de la Virgen de Guadalupe,
inexplicable para la ciencia
Repasamos los principales estudios científicos sobre la tilma que
perteneció al indio San Juan Diego, en la que el 12 de diciembre de 1531 se
imprimió milagrosamente la imagen de la Virgen de Guadalupe, que aún hoy se
conserva intacta. La Bussola/Brújula entrevista a David
Caron Olivares.
Brújula
cotidiana, 01_08_2025
Es uno de los milagros permanentes más grandes que el buen Dios ha
querido regalar a la humanidad. Se trata de una imagen con casi 494 años de
historia: la de la Virgen de Guadalupe, que el 12 de diciembre de 1531 se
imprimió instantáneamente, en presencia del obispo español Juan de Zumárraga
(1468-1548) y otros siete testigos, en la tilma (una especie
de manto hecho de fibras de agave) que llevaba el indio San Juan Diego Cuauhtlatoatzin (1474-1548). El milagro ocurrió
en el momento en que el santo abrió la tilma, en la que guardaba rosas de
Castilla, recogidas en la cima del Tepeyac (Ciudad de México) según las
indicaciones que le había dado la Virgen María: esas rosas debían ser la
«señal» para convencer al obispo de la autenticidad de aquellas apariciones
marianas, que habían comenzado tres días antes. Pero en realidad hubo dos
señales: las rosas de Castilla (fuera de temporada y fuera de continente...) y
la imagen en el manto de Juan Diego, que hoy se conserva en el santuario de
Nuestra Señora de Guadalupe, construido en el lugar de las apariciones.
Se trata de una imagen acheropita, es decir, no hecha por
manos humanas. Esta verdad ha sido corroborada por los múltiples estudios
realizados a lo largo de los siglos sobre la tilma. Esa imagen y el mensaje de
misericordia dejado por la Madre celestial en las apariciones tuvieron un
impacto impresionante en la evangelización de México, liberando a los indios de
los antiguos cultos aztecas, que se traducían en varios miles de sacrificios
humanos al año.
La Nuova Bussola Quotidiana/Brújula Cotidiana ha
entrevistado a David Caron Olivares, autor del libro Nuestra Señora de
Guadalupe. La imagen ante el reto de la Historia y de la Ciencia, recién
llegado de una conferencia sobre el tema celebrada en Italia el 22 de julio en
el santuario milanés de Santa Maria alla Fontana.
A lo largo de los siglos se han realizado diversas investigaciones
científicas sobre la tilma que lleva impresa la imagen de la Virgen de
Guadalupe: ¿qué nos dicen estas investigaciones?
Resumamos algunos de los hechos inexplicables para la ciencia relacionados con
la imagen impresa en la tilma del indio san Juan Diego:
1. El tejido de la tilma sigue
intacto y sin haberse deteriorado, a pesar de estar hecha de una fibra vegetal
que normalmente se desintegra en pequeños fragmentos en menos de veinte años.
Este tejido no sufrió el menor deterioro ni por el contacto con la muchedumbre,
ni por el humo de las innumerables velas, ni por el polvo, no obstante a que
estuvo expuesto sin ninguna protección por 116 años, pues el primer vidrio
protector se colocó en 1647.
2. La extraordinaria fineza de la
imagen, imposible de realizar, incluso por un pintor experimentado, sobre este
soporte rugoso sin ningún tipo de preparación previa.
3. Los colores conservan una
luminosidad extraordinaria, cuando deberían haber palidecido, cambiado de
tonalidad y craquelado, al no estar protegidos por ningún barniz.
4. El hecho de que en 1785 se
derramara sobre la imagen una cantidad de ácido altamente concentrado y tan
corrosivo como el ácido nítrico, sin destruir el tejido
5. Los reflejos en la córnea y las
pupilas de los ojos de la Virgen, de las personas presentes en la oficina del
obispo durante la aparición de la imagen en el manto. Estos reflejos fueron
revelados por los estudios realizados por científicos especializados en
oftalmología en el siglo XX.
6. Las estrellas en el manto, que
corresponden a las constelaciones del norte y del sur que se ven desde México
el 12 de diciembre, día de la última aparición.
7. El hecho de que en 1921 una bomba
colocada delante de la imagen la dejara intacta, mientras que el crucifijo que
se encontraba en el mismo lugar quedó marcadamente retorcido.
Entre los primeros en profundizar en el misterio de la imagen impresa en
el manto de San Juan Diego se encuentran algunos pintores, sobre todo entre los
siglos XVII y XVIII. ¿Qué constataron las investigaciones y los experimentos
pictóricos realizados sobre la tilma?
La imagen ha sido estudiada por varios equipos de pintores y médicos,
particularmente en 1666 y en 1751.
En 1666, siete grandes pintores de la Nueva España inspeccionaron
directamente la imagen y emitieron los resultados de su peritaje. Declararon
que era imposible que un artista pintara una obra así sobre un tejido tan tosco
y lograra tal belleza en el rostro. Una obra sobrenatural, decían. Al mismo
tiempo, tres médicos llegaron a la misma conclusión: «Humanamente, no se puede
explicar el fenómeno observado».
Los 3 médicos por su parte declararon unánimemente que, debido a la gran
cantidad de humedad en la ermita, traída por el aire que provenía del sistema
de lagos de México, y a la fuerte presencia de sales en el aire procedentes del
río salado de Tlalnepantla (que hoy en día ya no existe), y que, debido a esta
humedad, la imagen, expuesta al aire libre, debería haber presentado un gran
número de marcas notorias de corrosión.
La conservación del tejido y de la imagen impresa en él son
inexplicables, teniendo en cuenta la humedad que los rodea y la atmósfera
salitrosa que afecta incluso a los metales; declararían que los colores están
impregnados en el tejido, de modo que lo atraviesan y son visibles en el
reverso de la imagen, lo que pone de manifiesto que el tejido no fue preparado
para pintar sobre él, lo que también hace inexplicable el hecho de que la
imagen siga ahí.
Con el visto bueno del Consejo del Santuario de Guadalupe, el 30 de
abril de 1751,
Miguel Cabrera y otros seis pintores se dedicaron a examinar
minuciosamente la imagen, descolgándola de su marco y retirando el cristal que
la protegía. ¿Cuáles fueron sus conclusiones?
a) que la duración del tejido es inexplicable, teniendo en cuenta su
antigüedad de 220 años en su época.
b) que la tilma está hecha de un tejido de origen vegetal
c) que el tejido no tiene preparación, no fue preparado previamente para
pintar sobre él, y que la imagen es visible por el reverso.
d) que el dibujo y los rasgos de la Guadalupana están impecablemente
proporcionados y dibujados
Este gran pintor mexicano, Miguel Mateo Maldonado y Cabrera, fundó la
primera academia de pintura de México en 1753 y escribió en 1756 un importante
tratado titulado Maravilla americana y conjunto de raras maravillas
observadas según las reglas del arte y la pintura, en el que evoca la
perfección de la imagen desde el punto de vista artístico. Mostró cómo el
artista utilizó los defectos de la tela para representar el rostro: «La boca es
una maravilla, tiene labios muy finos y el labio inferior cae misteriosamente
en un defecto o nudo de la tela, para dar la gracia de una leve sonrisa».
Hay quienes se muestran escépticos sobre el origen milagroso de la
tilma, subrayando la presencia de algunas intervenciones humanas secundarias,
como el plateado de la luna, el dorado de los rayos solares y de las estrellas,
el blanco de las nubes. ¿A cuándo se remontan estas intervenciones? ¿Y por qué
no restan valor al hecho milagroso que ocurrió el 12 de diciembre de 1531?
Algunas de estas intervenciones son contemporáneas a la aparición milagrosa de
1531, otras son posteriores. Si bien es difícil precisar fechas exactas para
cada una de ellas, se sabe que se realizaron retoques y repintes en distintos
momentos a lo largo de los siglos.
Ahora bien, estas intervenciones humanas no restan valor al hecho
milagroso de la aparición de la imagen por varias razones fundamentales:
La imagen original es inexplicable: Los estudios científicos más
rigurosos sobre la tilma, a lo largo de los siglos, han encontrado
características que desafían cualquier explicación humana o técnica conocida
para la época, como: la durabilidad de la tela, la ausencia de pinceladas, los
reflejos en los ojos que corresponden a los que se producirían en un ojo
humano, etc.
Las intervenciones humanas se limitan a ciertos detalles y son
superficiales, sin afectar la esencia o el misterio de la imagen principal. Es
decir, lo que se considera milagroso es la existencia misma de la imagen y sus
propiedades inexplicables en el tejido de agave, no los pequeños retoques
posteriores que se le pudieron añadir por razones de devoción o embellecimiento
en épocas posteriores.
En resumen, los escépticos pueden señalar las intervenciones humanas,
pero estas son elementos secundarios que no alteran ni desmienten las
propiedades extraordinarias y científicamente inexplicables de la imagen
original en la tilma, que sigue siendo el centro del milagro de Guadalupe.
Uno de los estudios científicos más famosos fue realizado en 1936 por
Richard Kuhn, futuro premio Nobel de Química. ¿Qué descubrió Kuhn con sus
análisis de la tilma?
Kuhn comunicó unas conclusiones muy sorprendentes, indicando que, en ninguna de
las dos fibras examinadas, una de color rojo y otra de color amarillo, existía
ningún tipo de pigmento conocido en la naturaleza, ya fuera en el reino
vegetal, el reino animal o el mundo mineral. Se trataba, por tanto, de
colorantes desconocidos. Los colorantes sintéticos quedaban excluidos del
debate, ya que no se utilizaron hasta la segunda mitad del siglo XIX. Por lo
tanto, no pueden estar presentes en la tilma, que data del siglo XVI.
La imagen de la Virgen de Guadalupe está llena de elementos altamente
simbólicos, desde el rostro mestizo hasta el cinturón morado, pasando por el
manto azul lleno de estrellas. ¿Qué nos dicen estos símbolos? ¿Y cómo han
favorecido la evangelización en el contexto mexicano y americano en general?
Esta imagen es un códice, una escritura pictográfica que hay que descifrar. La
Virgen de la imagen está rodeada por los rayos del sol; bajo sus pies hay una
luna creciente. La Virgen está embarazada, como lo demuestran el cinturón negro
con doble nudo que las mujeres aztecas llevaban en la cintura durante el
embarazo y la flor de cuatro pétalos en su vientre.
En la imagen de Nuestra Señora de Guadalupe, el obispo reconoció a la
mujer del capítulo 12 del Apocalipsis: «¡Una gran señal apareció en el cielo,
una mujer! El sol la envuelve, la luna está bajo sus pies y doce estrellas
coronan su cabeza. Está embarazada...».
Para los aztecas, esta flor de cuatro pétalos llamada «Nahui Ollin»
resumía todo el conocimiento del mundo, la manifestación de Dios. La flor de
Nahui Ollin está colocada en el vientre de la imagen milagrosa, anunciando a
los aztecas que el ser que lleva en su interior es el verdadero Dios. También
vemos una serie de flores, que toman su raíz en el manto, que representa el
cielo. Estas flores son por lo tanto símbolo de la verdad divina. Los indígenas
catequizados entendieron que la tan esperada promesa del comienzo de una nueva
era, bajo un nuevo sol, se cumpliría con el nacimiento del verdadero Dios, Jesús,
que la Virgen de Guadalupe lleva en su seno. Desde todas partes, incluso desde
muy lejos, los indios acuden en masa al Tepeyac. Y los bautismos se
multiplican. En ocho años, nueve millones de indios y españoles solicitaron
este sacramento. Fue una de las conversiones masivas más impresionantes de la
historia de la Iglesia.
Ella realiza el milagro de la unidad: Desde la conquista, la unidad
entre los indios y los españoles se vio seriamente amenazada. Los
conquistadores querían esclavizar a los indígenas y comerciar con ellos, a lo
que se oponían directamente los primeros evangelizadores, cuyas vidas también
corrían peligro. Este es uno de los milagros más poderosos: la unidad total que
logra en un momento apocalíptico. Une estas dos civilizaciones, en particular
al adoptar la apariencia de una mestiza durante la aparición y anunciar este
mensaje: «Yo soy tu madre, soy la Madre de toda la Humanidad».
En cuanto a las estrellas sobre el manto de la Virgen de Guadalupe, ha
sido demostrado científicamente, que ellas representan las estrellas de las
constelaciones vistas desde el valle de México el 12 de diciembre. Recordemos
que el 12 de diciembre es el día del solsticio de invierno (en calendario
juliano), día que corresponde a la fiesta más importante del año para los
aztecas, la Panquetzaliztli, o Pascua indígena. El sol moribundo ha ganado la
lucha contra las tinieblas, los días empiezan a tomar mayor vigor. Un nuevo
ciclo comienza.
Cabe destacar también que el número de estrellas presentes en el manto
de la Virgen (46), distribuidas en 23 estrellas a la izquierda y 23 a la
derecha, corresponde al número de cromosomas de las células del cuerpo humano
(23 pares). Esta observación sugiere una vez más que cada detalle de la tilma
tiene su razón de ser. Podemos ver en ello un nuevo símbolo con el que la
Virgen significa que su intervención concierne a cada ser humano y que llama a
toda la humanidad a participar en la civilización del amor.
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