habló Mons.
Aguer
Aica, 11 Sep 2018
El arzobispo emérito de La Plata, monseñor Héctor
Aguer, cuestionó afirmaciones que en un artículo periodístico efectuó el
historiador Loris Zanatta, quien, dijo el prelado, suele entrometerse con
frecuencia y obsesivamente en cuestiones de historia eclesiástica argentina. Lo
dijo en su columna editorial del programa televisivo Claves para un Mundo Mejor
que se emitió por Canal 9 el sábado 8 de septiembre.
Al mencionar al historiador, monseñor Aguer agregó
intencionadamente: "con zeta", haciendo un juego con la palabra
"sanata", usada por los porteños para referirse a toda forma de
hablar confusa e incomprensible, en la que se expone un argumento sin sentido
ni ideas claras; una manera de hablar sin decir nada, pero con el propósito de
que el interlocutor piense que se ha dicho algo.
El mito de la "Argentina católica"
“Loris Zanatta, con zeta -comenzó diciendo monseñor Aguer-,
es un profesor de Historia de la Universidad de Bologna, Italia, que suele
entrometerse con frecuencia en cuestiones de historia eclesiástica argentina y
tiene una especie de obsesión: considera que aquí, en la Argentina, los
católicos, o la Iglesia, o los obispos, tenemos la manía de aspirar al mito de
la “Argentina católica”. Estaríamos aferrados a ese pasado, cuando alguna vez
sostuvimos que la Argentina era católica y que queríamos que Cristo venciera
impregnando nuestra sociedad con los valores del Evangelio.
"Si uno estudia correctamente la Historia
Argentina se da cuenta de que eso no existió nunca. Otra cosa es que puede
haber grupos que insisten todavía en la presencia pública de la Iglesia,
procuran que la realidad de la Doctrina Social de la Iglesia se haga efectiva
en el orden social. Esta postura es posible pero ¿el mito de la “Argentina
católica”?” Eso no existe".
Desconocimiento de los textos constitucionales
“Siendo historiador -prosiguió el prelado-, me extraña
que Loris Zanatta no haya estudiado correctamente los textos constitucionales.
En primer lugar el de la Constitución Argentina donde en el artículo 2° expresa
que el Gobierno Federal sostiene el culto católico, apostólico, romano. Tal
decisión ha sido una solución intermedia entre el Estado confesional católico y
el Estado ateo. De hecho el Estado Nacional sostiene el culto católico,
apostólico, romano. El preámbulo de la Constitución Nacional invoca a Dios como
“fuente de toda razón y justicia”, las constituciones provinciales con mayor
razón afirman el vínculo entre la tradición católica, la fe católica, la
Iglesia y la sociedad”.
Monseñor Aguer aclaró que "la fórmula “sostiene”
no se refiere al hecho de que el Estado arroja algunos mangos a los curas, una
miseria respecto del presupuesto nacional y una parte ínfima de los ingresos y
gastos de la Iglesia, que continúa prestando una ayuda supletoria valiosísima
en ámbitos en los que el Estado se encuentra ausente, distraído o robando: la
atención a los pobres, a los enfermos, y un sistema educativo deficiente”.
“La Constitución de la Provincia de Buenos Aires, por
ejemplo, en el artículo 199 dice: “Los escolares bonaerenses han de recibir una
educación integral, de sentido trascendente, según los principios de la moral
cristiana respetando la libertad de conciencia”. Si el señor Zanatta con zeta
quiere modificar todo esto, que es lo que intenta en sus escritos, quizá
alguien le lleva el apunte y vamos a un cambio de los textos constitucionales.
Eso sería otro problema”.
Afirmaciones sin asidero real
Continuó el exarzobispo platense: “Fíjense lo que dice
este señor en una nota reciente en un importante matutino porteño bajo el
título 'A la Iglesia le falta visión de futuro'. Creo que a él le falta visión
de presente, de cercanía, de lo que está ocurriendo aquí. Dice que, en algún
momento después de la última dictadura militar “la Iglesia empezó a comprender
esto y pareció que se había distanciado de ese antiguo mito que tanto ha
contribuido a erosionar la democracia. Varios obispos postularon entonces la
necesidad de construir una sociedad más abierta, plural y tolerante en la que
nadie invocara a Dios para imponer su opinión como verdad”.
"Estos despropósitos -respondió el arzobispo- no
tienen asidero real. La 'democracia recuperada' nos ha regalado el divorcio
vincular que destruyó el matrimonio; una educación sexual llamada 'integral'
que consiste en la difusión masiva de preservativos y anticonceptivos y que no
dio resultado, ya que ahora han recurrido, en nombre de la misma democracia
(Macri lo dijo) a intentar la legalización del aborto; el así llamado
“matrimonio igualitario” que acaba por destruir la constitución de la familia;
otras aberraciones que se han convertido en derechos tutelados por leyes
inicuas que vulneran los derechos del niño que necesita de un padre y una
madre, y no otras combinaciones”.
“La ideología de género reina abiertamente en los
medios oficiales, impulsada por un gobierno sin principios morales, y por el
coro casi unánime de los medios de comunicación. La fabricación de bebés no
podrá suplir la falta de población de un país en el que 'gobernar es poblar',
la consigna de Alberdi fue olvidada. Muchos países, como China, Rusia y
Francia, que piensan en su futuro, vuelven a descubrir los valores naturales de
la familia”.
“Miren lo que dice Zanatta sobre el aborto: “La
cruzada contra el aborto hoy parece animada por el mismo espíritu: trazar
límites a los actores políticos, elevar a la Iglesia a tutora del orden social
e imponer el mito de la Nación católica”. Yo le diría que, viéndolo de cerca,
uno advierte cómo nuestros hermanos cristianos evangélicos han sido mucho más
claros y más tenaces que los católicos en manifestar lo dañino, lo antihumano
del aborto. Pero Zanatta sigue con sus antigüedades ideológicas. ¿Es ésta la
objetividad de un historiador?”
“Respecto de la Doctrina Social de la Iglesia, cree
Zanatta que sería imponer a la sociedad las propias enseñanzas católicas. Y no
es así. El “Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia” es un compendio del
orden natural, humano y social. Es eso lo primero que hay que buscar, que
reconocer, en todo caso: si existe un orden natural en la sociedad o no. Él
está confundiendo ese orden natural de la sociedad que se quiere procurar y que
tiene su base en una concepción correcta de la persona humana de donde brotan
los auténticos derechos humanos. La Doctrina Social de la Iglesia, al proyectar
los principios de la fe y la moral católica, esclarece y robustece lo que la
razón humana, no deformada por ideologías antihumanas puede reconocer por ella
misma, aunque muchas veces con dificultad”.
Lenguaje típico de la masonería
Monseñor Aguer, leyendo directamente del diario partes
del artículo escrito por el historiador en cuestión, dijo: Este señor
"acusa a la Iglesia “de revanchismo, de nostalgia por un régimen de
cristiandad, en cambio la llevan a desencadenar una espiral conflictiva”, y
comentó: "Yo no lo conozco a este señor Zanatta con zeta, pero me atrevo a
decir que esto que dice es una verdadera “sanata” con ese y tengo la impresión
de que detrás está la masonería.
Yo no sé si él es masón pero este es el
lenguaje típico de la masonería: acusar a la Iglesia de lo que ellos hacen, que
es infiltrarse en los organismos del Estado, en los medios de comunicación para
tratar de dar vuelta la sociedad desde adentro y de eso mismo, luego acusan a
la Iglesia”.
“En esta situación estamos. No nos distraigamos porque
el actual gobierno nacional, en algunos de sus representantes se ha manifestado
como masónico. Lo que quiere decir que están procurando esto. Es decir liquidar
lo que queda de presencia humana y cristiana en la legislación y en la vida
pública argentina. El sincericidio del diputado fueguino Carlos Gustavo Roma
nos autoriza a sospechar que efectivamente es así", concluyó monseñor
Aguer.+
No hay comentarios:
Publicar un comentario