«Se ha producido un colapso
de la autoridad magisterial central del Romano Pontífice»
El
cardenal estadounidense Raymond Burke ha concedido una entrevista a Ross
Douthat, del New York Times, en la que aborda su postura ante la deriva a la
que el papa Francisco está llevando a la Iglesia. El purpurado advierte que
aunque no piensa formar parte de ningún cisma, el propio Pontìfice lo
encabezaría si aprobara algo contrario a la Tradición en la exhortación sobre
el Sínodo para la Amazonia.
(NYT/InfoCatólica) 12-11-19
Extractos de la entrevista
de Ross Douthat al cardenal Burke:
Empecemos con un tema
personal, en lugar de con uno teológico. Cuénteme cómo llegó a ser sacerdote.
Bueno, crecí en una pequeña
vaquería en el campo de Wisconsin. Mis padres eran buenos católicos. Era una
cosa normal en aquellos tiempos: todos los niños pensaban alguna vez en ser
sacerdotes.
Cuando estaba en el segundo
curso de educación primaria, en 1955, a mi padre le diagnosticaron un tumor
cerebral canceroso y le operaron en la Clínica Mayo, pero realmente no había
mucho que pudieran hacer. Permaneció en casa durante los últimos meses de su
vida y un sacerdote solía venir a confesarle y traerle la Sagrada Comunión. En
aquellos días, cuando el sacerdote venía a una casa a dar la Comunión, iba a la
puerta y le recibía con una vela encendida. Tuvimos una pequeña procesión hasta
el dormitorio donde estaba mi padre en su lecho de enfermo y el sacerdote escuchó
la confesión de mi padre y después nos invitó a entrar para que estuviéramos en
el rito de la Sagrada Comunión. Esto me causó una tremenda impresión. Solo con
el correr de los años comprendí por completo el significado del sufrimiento y
la muerte de mi padre, pero en la medida en que un niño podía hacerlo entendí
lo que estaba sucediendo. Vi que este sacerdote traía lo que me parecía la
ayuda más importante para mi padre.
Así que la idea simplemente
fue creciendo en mí. Cuando estaba en octavo curso, pregunté a mi madre si
podía ir al seminario menor de la diócesis. Ella se preocupó un poco. Yo era el
más joven de seis hermanos, no era muy fuerte y el seminario era algo así como
una escuela militar. Pero me dijo que sí.
Volviendo al Santo Padre,
usted ha dicho que le han acusado de ser el enemigo del Papa. ¿Cree usted que
Francisco le considera un enemigo?
No lo creo. Nunca me lo ha
dicho. No me encuentro con él muy a menudo, pero cuando le he visto nunca me ha
regañado ni acusado de tener pensamientos o actitudes de enemistad hacia él.
Pero sí que le degradó.
Sí.
Sin embargo, desde el Sínodo
de la Familia, usted ha criticado acciones específicas y tendencias generales
de este pontificado.
Sigo diciendo que ese es mi
deber como cardenal. Siempre intenté hablar directamente con el Papa sobre
ello. No me gusta jugar con la gente y fingir que pienso una cosa cuando pienso
lo contrario. Nunca critico al Papa personalmente, pero cuando vi lo que me
pareció una dirección nociva de la Iglesia, cuando vi todo este debate en el
Sínodo de la Familia que cuestionaba los cimientos de la doctrina de la Iglesia
sobre la sexualidad, tuve que alzar la voz, porque era mi deber.
¿Cómo resumiría su crítica
de la forma en que el Papa está gestionando los debates que ha abierto?
Supongo que podría resumirse
así: se ha producido un colapso de la autoridad magisterial central del Romano
Pontífice. El Sucesor de Pedro desempeña una misión esencial de enseñanza y
gobierno y el Papa Francisco, en muchos sentidos, se ha negado a ejercer esa
misión. Por ejemplo, la situación en Alemania: la Iglesia Católica en Alemania
está en proceso de convertirse en una iglesia nacional, con prácticas que no
están en consonancia con la Iglesia universal.
El cisma nunca puede ser la voluntad
de Cristo. Cristo nunca puede querer que se produzca una división en su Cuerpo.
Hay gente que viene y me dice ‘Mire, cardenal, ya es hora, tenemos que hacer un
cisma’. Y yo les digo ‘No, no es posible. Nuestro Señor no puede querer eso y
yo no voy a formar parte de ningún cisma’.
¿Cree que Francisco es el
Papa legítimo?
Sí, sí. La gente me ha
presentado todo tipo de argumentos, cuestionando la elección del Papa
Francisco, pero yo le nombro cada vez que ofrezco la Santa Misa y le llamo Papa
Francisco. Para mí no son meras palabras. Creo que es el Papa. E intento
decírselo siempre a la gente, porque tiene usted razón: también yo he notado
que la gente cada vez responde de forma más extrema a lo que está pasando en la
Iglesia.
Sobre el Sínodo de la Amazonia
En relación al reciente
sínodo amazónico, el cardenal dice:
Si bien el documento final
es menos explícito en adoptar el panteísmo, no repudia las afirmaciones del
documento de trabajo que constituyen una apostasía de la fe católica.
El documento de trabajo no
tiene valor doctrinal, pero ¿qué pasaría si el Papa aprobase ese documento? La
gente dice que, si no lo aceptara, estaría en un cisma, pero yo mantengo que no
sería yo quien estaría en un cisma, porque el documento contiene elementos que se
apartan de la Tradición apostólica. Así que, en mi opinión, es el documento el
que es cismático, no yo.
Pero ¿cómo puede pasar eso?
Está dando a entender que, en ese caso, el Papa estaría a la cabeza de un
cisma.
Sí.
¿No contradice eso
profundamente la forma en que los católicos entienden el Papado?
Por supuesto, exactamente.
Es una contradicción completa. Y ruego que no suceda. Y, para ser sincero, no
sé cómo afrontar algo así. Hasta donde puedo ver, no hay ningún mecanismo en la
legislación universal de la Iglesia para afrontar una situación de ese tipo.
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