inaugura una casa masónica y su diócesis ataca
a los fieles que le critican
(InfoCatólica)
6-10-22
El 27 de
septiembre, el Gran Oriente de Italia (GOI) inauguró una nueva casa en la
ciudad de Terni. En el acto participaron varios líderes masónicos italianos, el
alcalde Leonardo Latini, el prefecto Giovanni Bruno y, para escándalo de los
que permanecen fieles a Cristo y la fe católica, el obispo de
Terni-Narni-Amelia, Mons. Francesco Antonio Soddu.
El prelado no solo
intervino en el acto mismo de cortar la cita de entrada al recinto masónico,
sino que pronunció unas palabras de agradecimiento por la invitación al acto,
indicando que espera iniciativas como ésta puedan fomentar el diálogo entre
realidades diferentes, superando los prejuicios.
Ante el escándalo
producido entre los fieles, la diócesis italiana les ha acusado de entender e interpretar mal a propósito el
gesto del obispo. Y lo ha hecho mediante este comunicado:
Aclaración sobre
la presencia del obispo en la inauguración de la nueva entrada de la sede del
GOI en Terni
En cuanto a la
inauguración de la nueva entrada de la sede del GOI en Terni, la lectura
instrumental, deliberadamente mal entendida y mal interpretada, de la presencia
de monseñor Soddu en este acto suscita asombro, desconcierto y amargura.
La lectura de los
hechos, que ni siquiera ha tenido en cuenta el contenido de lo dicho por el
obispo, tergiversa totalmente el sentido de su presencia, que, al no
identificarse con un pensamiento diferente de la doctrina cristiana, ha tenido,
en cambio, la única finalidad de dar testimonio de fidelidad al Evangelio y a
la Iglesia, especialmente en este momento del camino sinodal que la caracteriza
La masonería y la
fe cristiana son irreconciliables
Es bien sabido que
la Iglesia Católica ha condenado a la masonería en todas las ocasiones en que
se ha referido a la misma. Por ejemplo, la Congregación para la Doctrina de la
Fe publicó, el 26 de noviembre de 1983, una Declaración sobre las asociaciones
masónicas en la que aseguraba que
«...no ha cambiado
el juicio negativo de la Iglesia respecto de las asociaciones masónicas, porque
sus principios siempre han sido considerados inconciliables con la doctrina de
la Iglesia; en consecuencia, la afiliación a las mismas sigue prohibida por la
Iglesia. Los fieles que pertenezcan a asociaciones masónicas se hallan en
estado de pecado grave y no pueden acercarse a la santa comunión».
El 24 de abril, de
1738 (21 años después de la fundación de la Masonería) Clemente XII escribió In
Eminenti, la primera encíclica contra la Masonería. A esa condena se añadió la
de los siguientes Papas:
Benedicto XIV,
Providas, 18 mayo, 1751.
Pío VII, Ecclesiam
a Jesu Christo, 13 sept., 1821.
León XII, Quo
Graviora, 13 marzo, 1825.
Pío VIII, Traditi
Humilitati, encíclica, 24 mayo, 1829.
Gregorio XVI,
Mirari Vos, encíclica, 15 agosto, 1832.
Pío IX, Qui
Pluribus, encíclica. 9 nov., 1846.
León XIII, Humanum
Genus, encíclica, 20 abril, 1884.
León XIII,
Dall´alto dell´Apostolico Seggio, encíclica,15 de octubre 1890.
León XIII, Inimica
Vos, encíclica 8 diciembre, 1892.
León XIII, Custodi
Di Quella Fede, encíclica 8 diciembre, 1892.
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