en Estados Unidos sabe lo que es la Eucaristía
Juanjo Romero
Infocatólica, el 25.07.19
Terrible.
Esperable y terrible. Terrible y extrapolable, con poco margen, a otros países.
Terrible, pero ayuda mucho a entender la situación de la Iglesia en estos
momentos.
Elise Harris, da cuenta en
Crux de la reciente encuesta del Pew Research Center (Pew) sobre lo que los
estadounidenses conocen de su religión.
Consistía en 32 preguntas, incluidas 14 sobre la Biblia y el cristianismo,
13 sobre otras religiones del mundo: cuatro sobre el judaísmo, tres sobre la
composición religiosa de países específicos, dos para el islam y el hinduismo,
y una para el budismo y el sijismo. También había dos preguntas sobre el
ateísmo y el agnosticismo, dos sobre el tamaño de las minorías religiosas en la
población adulta de los Estados Unidos y una sobre la religión y la Constitución
de los Estados Unidos.
Según la encuesta, el 50% de
los católicos de los EEUU respondieron correctamente a la pregunta sobre la
enseñanza sobre la transubstanciación. Tenían que seleccionar una de las dos
siguientes opciones:
¿Qué enunciado describe
mejor la enseñanza católica sobre el pan y el vino usado en la Comunión?
A. realmente se convierten
en el cuerpo y la sangre de Jesús
B. son símbolos del cuerpo y
la sangre de Jesús
Con ese dato es sorprendente
que el 34% de todos los estadounidenses (en general, no solo católicos)
«acertasen», y que el 54% supiesen la doctrina católica sobre el Purgatorio (y
sólo el 71% de los católicos).
Los demás resultados, aunque
sugerentes, no me interesan ahora. Que sólo la mitad de los católicos «sepan»,
«conozcan», la doctrina católica en un aspecto tan básico es demoledor.
¿Qué se les enseña a los
chicos en la preparación para la Primera Comunión? (en realidad, ¿qué se les
enseña?) ¿Dos-tres años recortando figuritas?
Si sólo es un símbolo para
qué el sacerdocio, ¿no podría cualquiera?, ¿por qué no una mujer?, ¿por qué el
celibato?… Por qué responder a la llamada del Señor, ¿para ser un hortera
presidente de asamblea?, ¿para ser un animador sociocultural?, ¿para cuidar el
medio ambiente?
¿Por qué no puede comulgar
una persona en público adulterio?, ¿o un no-católico?, ¿alguien en pecado
mortal? ¿Por qué cuidar el modo de recibir la comunión? Al fin y al cabo, no es
más que un símbolo.
Conocer la realidad es sano.
Me encantaría una encuesta así entre los católicos de mi patria, pero podemos
asumir unos resultados similares. Y a partir de aquí, quienes tienen que
actuar, que actúen. Los primeros, los padres, por ejemplo, preguntar a vuestros
hijos estas cuestiones básicas. Y si no lo saben, por favor, además de acudir
al catequista o al que se supone que lo es, denuncia al obispo. Denuncia
formal. Los primeros, los padres. Nos jugamos el alma, podemos ayudar mucho, no
deleguemos. No confiemos en que «van a un colegio de religiosos o religiosas».
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