una nueva modalidad de caos antropológico.
En el centro de
este curioso avance está la plataforma en línea de la universidad, Campus
Connect, que ahora ofrece a los miembros la oportunidad de elegir entre nueve
«opciones de género». Parece una nimiedad, pero no lo es en absoluto. Campus
Connect aloja información sobre y para estudiantes, profesores y personal y
para intercambiar comunicaciones. Y hasta la fecha, de hecho, permite nueve
identificaciones de género, siendo posible elegir entre masculino, femenino,
intersexual, no binario, transgénero masculino, transgénero femenino,
cisgénero,»no especificado» y «no deseo identificarme». Lo normal, lo
corriente ya en el mundo secular, pero que sigue chocando en un centro
académico que lleva el título de ‘católico’.
La verdad es que
la diversidad de opciones que ofrece Campus Connect no es de lejos el único
indicio de que la universidad católica ha comprado entero el delirante ‘pack’
de la ideología de género. Por ejemplo, ‘equivocarse’ con el género al hablar
de una persona se considera ya “acto de violencia”. Afortunadamente, el inglés
carece de géneros salvo en los pronombres de tercera persona del singular; en
español, por ejemplo, las posibilidades de cometer un delito de odio por un
descuido o por pura coherencia se multiplicarían,
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