porque el más no proviene
del menos.
La metafísica “sencilla” de Réginald Garrigou-Lagrange
Obervatorio Van Thuan, 12 luglio 2018
Stefano Fontana
Como es bien sabido, santo Tomás de Aquino elaboró
cinco viae (después llamadas “demostraciones”) a la existencia de Dios. La
formulación que dio de las cinco vías es técnica y recurre a conceptos
filosóficos concretos. En su esencia, sin embargo, las cinco vías de santo
Tomás son sencillas y proporcionan una formulación filosófica a las
conclusiones espontáneas del hombre de la calle. Pertenecen a la filosofía natural y se fundan sobre conocimientos del
sentido común, es decir, de lo que la inteligencia dice, de manera espontánea,
a todos los hombres.
En un breve ensayo de 1941, publicado de nuevo por
Ediciones Fede & Cultura, con la edición de Marco Bracchi y prólogo de
Antonio Livi, el gran filósofo y teólogo tomista Réginald Garrigou-Lagrange las
resume en una única vía, en un único razonamiento, igual de claro y espontáneo,
de tal modo que cada uno lo ve como verdadero, incluso un niño: “El más
proviene del menos”. En mi reciente libro Filosofia per tutti (Fede &
Cultura, Verona 2016) he reconstruido el recorrido histórico de la filosofía
desde Sócrates hasta nuestros días a la luz del siguiente criterio: “Nadie se
da lo que no tiene”. En el fondo, se trata del mismo principio formulado por
Garrigou-Lagrange. De hecho, el más no puede provenir del menos porque, en este
caso, el menos se debería dar lo que no tiene, es decir, lo que le distancia
del más.
El principio en cuestión ya había sido formulado por
los primeros filósofos griegos. Según Anaximandro, una cosa o es el Principio o
proviene del Principio. También en este caso, el criterio es el mismo: lo que
proviene del Principio no se ha dado de sí mismo lo que tiene, porque en este
caso sería el Principio, sino que ha recibido lo que tiene, que es como el
menos del más.
Otra formulación históricamente sedimentada del mismo
principio es que “de la nada no nace nada”. La nada es el “menos” más menos del
que podamos hablar. Dado que cualquier cosa es más que la nada, el principio
sostiene que del menos no se puede derivar el más.
Una consecuencia importante del principio es que el
Fundamento (el “más”) debe estar al inicio y no puede ser el resultado de una suma -aunque sea infinita-
de “menos”. El Fin debe ser también la Causa, la Omega es también el Alfa. Por
otra parte, ya los griegos indicaron con el nombre de Arché (el Principio)
tanto la Causa como el Fin: eso de lo que todo dependía. Jesucristo, en el
Evangelio, habla de sí mismo en los mismos términos.
Santo Tomás de Aquino ha profundizado el mismo
concepto a nivel del ser. El menos es lo que “tiene el ser”, en el sentido que
lo ha recibido al no poder dárselo él mismo. Es el ente compuesto y completo.
El “más” es Aquel que “es”, el Ser mismo (Esse ipsum), que no ha recibido el
ser de ningún otro: es lo Eterno.
Los capítulos se suceden abordando diversos ámbitos
temáticos, pero según la misma perspectiva teorética: no existen entes
inteligentes sin una Inteligencia originaria; no existen verdades necesarias
sin una verdad suprema; no existe ley moral sin un legislador supremo; no
existe soberanía fecunda sin un Dios soberanamente santo.
GARRIGOU-LAGRANGE, Réginald, Dio accessibile a tutti.
Il più non viene dal meno, Fede & Cultura, Verona 2017.
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