de los restos de niños indígenas en Canadá: no
hay ni un solo cuerpo
(InfoCatólica)
23-4-2024
El 27 de mayo de
2021 marcó un hito en la historia receinte de Canadá tras revelarse que un
dispositivo de georradar había detectado «anomalías en el suelo» en un huerto
de una antigua escuela residencial en Kamloops, interpretadas como «probables
entierros» de 215 «niños desaparecidos». La escuela había sido gestionada por
católicos y anglicanos. Tres años después no se ha encontrado ni un solo resto.
Los medios de comunicación canadiense, que montaron un gran escándalo, hoy
callan.
Tras el anuncio
por parte de la Primera Nación T'kemlups del «descubrimiento» de tumbas sin
marcar en Kamloops, muchos políticos, líderes indígenas y medios de
comunicación han dejado de lado el equilibrio, la mesura y la precaución,
convirtiendo la verdad en una víctima.
Cristina Gauri,
basándose en el libro de investigación «Grave Error: How the Media Misled Us
(and the Truth about Residential Schools)» de C.P Champion y Tom Flanagan,
reconstruye meticulosamente en Il Timone toda la historia, hallando que no se
dijo una sola verdad. Todo fue un escándalo mediático falso promovido por los
principales medios de comunicación canadienses, que ahora se niegan a conocer
la verdad que ellos pisotearon. No es la primera vez que se escribe sobre esta
gran fake news, pero el libro detalla todo lo que ocurrió
Es necesario
recordar que tales falsedades provocaron una oleada de incendios de iglesias en
todo el país.
La discusión
pública sobre los temas de las Escuelas Residenciales Indias ha estado llena de
las siguientes afirmaciones, todas las cuales son totalmente falsas o
exageradas en gran medida:
Miles de «niños
desaparecidos» fueron a las escuelas residenciales y nunca se supo de ellos
nuevamente.
Estos niños
desaparecidos están enterrados en tumbas sin marcar bajo o alrededor de las
iglesias y escuelas de las misiones.
Muchos de estos
niños desaparecidos fueron asesinados por el personal de la escuela después de
ser sometidos a abusos físicos y sexuales, incluso a torturas explícitas.
La matanza se
define adecuadamente como genocidio.
Muchos restos
humanos ya han sido localizados por radares de penetración terrestre, y se
encontrarán muchos más a medida que avance la investigación financiada por el
gobierno.
La mayoría de los
niños indios asistieron a escuelas residenciales.
Aquellos que
asistieron a las escuelas residenciales no lo hicieron voluntariamente, sino
que fueron obligados a asistir por la política y la aplicación del gobierno
federal.
La asistencia a la
escuela residencial ha traumatizado a los pueblos indígenas, creando patologías
sociales que se transmiten a través de generaciones.
Las escuelas
residenciales destruyeron las lenguas y la cultura indígenas.
La huida de la
verdad hace que la verdadera Reconciliación sea imposible. ¿Por qué los
canadienses querrán extender la mano de amistad a los pueblos indígenas que
continúan llamándolos criminales y asesinos? ¿Por qué los pueblos indígenas
querrán participar en una cooperación mutua con personas a quienes se les ha
hecho ver como criminales y asesinos?
Conviene señalar
que prácticamente toda la Iglesia en Canadá, y también el Papa Francisco, dio
crédito a las falsedades en torno a los restos de niños indígenas. Solo algunas
personalidades eclesiásticas, como el obispo emérito de Calgary, se opusieron
al bulo. El Papa pidió perdón en repetidas ocasiones en su viaje al país
norteamericano. No parece que ahora vaya a reivindicar que se devuelva la buena
fama a aquellos religiosos católicos que fueron vilipendiados.
La propia Iglesia
en Canadá parece feliz viviendo la gran farsa que ha dejado su prestigio por
los suelos y recientemente se celebró un acto de reconciliación con una de las
naciones indígenas que se han valido de esta gran mentira para presentarse como
víctimas de un genocidio.
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