pero no encuentran eco en el Papa
Marinellys Tremamunno
ECCLESIA,
20-01-2021
(tomado de Brújula
cotidiana)
“No podemos actuar
solos, aislados, autosuficientes, con agendas encubiertas”, dijo al inicio de
su discurso a los obispos y sacerdotes, durante la reunión virtual denominada
“Nuestros sacerdotes en la pandemia: su experiencia y ejercicio ministerial en
este período”, organizada por la Conferencia Episcopal Venezolana del 19 al 20 de
enero.
El video mensaje
que el Papa Francisco envió este martes 19 de enero al clero venezolano duró 6
minutos y culminó de nuevo con un llamado de unidad: “No se fracturen hermanos.
No se fracturen. Siempre hay una posibilidad de unirse”, puntualizó.
Pero, ¿por qué
Jorge Mario Bergoglio habla de fracturas y agendas ocultas a los miembros de la
Iglesia Venezolana, en un evento que tenía el objetivo de compartir
experiencias sacerdotales en medio de la pandemia? La respuesta podría estar en
el último documento emitido por la Conferencia Episcopal Venezolana, la
Exhortación Pastoral del pasado 11 de enero, y el discurso del Papa podría ser
un llamado de atención a los obispos a que no continúen con la denuncia frontal
contra el régimen, actuando “solos” y “aislados”, evidentemente contradiciendo
a la Santa Sede.
Los obispos
venezolanos alzaron la voz contra el comunismo: en el documento denunciaron
“las nefastas consecuencias de un modelo económico, impuesto por un régimen y
una ideología de corte comunista” y exigieron a Nicolas Maduro “un acto de
valentía” para que “un cambio radical en la conducción política” permita
“detener este mar de sufrimiento del pueblo venezolano”, se lee en el documento
del 11 de enero, puntos 4 y 9. Peticiones que al momento no han tenido eco en
el Papa Francisco.
El Santo Padre, en
cambio, prefirió usar su mensaje para recordar al clero venezolano que para ser
un “Buen Pastor” se debe “aprender a ser siervos de todos”, lo que se podría
interpretar como un llamado a ser pastores incluso de quienes oprimen al pueblo
venezolano; es decir, evitar la frontalidad y la denuncia contra el régimen.
Una posición que siempre ha mantenido Bergoglio, que en numerosas oportunidades
ha preferido evadir cualquier referencia a la crisis política venezolana en sus
alocuciones públicas y este video mensaje no fue la excepción.
“Queridos hermanos
Obispos y sacerdotes: … Les agradezco el testimonio de amor y de servicio a los
hermanos y hermanas venezolanos, manifestado en su atención a los enfermos, a
quienes han llevado la fuerza de la palabra de Dios y la Eucaristía;
manifestados en su acompañamiento al personal médico, paramédico y voluntarios
que asisten a los pacientes en esta pandemia; en su diligencia por socorrer a
los pobres y excluidos, por aquellos que carecen de lo necesario para
sobrevivir y salir adelante dignamente. Gracias, gracias por todo esto”, dijo.
Ninguna mención a
las “víctimas de persecución y descalificación violenta y opresora” que los
obispos evidenciaron en la Exhortación. Oportuno recordar que las Naciones
Unidas han confirmado que más de 5.000 venezolanos han sido asesinados por la
política de exterminio del régimen, además se han registrado 15.679 detenciones
con fines políticos desde el año 2014 y al día de hoy existen 354 presos
políticos, según datos del Foro Penal Venezolano.
Una realidad que
ha sido constantemente denunciada por los obispos venezolanos y que está
presente en la reciente Exhortación Pastoral: “Los informes de la Alta
Comisionada de la ONU, para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, en junio
de 2019, de la Misión especial de la ONU, investigadora de este tema, emitidos
el 15 de septiembre de 2020, y el informe de la Fiscalía de la Corte Penal
Internacional de La Haya, el 14 de diciembre de 2020, están basados en un gran
número de expedientes de torturas y asesinatos que señalan crímenes
presuntamente cometidos por funcionarios del actual gobierno”, se lee en el
punto 5.
Y ninguna
referencia a la “migración forzada” de ya casi 6 millones de venezolanos, de
los cuales muchos han sufrido gravemente las consecuencias de la Pandemia en
Suramérica, al quedar sin trabajo y sin poder regresar al país, exponiendo
gravemente sus vidas. “Cuando
los hijos de una nación deciden abandonar su país, es porque, asediados por la
precariedad, han llegado a una situación límite en la que no les queda más
camino que asumir el reto y el riesgo de enfrentar lo desconocido, hasta el
punto de arriesgar su vida y la de su familia como recientemente ocurrió con la
dolorosa tragedia del naufragio de muchos venezolanos en las costas de Güiria”,
recordó el episcopado, haciendo referencia a la tragedia que dejó al menos 33
fallecidos y 8 desaparecidos, que en diciembre de 2020 intentaron escapar de
Venezuela por mar hacia Trinidad y Tobago. Una historia que pasó casi
desapercibida por los medios italianos.
Papa Francisco
concluyó su misiva pidiendo que el “Señor bendiga y acompañe el trabajo de
ustedes, el corazón de ustedes, las manos de ustedes, las rodillas de ustedes
cuando rezan. Bendiga y acompañe las ilusiones de ustedes, los buenos deseos y,
sobre todo, bendiga y acompañe la unidad de ustedes”. Evidentemente el
pontífice no ha entendido que las manos y las plegarias del episcopado
venezolano están unidas y compactas “para hacer realidad la verdad, la
justicia, la libertad” de Venezuela.
“Que María de
Coromoto Patrona de Venezuela y San José, ‘padre de la valentía creativa’ (esa
valentía que surge especialmente cuando nos encontramos en dificultades*),
cuiden y protejan a nuestro país”, afirman los arzobispos y obispos de
Venezuela.
*Papa Francisco,
(2020) Carta Apostólica Patris Corde. N° 5
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