El
alto prelado italiano, un conservador de 88 años, fue presidente de la
Conferencia Episcopal de su país
Elisabetta Piqué
La Nación, 8 de noviembre de
2019
Habemus nuevo adversario
papal. No son tiempos fáciles para el papa Francisco. Al escándalo financiero
que estalló el mes pasado, que ha sacudido como nunca la curia romana -bajo
investigación del Vaticano-, la consecuente salida poco clara de su ex ángel de
la guarda y los habituales ataques por parte de medios católicos
norteamericanos ultraconservadores, se ha sumado un nuevo enemigo.
Se trata del cardenal
italiano Camillo Ruini, personaje de lo más influyente en la Iglesia italiana,
muy poderoso porque fue durante 16 años presidente de la Conferencia Episcopal
Italiana (CEI), al frente de la cual se caracterizó por su intervención directa
en asuntos políticos italianos.
Miembro del ala conservadora
que quedó descolocada después de la elección de Jorge Bergoglio, un outsider
demasiado reformista, Ruini concedió el domingo pasado una entrevista al diario
Corriere della Sera que fue interpretada como una señal, muy sutil, en la que
declaró la guerra.
En forma muy fina y
diplomática, típicamente clerical e italiana, si bien el purpurado definió a
Francisco "mi papa, al que le debo respeto, obediencia y amor",
también le lanzó un guante. ¿Por qué? Porque le dio un virtual
"apoyo" a Matteo Salvini, una figura antitética al Papa, al llamar a
la Iglesia Católica local a abrir un diálogo con él, que es el líder de la
ultraderechista y xenófoba Liga, el partido en este momento más fuerte en
Italia. Y que, de haber otra crisis y nuevas elecciones, nadie duda de que
triunfaría.
Como ministro del Interior
del anterior gobierno de coalición con el Movimiento Cinco Estrellas -que
colapsó en agosto pasado-, Salvini fue una especie de antipapa.
En los 14 meses que estuvo
en el poder, hizo todo lo contrario a su prédica al cerrarle los puertos a los
migrantes, endurecer la política inmigratoria e incentivar con su retórica
inflamada el racismo contra extranjeros y gitanos, en virtud de su soberanismo
populista y de su caballito de batalla, "los italianos primero".
Salvini actuó de forma poco evangélica, empuñando al mismo tiempo el rosario y
la Biblia en actos públicos, causando gran escozor en ambientes católicos y
convirtiéndose en el primer ministro "de facto" del anterior
gobierno, Salvini nunca fue recibido en audiencia por el Papa.
"No comparto la imagen
totalmente negativa de Salvini que es propuesta en algunos ambientes",
dijo Ruini en su sorprendente entrevista con el Corriere. "Pienso que
Salvini tiene notables perspectivas frente a sí, aunque necesita madurar bajo
varios aspectos. El diálogo con él, por lo tanto, me parece obligado",
agregó. Al ser consultado por el uso del rosario del "capitán", Ruini
minimizó: "Aunque puede parecer un gesto instrumental y herir nuestra
sensibilidad, si bien poco feliz, puede ser una forma de afirmar el rol de la
fe en el espacio público".
Ruini tampoco tuvo problemas
en hablar sobre el reciente sínodo amazónico, en el que se le propuso al Papa
ordenar diáconos casados para suplir la carencia de curas en zonas remotas, una
medida que los sectores ultraconservadores temen que pueda degenerar en el fin
de la ley del celibato . "Para mí es un error. Espero y rezo para que el
Papa no confirme esta decisión", dijo el cardenal, de 88 años.
El ataque solapado de Ruini
cayó como una bomba en distintos ámbitos católicos y pareció marcar un salto
cualitativo en lo que tiene que ver con maniobras de oposición a Francisco.
"La entrevista es un primer ataque en gran estilo a la visión política del
papa Francisco con respecto al soberanismo iliberal y clerical", aseguró
el prestigioso vaticanista Marco Politi en un artículo en Il Fatto Quotidiano
en el que destacó que Ruini, lejos de ser un "cardenal cualquiera
jubilado", sigue siendo una figura muy poderosa y escuchada.
"No hay que subestimar
de ningún modo su decisión de salir de forma tan pesada en contra de las líneas
guía ideales de papa Bergoglio en cuanto al soberanismo, que incita la
xenofobia y manipula los símbolos religiosos", advirtió Politi, que
consideró que en otras épocas hubiera sido totalmente "impensable"
que un expresidente de la CEI se posicionara de esta forma contra el Papa.
"Con esta entrevista
pensada y calculada hasta en las comas, el cardenal que le susurra a Salvini se
propone como convergencia de todos los que por ahora van por su cuenta en
contra del Obispo de Roma", advirtió, por otro lado, el sacerdote Paolo
Farinella.
En su blog personal,
Farinella recordó que siendo presidente de la CEI, Ruini no dudó en respaldar
al expremier Silvio Berlusconi y a la derecha, para que el Parlamento frenara
leyes en favor del matrimonio homosexual o la procreación asistida. Además, no
tardó en definir al anciano cardenal, también apodado "don Camilo",
como a un "individuo más peligroso que cualquier otro que ataca
directamente al Papa".
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