jueves, 7 de enero de 2010

Historia y Salvación. La veracidad histórica del Evangelio



Diana Armas Dueñas.

Ensayista. Instituto Miguel de Cervantes.


“La conciencia es la presencia de Dios en el hombre”. Víctor Hugo.

a) EL EVANGELIO

El evangelio, compendio de la palabra de Dios, contiene un sistema de leyes por cuya obediencia se nos asegura prepararnos para conseguir estar en comunión con Dios, con nosotros mismos y con los que nos rodean; encontrando, así, su núcleo en una de las obras literarias más importantes del mundo, conservada a lo largo de los siglos y leída por todo tipo de personas, tanto creyentes como no creyentes, y valorada como una gran obra literaria “La Biblia”. Con su lectura podemos recibir la verdad, y saber en lo más íntimo de nosotros, que el Evangelio es el plan de Dios para la salvación, la invitación y la puerta para cada uno de nosotros, para conseguir la felicidad total, para descubrir todos los misterios que rondan en nuestra mente, a lo largo de nuestra vida, comprendiendo todos los “por qué”, y llegando a ese estado de plenitud absoluta que tanto buscamos.


Se nos da la oportunidad de rectificar nuestros errores, siguiendo nuestra fe. Así pues, existe toda verdad para la salvación de los hombres, encerrada en el Evangelio de Dios, para nuestro beneficio y enseñanza, para incrementar nuestro conocimiento de los principios divinos; conocimiento que engloba toda realidad y verdad. Nos enseña que toda verdad corresponde a todo lo divino. La verdad ha perdurado más allá del error. Como dijo Jesucristo: “La verdad os hará libres”.


A lo largo de los tiempos, se han establecido varias raíces en el cristianismo, variedad de iglesias que crecen o desaparecen, personas que han muerto con un testimonio de la palabra de Dios y personas que le han dado la espalda; más el evangelio siempre perdura porque la verdad, tarde o temprano; triunfa, observando a su alrededor que todo lo demás, tarde o temprano perece. ¡Qué fácil es vivir conforme a la verdad!. Pero, ¿pensamos en esto?, la mayoría de las veces no lo pensamos siquiera, porque pensamos que es imposible, que es difícil, prácticamente imposible, siendo necesario darnos una oportunidad, o mejor dicho un voto de confianza en nosotros mismos, intentar esforzarnos por ser mejores, tratando de ser como esperamos que los demás sean con nosotros.

Como advirtió J. Ratzinger: “El mal adquiere poder precisamente a través de la libertad del hombre, configurando sus propias estructuras. Hay formas del mal que presionan al hombre y pueden bloquear su libertad, llegando incluso, a levantar un muro que impida la penetración de Dios en el mundo. Pero Dios no venció al mal en Cristo en el sentido de que este ya no pueda poner a prueba la libertad del hombre; sino que Dios se ha ofrecido a tomarnos de su mano y a guiarnos, pero sin obligarnos” [1].

b) JESUCRISTO


“Estando desposada María su madre con José, se halló que había concebido del Espíritu Santo. He aquí un ángel del Señor se le apareció en sueños y dijo: José hijo de David, no temas recibir a María tu mujer, porque lo que en ella es engendrado, del Espíritu Santo es. Y dará a luz un hijo, y llamarás su nombre JESUS, porque el salvará a su pueblo de sus pecados.” San Mateo 1:18-21.


Podemos encontrar la vida de Jesucristo, recopilada en la Biblia, específicamente en el nuevo testamento, empezando en el evangelio de San Mateo, en el cual se encuentra su genealogía, el nacimiento de Jesucristo, predicación de Juan el Bautista, el bautismo de Jesucristo, sus parábolas, sus milagros, su captura y su muerte, tenemos el testimonio de varios evangelistas, que en su día tuvieron el gran privilegio de tener fe en Dios, y sentir la guía del Espíritu Santo, para poder plasmar sus obras en un libro que ha perdurado a lo largo de los siglos, para darnos lo necesario para llegar a ser salvos y volver a la presencia de nuestro Dios.


Jesucristo fue bautizado por Juan el Bautista para cumplir con toda justicia y darnos la oportunidad de conocer la puerta de la salvación, el primer paso para caminar, de la mano de Dios en el largo y estrecho camino de la palabra de Dios, siendo Jesucristo un ser tan puro, inocente y lleno de amor por cada uno de nosotros, tenía la necesidad de ser bautizado, cuan aún mayor es nuestra necesidad, ya que somos seres imperfectos, pecadores y llenos de imperfecciones, más Dios es justo y es por eso, que todos somos iguales ante sus ojos, es tan grande su amor, que nos fue enviado un ejemplo perfecto para saber el camino a seguir. Nos enseñó también la necesidad de la oración: “mas tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora a tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público”. San Mateo 6:6.


Dándonos así, la oportunidad de comunicarnos con Dios, dando gracias por sus bendiciones, confesando nuestras faltas y claro está, la satisfacción de comunicarnos abriendo nuestro corazón y sintiendo su presencia a nuestro lado a lo largo de nuestra vida, con la guía del Espíritu Santo.

Todo esto y el testimonio de varias personas a lo largo del tiempo nos han ayudado a conocer la verdad, a ser libres de elegir el camino a seguir, defendiendo lo que somos, lo que queremos llegar a ser y lo que esperamos que conozcan nuestras futuras generaciones, por esto, podemos ver que no solo las personas creyentes tienen certeza de la existencia de Jesucristo, sino también no creyentes, que testifican de él.

Los historiadores romanos mencionan claramente a la persona de Jesucristo en diversas oportunidades en sus escritos; reflejando que se vieron obligados en la necesidad de explicar quién había sido este personaje, ya que, había suscitado seguidores que habían llegado incluso a la ciudad de Roma y ya estaban dando que hablar estas fuentes históricas expresan su referencia a Cristo asumiendo su existencia como un hecho histórico real y no una leyenda o una invención de los mismos ligado a la doctrina predicada por Jesucristo.

1.-CORNELIO TÁCITO (c.56-117)

Escribió sobre el reinado de Nerón, narrando el incendio de la ciudad de Roma y mencionando la muerte de Jesucristo y haciendo mención de la existencia de los cristianos en Roma. Así lo relataba: “Pero nada del alivio que pudiera provenir del hombre, ninguno de los dones que pudiera impartir el príncipe, ni los muchos sacrificios expiatorios que pudieran ser presentados a los dioses, podrían haber tenido valor para disculpar a Nerón de la infamia que significaba el que se le creyera ser el que había ordenado la conflagración, el incendio de Roma. Por tanto, para suprimir el rumor, él cargó falsamente a las personas comúnmente llamadas cristianos con la culpa, y los castigó con las más refinadas torturas, atrayendo sobre ellos el aborrecimiento de todos por sus iniquidades. Cristo, el fundador del nombre había sido ajusticiado por Poncio Pilato, procurador de Judea en el reino de Tiberio: pero la superstición perniciosa, reprimida por un tiempo, volvió a hacer irrupción, no solamente a través de Judea, donde tuvo su origen este error, sino también por toda la ciudad de Roma” [2].

2.-SUETONIO (c. 70- c. 130)

Oficial de la corte en tiempos de Adriano, escribió los anales de la Casa Imperial, escribió: “Como los judíos estaban provocando continuos disturbios bajo la instigación de Chrestus , los expulsó de Roma”. Vida de Claudio 25.4 Asimismo señalaba que “el castigo ordenado por Nerón recayó sobre los cristianos, una clase de hombres entregados a una superstición nueva y perjudicial” [3]. Vida de Nerón, 26.2

3.- PLINIO EL JOVEN

Gobernador de Bitinia en Asia Menor (112 D. C.), pidió consejo al emperador Trajano de cómo tratar a los cristianos. Tras ejecutar a hombres y mujeres, niños y niñas de esta confesión, él se preguntaba si debería continuar matando a todo el que fuese cristiano, o si debería matar solamente a unos pocos. Hacía que los cristianos se inclinaran ante las estatuas de Trajano, también dice: “los hizo maldecir a Cristo, algo a lo cual no puede inducirse a ningún verdadero cristiano”. Por ello hablaba de la gente sometida a juicio que: “afirmaban, sin embargo, que toda su culpa, o error, consistía en que tenían el hábito de reunirse en cierto día fijo antes de que amaneciera, y que allí cantaban en versos alternados un himno a Cristo como a un Dios, y que se sometían a un juramento solemne, y no a hechos malvados de ninguna clase, sino mas bien a nunca cometer fraude, robo, adulterio, a nunca falsear su palabra, ni a negar algo que se les hubiera confiado cuando fueran llamados a dar cuenta de ello” [4].

4.-LUCIANO

Escritor satírico que habla con desdén de Cristo y de los cristianos, vinculándolos con las sinagogas de Palestina: “…el hombre que fue crucificado en Palestina por haber introducido este nuevo culto en el mundo… Aun más, el primer legislador que ellos tuvieron les persuadió de que todos ellos eran hermanos unos de otros, después de haber transgredido de una vez por todas negando los dioses griegos y adorando a aquel sofista crucificado y viviendo bajo sus leyes”.

5.- FLAVIO JOSEFO (37- c. 101)

Este autor romano-judío narró lo siguiente: “ahora, había alrededor de este tiempo un hombre sabio, Jesús, si es que es licito llamarlo un hombre, pues era un hacedor de maravillas, un maestro tal que los hombres recibían con agrado la verdad que les enseñaba. Atrajo a sí a muchos de los judíos y de los gentiles. Él era el Cristo, y cuando Pilato, a sugerencia de los principales entre nosotros, le condenó a ser crucificado, aquellos que le amaban desde un principio no le olvidaron, pues se volvió a aparecer vivo ante ellos al tercer día; exactamente como los profetas lo habían anticipado y cumpliendo otras diez mil cosas maravillosas respecto de su persona que también habían sido preanunciadas. Y la tribu de cristianos, llamados de este modo por causa de él, no ha sido extinguida hasta el presente” [5]. Antigüedades Judías XVIII.33.

6.-CARTA DE MARA BAR-SERAPIO

Existe en el Museo Británico un manuscrito que preserva una carta escrita por Mara Bar-Serapio a su hijo Serapio, mostrándole como ejemplos las muertes de Sócrates, Pitágoras y Cristo:“¿qué ventaja obtuvieron los atenienses con la muerte de Sócrates? Hambruna y plaga vinieron sobre ellos como juicio por su crimen. ¿Qué ventaja obtuvieron los hombres de Samos al quemar a Pitágoras? En un momento su tierra se vio cubierta de arena. ¿Qué ventaja obtuvieron los judíos al ejecutar a su sabio Rey Yesua? Fue precisamente después de eso que su reino fue abolido. Dios vengó con toda justicia a estos tres hombres sabios: los atenienses murieron de hambre; los de Samos fueron invadidos por el mar; los judíos, arruinados y expulsados de su tierra, viven en completa dispersión. Pero en lo concerniente al bien, Sócrates no murió, sino que sobrevivió en la enseñanza de Platón. Tampoco Pitágoras murió totalmente, sino que sobrevivió en la estatua de Hera. Ni tampoco el sabio Rey Yesua murió en lo que respecta a su influencia para el bien; sobrevivió en la enseñanza que él había impartido”[6].

Podemos observar claramente que hay suficiente base tanto histórica, como espiritual, para demostrar la existencia del hijo de Dios, llamado Jesucristo, el cual vino para enseñarnos el camino a seguir, más ¿cuántos de nosotros pensamos en esto, en la sociedad actual?. La mayoría ni siquiera pensamos en ello, bien por miedo a admitir nuestras creencias religiosas, por moda o simplemente por negarnos a conocer la verdad.

El cardenal Joseph Ratzinger, actual papa Benedicto XVI dijo: “Donde el hombre se aparta de la fe, los horrores del paganismo se presentan de nuevo con reforzada potencia.”

En ocasiones diversas, nos mofamos de los representantes de Dios en la tierra, desvalorizando su poder y autoridad, pensando que lo más importante es vivir la vida, disfrutar al máximo, vivir sin reglas, ni obligaciones, tener lujos, e infinidad de cosas banales que se van con el tiempo y no vuelven. Así llegamos a un punto de dependencia absoluta de “lo material”, en el que si no somos uno más de la sociedad, nos sentimos inútiles e imprescindibles, ¿por qué llegar a este punto de dependencia?, ¿por qué ir a la moda?, ¿es esta la felicidad real?, seguramente no pensamos en esto casi nunca, teniendo una felicidad pasajera, negándonos el privilegio de ser feliz eternamente, con un poco de fe, amor, perseverancia y determinación.

Solamente nos quejamos sobre hechos con los que no estamos de acuerdo, que nos obligan a rectificar nuestras malas acciones, poniendo en duda la autoridad de Dios en esta tierra, que ha sido otorgada a personas de un alto nivel espiritual, que deciden dedicar su vida al servicio de Dios, dando todo de sí, con el fin de ayudarnos a prepararnos para conseguir la salvación eterna.

La renuncia al matrimonio y a una familia habría que contemplarla bajo este punto de vista: “renuncio a algo que para los demás no sólo es lo más normal, sino lo más importante, renuncio a traer nuevas vidas al árbol de la vida, para vivir con la confianza que sólo Dios es mi heredad, y contribuir así a que los demás crean en la existencia del Reino de los Cielos. Así, no sólo con palabras, con mi propia existencia, daré testimonio de Jesucristo y de su evangelio, entregaré mi vida para que Dios disponga de ella”. Estas palabras de Joseph Ratzinger son un claro análisis de lo dicho [7].

Como vemos, el testimonio del actual máximo representante de Dios aquí en este mundo, el Papa Benedicto XVI, nos hace tener una breve idea del significado real de la gran labor, digna de admiración que realizan miles de hombres y mujeres en todo el mundo, dejando sus familias y predicando por todo el mundo la palabra de Dios, tanto con sus hechos como con sus palabras, aún así no somos capaces de valorar esta labor, ni de abrir nuestra mente y corazón a la palabra de Dios.

Constantemente nos quejamos de la sociedad actual y su mito de "vivir la vida" [8], la falta de educación, de principios, de la incapacidad para amar; vemos a diario crímenes inhumanos que no somos capaces de asimilar, madres que niegan la vida a sus hijos sin dejar siquiera que lleguen a formarse, e incluso leyes que dan vía libre al asesinato de personas enfermas incapaces de decidir por sí mismas, ya que, por uno u otro motivo no se pueden expresar.

Culpamos a los demás de nuestros errores, familiares, políticos o cualquier otra persona que esté en nuestra mente en ese momento, pero nunca consideramos la idea de que podemos ayudarnos a nosotros mismo e incluso a los que nos rodean a conseguir esa felicidad que tanto deseamos; también debemos darnos cuenta de que podemos educar a nuestros hijos para que sean mejores que nosotros, podemos ayudar en esta sociedad poniendo un granito de arena cada día de nuestra vida, defendiendo nuestros principios religiosos, nuestra fe en Dios y como no, recordando que no estamos solos en el mundo que somos hermanos el uno del otro y así por todo el mundo, haciendo; y sobre todo, diciendo y tratando a los demás como queremos que nos traten a nosotros, tal cual Jesucristo lo hizo, dando su ejemplo, dedicando cada segundo de su vida a darnos su amor.

Como dijo San Pablo: “Olvido lo que dejé atrás y me lanzo a lo que está por delante, corriendo hacia la meta”. Sigamos pues estas sabias palabras, dejando todo detrás, empezando de cero con el fin de llegar a ser uno más en el redil de Dios y conseguir nuestra meta espiritual, consiguiendo la plena felicidad y como no un lugar en la salvación.

Notas.

[1]Joseph Ratzinger; La Sal de la Tierra, Una conversación con Peter Seewald, (1997), Palabra, décima edición, Madrid, 2007, p.238-239.


[2]Auctor nominis eius Christus Tiberio imperitante per procuratorem Pontium Pilatum suplicio adfectus erat.)Anales XV. 44. Hace referencia al cristianismo en un fragmento de sus Historias, en relación con el incendio del templo de Jerusalén en el año 70 D. C., preservado por Sulpicio Severo (Crón. 11. 30.6.).


[3]Chrestus: otra manera de deletrear Cristo


[4]Plinio el joven: Epístolas X. 96.


[5]Flavio Josefo: Historiador judío, fariseo; en el año 66 D. C. fue comandante de las fuerzas judías en Galilea. Lo capturaron y formo parte del cuartel general de los romanos, se dedica a la literatura “En su obra Antigüedades Judías”.


[6]Carta de Mara Bar-Serapio: el cual estaba en prisión en aquel tiempo, pero escribió para alentar a su hijo en la búsqueda de la sabiduría, y le señala que aquellos que persiguieron a los sabios fueron cogidos por la desventura.


[7]Joseph Ratzinger; op.cit., p.238.


[8]Vivir la vida: forma coloquial utilizada por la juventud actual, para hacer referencia, a una vida sin control absoluto, sin respeto, ni convicción religiosa alguna.

La Razón Histórica, nº6, Enero-Marzo 2009

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