jueves, 31 de diciembre de 2020

EL CORAJE DE LOS CATÓLICOS


 examen de conciencia para los obispos

Brújula cotidiana, 31-12-2020

 

El Parlamento argentino aprueba la ley sobre el aborto promovida por el presidente Fernández, que se jactó de ser «un católico que no considera el aborto un pecado». El trabajo corajudo del laicado católico celeste (provida) que, sin embargo, no ha encontrado el apoyo necesario por parte del Papa y de la jerarquía eclesial, que ya no tiene influencia. Y también la ausencia de mensajes en primera persona y públicos por parte del Pontífice argentino, tuvo su peso.

 

En la República Argentina, bajo el sumo pontificado de un papa argentino que todavía no visitó a su Patria como sucesor del Apóstol San Pedro, se acaba de aprobar la ley abortista que termina de convalidar, jurídicamente, el auténtico genocidio que se viene perpretando desde hace rato en nuestro suelo patrio. Se trata de un genocidio sufrido por seres humanos indefensos y que, mejor recordarlo en tiempos de "catolicismo" naturalista, debemos encomendar a la misericordia divina para que alcancen la salvación.

 

Respecto del contenido de la inicua ley aprobada, pueden consultarse excelentes análisis críticos de prestigiosos juristas. En esta oportunidad, el Poder Ejecutivo de la Nación encabezado por Alberto Fernández ("Soy un católico que cree que el aborto no es un pecado", dixit), remarcó la razón de "salud pública" para justificar la presentación del proyecto de ley abortista. Lo curioso es que, cuando la media sanción llegó al Senado argentino -luego de ser aprobada en Diputados-, el tratamiento no fue encabezado por la Comisión de Salud. Otra contradicción de la clase partidocrática argentina. Y van...

 

Para un análisis en detalle, conviene tener en cuenta lo dicho por la Asociación para la Promoción de los Derechos Civiles (Prodeci):

 

"El Proyecto desconoce la ciencia sobre la biología humana, es moral y jurídicamente aberrante por varias razones. Primero, porque atenta contra todo criterio ético matar a un ser humano inocente e indefenso. El  derecho a la vida humana es de orden natural y anterior a cualquier reconocimiento legal, por lo que el legislador carece de facultades para cercenarlo. Segundo, porque repugna flagrantemente a nuestro orden constitucional y resulta inconciliable con un marco legal que reconoce la existencia de una persona con derecho a la vida desde el momento de la concepción (cfr. art. 75 incs. 22 y 23, ley Nº 23.849 que aprueba la Convención sobre los Derechos del Niño, arts. 19 Cód. Civ. y Com y cc, entre muchas otras normas que protegen la vida del nasciturus). Tal como lo entienden expertos en la materia, si se admitiera hipotéticamente que el legislador tuviere semejantes facultades, la sanción de un derecho al aborto debería estar precedido -cuanto menos- de una reforma constitucional, lo cual requeriría mayorías especiales en ambas cámaras del Congreso. De igual modo, se violentan aquellas Constituciones Provinciales que reconocen explícitamente el derecho a la vida desde la concepción hasta la muerte natural.

 

La consagración de un derecho subjetivo al aborto, como se pretende, es individualismo desenfadado y atroz (ver arts. 1º, 2º, 4º, 5º y cc del Proyecto). El Proyecto de Ley en debate ensalza la autonomía de la madre (ver art. 5º,  inciso d), al punto que le permite deshacerse de su hijo sin otro argumento que el no haberlo deseado. Paradójicamente, esta concepción retorcida de la libertad, conlleva al abandono de la mujer embarazada que, en momentos de dificultad, queda a solas con su decisión. Así, se le retacea información fundamental, no se le ofrece otras alternativas y, a la vez, se desliga de responsabilidades al padre, que tiene derechos y deberes respecto del hijo concebido.

 

Del otro lado, el Proyecto de Ley acorrala y amedrenta a los médicos para que ejecuten el aborto exigido “a libre demanda”. En este sentido, se prohíbe al personal de la salud ofrecerle recomendaciones o juicios de cualquier carácter (art. 5º, inc. d); se contempla un nuevo delito, para el que “dilatare injustificadamente, obstaculizare o se negare (…) a practicar un aborto en los casos legalmente autorizados” (art. 15); se amenaza a los profesionales de salud con sanciones penales, civiles y administrativas incluso si es objetor (art. 10), se lo fuerza a capacitarse en los contenidos de la norma (art. 19) y se fuerza al personal sanitario a promocionar el aborto, incluso si la embarazada no lo solicita (art. 5º inc, e). El derecho a la objeción de conciencia individual es indebidamente restringido: solo se la admite respecto de la intervención directa en la práctica y subordinado a la “no ocurrencia” de circunstancias fácticas difusas (ver. art. 10). Esta postura restrictiva se reitera respecto de las instituciones con ideario opuesto al aborto, que deberán derivar al paciente en forma “efectiva” y cargar con los costos que conlleve (art. 11). En definitiva, los profesionales de la salud son forzados a violar su juramento hipocrático, su libertad médica y de conciencia.

 

Por otra parte, el Proyecto de Ley pretende avanzar en introducir adoctrinamiento en favor del aborto a través de la educación sexual integral, lo que anuncia un avasallamiento del ideario de innumerables establecimientos educativos (art. 13)".

*****

Dicho esto, resulta necesario hacer una consideración sobre el rol de la Iglesia Católica en la Argentina a propósito de la batalla en favor o en contra de la ley abortista recientemente sancionada. En este caso, a su vez, debemos distinguir entre la acción del laicado católico y la de la jerarquía eclesiástica.

 

Los laicos católicos argentinos, sobre todo a partir de 2018, hemos dejado la vida en las trincheras para defender la vida de los niños por nacer. Hemos aprendido a pulir nuestras diferencias de temperamento, de genio y figura en pos de una causa común. Hemos coordinado los esfuerzos, cada cual desde su competencia, en un frente compacto no obstante las limitaciones con las que contamos por ser hombres y no ángeles. Lo hicimos, a su vez, con los evangelistas -nobleza obliga, les debemos todo nuestro reconocimiento- y con tantos hombres de buena voluntad. Todos amamos y nos duele nuestra querida Patria Argentina.

 

En cambio, no recibimos un mensaje concreto y directo de aliento, de apoyo, de fortalecimiento, del papa. Lo mismo que en 2018, más allá de la diferencia del resultado de la respectiva votación. ¿Es razonable pensar que con cartas privadas dirigidas a terceros se va a convencer a un Presidente, a una vicepresidente, a los diputados y los senadores para que gobiernen y voten celeste? ¿Es razonable pensar que, sin un mensaje personal y público aquí y ahora, con su firma de puño y letra al pueblo argentino, nos vamos a convencer que hizo todo lo que podía? ¿Ni siquiera unas palabras en un Ángelus dominical? En cuanto a la Conferencia Episcopal Argentina, en su estilo de "diálogo democrático" parece Sara Kay en el mundo de 1984 orwelliano.

 

Además de que, como la clase partidocrática argentina, se representa a sí misma y no al auténtico Pueblo de Dios, el que todos los días, en cada hora, en cada minuto, en cada instante, deja la vida en el campo de batalla bajo el mando de sus jefes naturales y con el auxilio espiritual de tantos buenos sacerdotes y pocos obispos que hablan el lenguaje del Evangelio y no el del mundo. Pareciera que la Conferencia Episcopal Argentina no advierte que su influjo, tanto en la clase política como en los fieles católicos, es cada vez más insignificante. No hay que ser un genio para advertir una de las razones, patente, entre otros ejemplos, en sus declaraciones: como el movimiento hippie, predican paz y amor pero no el Evangelio. Hace rato que, en sus declaraciones, se ha perdido la obligación de restablecer a la Argentina en Jesucristo. Basta repasar, nomás, la mayoría de las  homilías episcopales a propósito de la solemnidad de Cristo Rey.

 

Con todo, estamos obligados a seguir librando el buen combate (1 Tim 6, 12) y a seguir esperando. Como afirmó la Doncella de Orleans: "A nosotros nos toca luchar y Dios dará la victoria".

miércoles, 30 de diciembre de 2020

GRAVE PROPUESTA

 

Bätzing pide cambiar el Catecismo para admitir las uniones al margen del matrimonio y entre homosexuales

 

Infocatólica, 30/12/20

 

El obispo de Limburgo y presidente de la Conferencia Episcopal Alemana no solo pretende que se cambie la doctrina sobre el sacramento del orden sino toda la moral católica. Desea que dicho cambio llegue al Catecismo. También insiste en la interecomunión entre católicos y luteranos

 

En su entrevista al número de enero de la revista «Herder Korrespondenz», Mons. Bätzing se pronunció a favor de cambios de gran alcance en la Iglesia católica. Entre otras cosas, sugirió un cambio en el catecismo para tener en cuenta a las parejas que no pueden casarse por la iglesia. Para las personas que piden la bendición de Dios, «se necesitan soluciones que no solo sean efectivas en la vida privada, sino que también tengan visibilidad pública, aunque quede claro que no se establece el matrimonio», respondió el obispo cuando se le preguntó sobre una bendición para parejas homosexuales.

 

Él prelado cree que se pueden encontrar formas que son posibles en el lenguaje litúrgico sin la aprobación de Roma. «Puedo decir por mí mismo que después de una intensa discusión creo que deberíamos cambiar el catecismo en este sentido», dijo Bätzing literalmente.

 

Crítica a la oposición de Doctrina de la Fe a la intercomunión

 

El presidente de la Conferencia Episcopal también defendió claramente el documento «Juntos en la mesa del Señor - Perspectivas ecuménicas en la celebración de la Cena del Señor y la Eucaristía» del Grupo de Trabajo Ecuménico (ÖAK), con el que el comité hizo un llamamiento a favor de la intercomunión entre católicos y protestantes. Según Bätzing, el documento es «un paso adelante inteligente que se presenta con buenas razones». La crítica al documento debe ser bien recibida y respondida en la medida de lo posible: «Esto está sucediendo ahora mismo. Nosotros, como Conferencia Episcopal, responderemos a las indagaciones magisteriales de Doctrina de la Fe e incorporaremos la crítica en nuestra apreciación del documento ÖAK. Al mismo tiempo, la ÖAK se ocupa de los propios contraargumentos y volverá a responder».

 

En este contexto, el obispo expresó críticas a la reacción de la Congregación para la Doctrina de la Fe. Por ejemplo, le irrita que la carta del cardenal Ladaria con las objeciones magisteriales a la interecomunión hubiera llegado unos días antes del comienzo de la asamblea plenaria de otoño de la conferencia episcopal, aunque el proceso de examen ya se había iniciado el 20 de mayo. Incluso durante su visita inaugural al Vaticano como presidente de DBK en junio, ninguno de los cardenales involucrados le dijo «que el proceso está siendo examinado actualmente y que les gustaría hablar conmigo al respecto», dijo el obispo de Limburgo, quien también criticó el hecho de que las objeciones del dicasterio vaticano aprecian muy poco los esfuerzos ecuménicos que están detrás de las deliberaciones de la ÖAK. «No es una fiesta de café ecuménica cualquiera, sino un grupo de expertos que también están personalmente apasionados por el ecumenismo. Hay algo de cínico en simplemente decirles: No, nada de esto funciona, sigan trabajando», enfatizó Bätzing.

martes, 29 de diciembre de 2020

UN TEMA QUE GENERA DUDAS

 

La vacuna y los fetos abortados

La traición del Vaticano

Ricardo Cascioli

ECCLESIA, 29-12-2020


Incluso en el Vaticano se distribuirá una vacuna para cuya fase de prueba se han usado líneas celulares de fetos abortados. Ayer mismo el presidente de la Academia Pontificia para la Vida, monseñor Vincenzo Paglia, brindó por el Día Europeo de la Vacuna hablando de “una luz que se enciende en un túnel hasta ahora muy oscuro”. Es una “campaña vacunal” en la que debemos enmarcar la decisión de no querer negar la interpretación que todos los medios de comunicación han dado al documento de la Congregación para la Doctrina de la Fe, es decir, que la Iglesia acepta las vacunas hechas a partir de las células de fetos abortados. Una elección muy grave que tendrá repercusiones dramáticas para la defensa de la vida.

 

Resumen: El pasado 21 de diciembre, la Congregación para la Doctrina de la Fe (CDF) publicó una “Nota sobre la moralidad del uso de ciertas vacunas anti-Covid-19”. Esta Nota es la respuesta a las preguntas recibidas sobre las vacunas “desarrolladas recurriendo, en el proceso de investigación y producción, a líneas celulares derivadas de tejidos obtenidos de dos abortos ocurridos en el siglo pasado”.

 

La CDF resume lo que la propia CDF y la Academia Pontificia para la Vida ya habían explicado en el pasado: el uso de estas vacunas es lícito en casos de necesidad y si no hay alternativas éticamente irreprochables, sin perjuicio de la condena del aborto y la oposición moral al “uso de líneas celulares derivadas de fetos abortados”. Y también sin perjuicio de la petición a las compañías farmacéuticas y a las agencias gubernamentales de salud para que encuentren vacunas éticamente aceptables. Punto. En los artículos anteriores hemos tratado de explicar la continuidad en principio de este documento con respecto a los anteriores a los que se refiere explícitamente.

 

Obviamente podemos discutir sobre la forma en la que se ha escrito este documento, se pueden discutir las prioridades expresadas por esta nota en comparación con los documentos anteriores y el contexto diferente en el que surgen (lo hacemos en otro artículo). También hay que tener en cuenta que por primera vez un documento del Vaticano declara explícitamente que no es admisible la vacunación obligatoria.

 

Pero dejemos todo esto a un lado por un momento. Veamos, en cambio, otro aspecto muy importante: cómo se ha recibido y comunicado el contenido del documento. En los medios de comunicación de todo el mundo el mensaje transmitido es que ha habido un cambio en la Iglesia, que ahora “juzga moralmente permisibles las vacunas desarrolladas a partir de células de fetos abortados”.

 

Un mensaje muy grave, aunque sólo afectara a la cuestión de las vacunas anticovid: legitimaría el uso de las que son éticamente inaceptables incluso sin el estado de necesidad y mientras se espera la autorización de otras vacunas que no presentan el mismo problema.

Pero la cosa es aún más grave si se tiene en cuenta que se están estudiando varios fármacos para la investigación con líneas celulares de otros fetos abortados, y que existe una fuerte presión para liberalizar la investigación sobre los embriones (algo que ya está ocurriendo en parte). El mensaje que se ha presentado –más allá de lo que realmente está escrito en la Nota- constituye así el cambio de tendencia de lo que la Iglesia siempre ha mantenido y un verdadero desastre en lo que respecta a la defensa de la vida.

 

Si se tratara realmente de resumir lo que la Iglesia siempre ha dicho sobre este tema, sería evidente -frente a la enorme manipulación e instrumentalización de un documento- una negación inmediata, rápida y clara que no deje lugar a malentendidos. Pero no ha sido así. Por parte de la Santa Sede y de la CDF sólo silencio. Y, a decir verdad, no es la primera vez que esto sucede.

 

Pero las implicaciones de este silencio son muy graves: todos, incluidos los creyentes, acabarán pensando que la Santa Sede –y el propio Papa, que ha aprobado la publicación de la Nota- en realidad tenía la intención de despejar el camino para el uso de células de fetos abortados con fines médicos. Todo el mundo tiene derecho a pensar que ahora la ley del “fin justifica los medios” se aplica también en el Vaticano. Y esto ciertamente no puede haber escapado a la atención de quien se encarga de la comunicación del Vaticano, dado que estamos hablando de un periodista experto. El silencio en este caso -por parte de todos los organismos competentes- sólo puede ser complicidad con aquellos que conciben los fetos y embriones sólo como material biológico para ser usado a su antojo, complicidad con aquellos que atacan la vida.

 

Pero esto no acaba aquí por desgracia: de hecho, todo el asunto es parte de una campaña de “martilleo vacunal” del Vaticano que empezó hace meses y que dirige el propio Papa Francisco en persona, una campaña que ha contribuido no poco a revestir de mesianismo la espera de la vacuna. Incluso ayer, el día de la Vacuna para toda la Unión Europea, un triunfador monseñor Vincenzo Paglia, presidente de la Academia Pontificia para la Vida, habló de “una luz que se enciende en un túnel hasta ahora muy oscuro” y de “un día histórico que subraya la responsabilidad de la ciencia, la política, la moral y la justicia”.

 

Sin embargo, las repetidas intervenciones del Papa han desplazado el tema de debate al modo de distribución de la vacuna, en vez de hablar sobre el aspecto moral, el modo de aplicación, su seguridad o su eficacia. Es decir, lo importante es que se distribuya a todos, sobre todo a los pobres, a los vulnerables. Lo ha reiterado una vez más el día de Navidad, en el mensaje Urbi et Orbi, cuando ha dicho que las vacunas son “luces de esperanza” si están “a disposición de todos”, especialmente “para los más vulnerables y necesitados en todas las regiones del planeta”.

 

Y, por tanto, he aquí que en enero comenzará la campaña de vacunación en el Vaticano –tal y como ha explicado el Director de Salud de la Gobernación, Andrea Arcangeli, a Vatican News- con el producto de la farmacéutica Pfizer, que es precisamente una de las vacunas para las que se han utilizado las líneas celulares incriminadas en la fase de prueba. Sin esperar la llegada de otras vacunas “éticamente irreprochables” y sin siquiera plantear una duda sobre la necesidad real o la seguridad y eficacia reales.

 

Y es que, frente a los hechos, las palabras se las lleva el viento.

lunes, 28 de diciembre de 2020

ORACIÓN POR LA VIDA

 


 

Oh María,

aurora del mundo nuevo,

Madre de los vivientes,

a Ti confiamos la causa de la vida:

mira, Madre, el número inmenso

de niños a quienes se impide nacer,

de pobres a quienes se hace difícil vivir,

de hombres y mujeres víctimas

de violencia inhumana,

de ancianos y enfermos muertos

a causa de la indiferencia

o de una presunta piedad.

Haz que quienes creen en tu Hijo

sepan anunciar con firmeza y amor

a los hombres de nuestro tiempo

el Evangelio de la vida.

Alcánzales la gracia de acogerlo

como don siempre nuevo,

la alegría de celebrarlo con gratitud

durante toda su existencia

y la valentía de testimoniarlo

con solícita constancia, para construir,

junto con todos los hombres de buena voluntad,

la civilización de la verdad y del amor,

para alabanza y gloria de Dios Creador

y amante de la vida.

 

Dado en Roma, junto a san Pedro, el 25 de marzo, solemnidad de la Anunciación del Señor, del año 1995, decimoséptimo de mi Pontificado.

 

IOANNES PAULUS PP. II

jueves, 17 de diciembre de 2020

SALUDOS

 

Al finalizar el año, el Centro de Estudios Cívicos saluda y agradece a sus socios, amigos y seguidores que nos acompañan habitualmente en nuestras actividades de difusión cultural.

Pese a las dificultades provocadas por la pandemia, hemos podido mantener actualizados nuestros blogs, publicado artículos, y cuatro números de la revista Orden Natural *.

Para paliar de algún modo la imposibilidad de reuniones presenciales, abrimos un canal de Youtube donde están archivados 10 videos dedicados al Ciclo “Hitos de la Historia Argentina”, que pueden verse en dicho sitio, buscando:

Centro de Estudios Cívicos

Esperamos poder continuar el año próximo con nuestra tarea.

Córdoba, 17-12-2020

Mario Meneghini

·         www.orden-natural.blogspot.com

martes, 15 de diciembre de 2020

CARDENAL BURKE

 


el virus ha sido utilizado por ciertas fuerzas “para promover su perversa agenda”

 

Por INFOVATICANA | 14 diciembre, 2020

Secretum Meum Mihi ha traducido un artículo de AlphaNews firmado por Anthony Gockowski en el que recoge las palabras del cardenal estadounidense Raymond Leo Burke durante la homilía que dio el pasado sábado, con motivo de la fiesta de la Virgen de Guadalupe

 

En un momento cuando “necesitamos estar cerca unos de otros en el amor cristiano, las fuerzas mundanas nos aislarían y nos harían creer que estamos solos y que dependemos de las fuerzas seculares, lo que nos convertiría en esclavos de su agenda impía y asesina”, dijo Burke dijo durante la homilía del sábado pronunciada en el lugar de peregrinación de La Crosse, Wisconsin.

 

“Venimos a Nuestra Señora de Guadalupe el día en el día de su fiesta con el corazón angustiado y apesadumbrado. Nuestra nación atraviesa una crisis que amenaza su futuro como libre y democrática. La propagación mundial del materialismo Marxista, que ya ha traído destrucción y muerte a la vida de tantos, y que ha amenazado los cimientos de nuestra nación durante décadas, ahora parece apoderarse del poder gobernante sobre nuestra nación”, comenzó Burke.

 

“Para lograr ganancias económicas, nosotros como nación nos hemos permitido volvernos dependientes del Partido Comunista Chino, una ideología totalmente opuesta a los cimientos cristianos sobre los cuales las familias y nuestra nación permanecen seguros y prósperos”, afirmó el purpurado. Aunque habló específicamente de Estados Unidos, dijo que “evidentemente, muchas otras naciones están atravesando una crisis similar, más alarmante”, dijo.

 

“Luego está el misterioso virus de Wuhan sobre cuya naturaleza y prevención los medios de comunicación nos dan a diario información contradictoria. Lo que está claro, sin embargo, es que ha sido utilizado por ciertas fuerzas, enemigas de las familias y de la libertad de las naciones, para promover su perversa agenda. Estas fuerzas nos dicen que ahora somos sujetos del llamado ‘Gran Reinicio’, la ‘nueva normalidad’, que nos es dictada por su manipulación de los ciudadanos y las naciones a través de la ignorancia y el miedo”, señaló el cardenal.

 

Dadas estas condiciones “penosas”, ahora se les pide a los estadounidenses que encuentren “la manera de comprender y dirigir” sus vidas en una “enfermedad y su prevención”, en lugar de “en Dios y en su plan para nuestra salvación”.

 

“La respuesta de muchos obispos y sacerdotes, y de muchos fieles, ha manifestado una lamentable falta de una sólida catequesis. Muchos en la Iglesia parecen no entender cómo Cristo continúa su obra salvadora en tiempos de plagas y otros desastres”, dijo el purpurado de 72 años.

 

“Lo que es más, nuestra santa madre Iglesia, la novia sin mancha de Cristo, en la que Cristo está siempre obrando por nuestra redención eterna, está acosada por informes de corrupción moral, especialmente en asuntos del sexto y séptimo mandamientos, que parecen aumentar diariamente. En nuestra propia nación, los informes sobre Theodore McCarrick han tentado con razón a muchos católicos devotos a cuestionar a los pastores, quienes, de acuerdo con el plan de Cristo para la Iglesia, deben ser sus guías seguros al enseñar las verdades de la fe, guiándolos en la apropiada adoración a Dios y en la oración a él, y guiándolos por medio de la perenne disciplina de la Iglesia”, explicó Burke.

 

En cambio, los fieles con demasiada frecuencia “no reciben nada en respuesta, o una respuesta que no se basa en las verdades inmutables con respecto a la fe y la moral”.

 

“Reciben respuestas que parecen provenir no de pastores sino de administradores seculares. La confusión sobre lo que verdaderamente nos enseña y exige la Iglesia de acuerdo con su enseñanza genera divisiones cada vez mayores dentro del cuerpo de Cristo. Todo esto paraliza a la Iglesia en su misión de testimoniar la verdad y el amor divinos en un momento en que el mundo nunca ha necesitado más que la Iglesia sea un faro”, manifestó el cardenal americano.

 

“Al encontrarse con el mundo, la Iglesia falsamente quiere acomodarse al mundo en lugar de llamar al mundo a la conversión en obediencia a la ley divina escrita en cada corazón humano y revelada en su plenitud en la encarnación redentora de Dios Hijo”, añadió.

 

El cardenal dijo que estos problemas “presentan un desafío formidable” para la vida cristiana y han producido “el más doloroso sufrimiento”.

 

“Sí, es comprensible que nuestro corazón esté apesadumbrado, pero Cristo, por intercesión de su Virgen Madre, eleva nuestro corazón al suyo, renovando nuestra confianza en Él, quien nos ha prometido la salvación eterna en la Iglesia. Él nunca será infiel a sus promesas. Nunca nos abandonará”, dijo. “No nos dejemos engañar por las fuerzas del mundo ni por falsos profetas. No abandonemos a Cristo y no busquemos nuestra salvación en lugares donde nunca se podrá encontrar”, concluyó Burke.

 

Artículo aparecido en AlphaNews y traducido por Secretum Meum Mihi. Adaptaciones de InfoVaticana.

BOFF

 

 


 “El ser humano es la gran amenaza para la vida en la Tierra”

 

Por Carlos Esteban

Infovaticana  | 14 diciembre, 2020

El hombre es Para Dios, el ser humano es una criatura por cuya salvación eterna quiso hacerse hombre y padecer la muerte en la cruz. Para el teólogo disidente Leonardo Boff, cercano al Papa, es “la gran amenaza para la vida en la Tierra”.

Leonardo Boff, el franciscano brasileño secularizado que ha pasado de la Teología de la Liberación a la Ecología Integral, y de ser disciplinado por el entonces prefecto para la Doctrina de la Fe, cardenal Joseph Ratzinger, a convertirse en “querido hermano” y colaborador de su sucesor, Francisco (presume de haberle inspirado abundantemente la encíclica Laudato Sì), acaba de publicar su último libro, ‘Una ecología integral’, y nuestros colegas de Religión Digital han querido celebrar tan magno evento con un coloquio digital en el que interviene nuestro teólogo.

 

En él, el brasileño suelta perlas de este cariz: “La teología tiene que hacer una opción por los pobres, a favor de la justicia y de la libertad. Y dentro del ‘gran pobre’, hay que poner al grandísimo pobre que es la Tierra, la más violada, la más perseguida”. Ya saben: la Tierra, como ‘gran pobre’, violada y perseguida, debe de ser, en consecuencia, un ente autoconsciente, la Pachamama, con más méritos para atraer nuestros desvelos que cualquier ser humano dotado de alma inmortal.

O esta: “Estamos de cara a una situación en la que la humanidad se encuentra en una encrucijada. El ser humano es la gran amenaza de la vida de la Tierra”.

O esta: “Darnos cuenta que todo está ligado, interconectado, todos estamos conectados, sino que somos el conjunto de todas las relaciones con todos”.

 

Era el paso que quedaba. De la Tierra “casa común” a la tierra que tiene en su huésped su peor enemigo; del hombre como guardián y custodio de la Naturaleza, al hombre que solo puede definirse diluido en “el conjunto de todas las relaciones con todos”, en un batiburrillo ecomístico en el que están las mareas y los cocodrilos, los seres humanos y el coronavirus.

 

El Papa Benedicto XVI hizo una famosa carga contra el relativismo como dictadura de nuestro siglo, y no seré yo quien le quite la razón. Pero, en otro sentido, el relativismo define la realidad, en el sentido de que todo, salvo Dios, se explica en relación con alguna otra cosa. La perversión de esta relación justa es lo que llamamos ‘mal’ o, si se comete voluntaria y conscientemente, ‘pecado’. San Agustín lo definía como “uti fruendi et frui utendi”, es decir, usar lo que debemos gozar, y gozar lo que debemos usar. Convertir los medios en fines y los fines, en medios, en definitiva.

 

Y ese es el error de Boff, y el peligro del actual énfasis de la ‘conversión ecológica’ y los ‘gritos de la Tierra’. La Tierra, la naturaleza, existe para el hombre. La Escritura es diáfana en ese sentido al contar cómo Dios crea un Jardín para que lo habite el Hombre y cómo pone a todas las criaturas bajo su autoridad.

 

En la versión de la ecología mística, la relación es la contraria: el hombre es solo un elemento de esa naturaleza, elemento que se ha convertido eventualmente en una “amenaza”. Ni rastro aquí del ser por cuyo amor el propio Dios se hace uno de ellos y sufre una muerte infamante para abrirle las puertas del Cielo.

 

Ni rastro de la Vida Eterna, de la que nunca se acaba, ninguna referencia a que este “conjunto de relaciones”, esta “casa común” esté llamada a la destrucción y participe de la Caída.

CARTA A LOS OBISPOS ARGENTINOS

 

Conozco bien tus obras, que no eres frío, ni caliente: ojalá fueras frío o caliente. Más por cuanto eres tibio, y no frío ni caliente, estoy para vomitarte de mi boca.

Apocalipsis, 3, 15-16                                              

 

CORDOBA, 14 de diciembre de 2020

A LOS

SRES ARZOBISPOS

IGLESIA CATOLICA ARGENTINA

ESTIMADOS MONSEÑORES:

                                                            CONOCIDA LA VOTACION DE LOS DIPUTADOS NACIONALES, DONDE CON OTRO NOMBRE SE LEGALIZA EL ABORTO, LOS CATOLICOS ESTAMOS A LA ESPERA DE QUE EN TODOS LOS SERMONES DE LA SANTA MISA, SE MENCIONE LOS NOMBRES DE LOS DIPUTADOS NACIONALES QUE EN REPRESENTACION DE LA PROVINCIA, DIERON SU VOTO APROBATORIO AL PROYECTO –QUE YA TIENE MEDIA SANCION- Y QUE EN CONSECUENCIA ESTAN EXCOMULGADOS E IMPEDIDOS DE RECIBIR EL SACRAMENTO DE LA COMUNION Y SE RECUERDE A TODOS LOS FIELES QUE EN ADELANTE NO PODRAN DAR SU VOTO A NINGUNA LISTA ELECCIONARIA DONDE FIGUREN DICHOS DIPUTADOS.

 

                                                            ASIMISMO, EN CADA OCASIÓN, JUNTO CON LA INFORMACION ANTERIOR, DEBE DARSE A CONOCER EL NOMBRE DE LOS DIPUTADOS QUE RECHAZARON EL MENCIONADO PROYECTO, GOZANDO POR SU ACTITUD LA CONFIANZA DE LA GREY CATOLICA.

                                           EN EL SITO NOTIVIDA:                  https://www.notivida.org/votaciones/indice_Aborto_Diputados2020.html

ESTA EL DETALLE DE COMO VOTARON LOS DIPUTADOS NACIONALES DE LAS PROVINCIAS Y CABA.

 

                                                            LOS CATOLICOS ARGENTINOS  DESEAMOS QUE EN ESTA BATALLA  CONTRA LOS HERODES CONTEMPORANEOS, SEAN NUESTROS PASTORES LOS QUE NOS GUIEN Y ORGANICEN.

                                                            LA PRESENTE NOTA QUE INCLUIRE EN EL SITIO: NUESTROS LEGISLADORES DE FACEBOOK, SE HA ENVIADO AL CORREO ELECTRONICO DE TODOS LOS ARZOBISPOS DE ARGENTINA, CON EXCEPCION DEL DE CORDOBA, QUE NO TIENE MAIL.

 

                                                            ATENTAMENTE.

 

                                                Lic. Carlos A. N. Rivero

                                                canr66@gmail.com

                                                           

                                                           

 

viernes, 11 de diciembre de 2020

PELIGRO DE INCULTURACIÓN

 


 La liturgia no se diseña por decreto

Brújula cotidiana, 11-12-2020

 

En breve se publicará el Misal Romano en el rito zaireño, el primer Misal inculturado, que puede ser un preludio del próximo rito amazónico. Pero hay dos riesgos en esta operación: introducir elementos paganos y producir una nueva liturgia con un objetivo de política eclesiástica en lugar de un objetivo de misión.  Sobre este tema ya advirtió Benedicto XVI: “Una liturgia no nace por medio de decretos”.

 

La inculturación de la liturgia es un gran problema. ¿Es necesario partir de las culturas o de la liturgia de la Iglesia? Responder “de ambos” no es una solución sino una laguna. Entre los dos elementos sólo uno debe ser el que ordena, de lo contrario obtenemos un enfoque meramente exterior. Ya sobre este tema habló claro Benedicto XVI: “Una liturgia no nace por medio de decretos”.

 

El tema, muy típico del post Concilio, está ahora de nuevo en el centro de atención con la liturgia en el rito zaireño. De hecho está a punto de publicarse el libro sobre el Misal Romano en el rito zaireño, el primer Misal inculturado. El primero pero seguramente no el único ni el último. En el prefacio del libro, el Papa Francisco anuncia que el próximo paso será el Misal en el rito amazónico: “El caso del rito zaireño sugiere un camino prometedor también para la eventual elaboración de un rito amazónico”. En la Exhortación Querida Amazonia, de hecho, había escrito que era necesario “reunir en la liturgia muchos elementos propios de la experiencia de los nativos en su contacto íntimo con la naturaleza y estimular las expresiones nativas en el canto, la danza, los ritos, los gestos y los símbolos”. Así que una cosa sí es cierta: el rito zaireño es sólo el primer paso de un proceso a largo plazo.

 

Es fácil ver los dos grandes peligros que hay detrás de estas inculturaciones. La primera es que “reunir en la liturgia los elementos propios de la experiencia de los nativos” también significa asumir elementos paganos. La segunda es que tal operación “apesta” a una comisión que trabaja en una mesa y produce una nueva liturgia adecuada a sus propios objetivos de política eclesiástica más que de misión.

 

Joseph Ratzinger también se ocupó del tema, pero propuso un camino muy diferente del que ahora parece haber comenzado con el rito zaireño y que continuará con otros ritos hasta el resultado final de una liturgia para cada cultura. En 1977, en una entrevista con la revista “Communio”, posteriormente utilizada para la obra Das Fest des Glaubens, Ratzinger tocó precisamente este tema. Incluso entonces mucha gente apoyó la adaptación de la liturgia a las culturas locales en las tierras de misión. Se pensaba que una liturgia que contenía formas expresivas u oraciones de origen local podía acercar a esos pueblos a la fe católica.

 

Ratzinger, sin embargo, decía lo contrario: “Una liturgia no nace por medio de decretos, y uno de los defectos de la reforma litúrgica posconciliar se encuentra sin duda en el celo profesional con el que se construyó en la mesa lo que supondría el crecimiento de la vida. Sólo cuando y en la medida en que se haya formado una sólida identidad cristiana en los países de misión, se podrá, sobre la base de ésta, pasar con cautela a cristianizar las formas preexistentes, a fusionar el elemento cristiano con las formas de la vida cotidiana”.

 

Estas son observaciones de importancia fundamental. Si prevalece la intención inmediatamente pastoral, se intentará cambiar la liturgia para satisfacer a las poblaciones nativas. La urgencia pastoral exigirá que se haga rápidamente y, por lo tanto, comisiones de expertos se reunirán para tocar la liturgia, transformándola en un instrumento pastoral mientras que, en realidad, es el encuentro entre la tierra y el cielo. El pensamiento no puede dejar de ir al mismo paso que ha tenido lugar no en tierras de misión, sino aquí, en las tierras de la antigua religiosidad cristiana después del Concilio. El patrón es el mismo, con la diferencia de que aquí la intención pastoral se dirigía al hombre moderno y allí a la población nativa pagana.

 

La propuesta de Ratzinger sugería no abandonar la liturgia romana ni siquiera en tierras de misión y proceder -¡con gran precaución!- para “cristianizar las formas preexistentes” sólo cuando la identidad católica de esas comunidades estaba bien formada.

 

Cabe destacar el enfoque diferente del Papa Francisco y de Ratzinger en este punto específico. Francisco habla de “reunir” en la liturgia muchos elementos preexistentes en la cultura local. La expresión invita a agachar la cabeza y recoger lo que está ahí tal como está. Ratzinger, por otro lado, hablaba de “cristianizar” las formas preexistentes. En el primer caso, las costumbres culturales entran en la liturgia tal como son y en la medida en que lo son, en el segundo caso son eventualmente retomadas pero después de ser reanimadas por el anuncio cristiano. La primera posición presupone la idea de que ya son de alguna manera cristianos, la segunda asume los elementos naturales de las culturas no cristianas, pero después de purificarlos de los elementos idólatras y paganos que se les han superpuesto.

 

Volver a reflexionar hoy sobre estos problemas significa también volver con el pensamiento a la reforma litúrgica post-conciliar. En ella, como Ratzinger dijo en muchas ocasiones, se enfrentaron estas dos visiones. Una visión según la cual la liturgia tenía que asumir la historia, la experiencia, el lenguaje, la expresividad del mundo y adaptarse a todo esto aceptándolo como bueno en sí mismo. Y otra visión que sostenía que, por el contrario, la liturgia podía iluminar la vida concreta situada en un determinado contexto histórico si en ella actuaba un rayo trascendente no para aplastarla, sino para iluminar su verdad interior y hacerla, por tanto, renacer.