Luis Fernando Pérez
Bustamante
En español falta apologética
de alto nivel, que sí existe en inglés, y por eso hay toda una corriente de
conversos anglosajones en la Iglesia.
Esto es una carta a los
obispos sobre el estado de la apologética católica en Internet.
Les escribo para expresarles
mi preocupación sobre lo que considero como penoso estado de la apologética católica
en lengua española. En Internet, y yo diría que también en la "vida
real", la apologética católica hispana está en mantillas comparada con la
que se hace en otras lenguas. Existe un déficit espantoso de acceso a textos,
citas, libros, etc, etc.
Hablo de una apologética de
alto nivel, no de esa que se usa para despachar en media hora a testigos de
Jehová, evangélicos y similares que estén poco formados teológicamente. Para
esa apologética de bolsillo sí hay material de sobra en nuestra lengua, aunque me
aventuro a decir que la mayoría de los católicos de a pie la desconocen.
Yo me he tirado más de 7
años dedicando horas y horas y más horas (sin duda demasiadas, pues buena parte
de ellas se las he robado a mi familia) a defender la fe de la Iglesia en diversos
foros y listas de correo de Internet. Y ha habido momentos en que me he
encontrado atado de pies y manos porque no tenía posibilidad de acceder a
material que me ayudara a responder a determinadas materias, sobre todo de
orden patrístico e histórico.
Aunque puedo leer el inglés
con cierta facilidad, no puedo pasarme la vida traduciendo libros, argumentos y
citas que no encuentro en mi idioma. De tal forma que a veces he pensado
abandonar completamente esta actividad, porque no me apetece tener que quedarme
a medias en un debate por no tener acceso a la bibliografía necesaria. No
porque yo quede mal, que me importa un pimiento, sino porque quien queda mal es
la postura de la Iglesia.
Grandes apologetas en
inglés, ninguno en español
Quizás puedo sonar muy drástico pero creo que
la Iglesia no da la más mínima importancia a la apologética castellano-parlante
en la red. Puedo nombrar a más de cinco grandes apologetas católicos de habla
inglesa pero ni uno sólo que hable o escriba en español.
La labor de esos grandes apologetas está
siendo fundamental para que se esté produciendo un río de conversiones del
protestantismo al catolicismo en EEUU. Esas conversiones (y lo dice alguien
consciente de que el Señor le ha usado para ayudar a algunos) las contamos con
los dedos de una mano en España e Hispanoamérica.
Ustedes ven como, sobre todo
en Hispanoamérica, los católicos mal formados se van por manadas a las iglesias
evangélicas y las sectas, y no parece que hagan mucho para formar
apologéticamente a sacerdotes, teólogos y laicos. Es decir, no tenemos muchos
continuadores de la labor apologética de San Francisco de Sales entre nuestros
obispos, a pesar de que Internet podría considerarse como un nuevo Chablais al
que conquistar para nuestra Iglesia.
Llaneros solitarios
Algunos curas y laicos hacemos de llaneros
solitarios, con pocos medios, en medio de un campo de batalla donde se juega la
salvación de muchas almas. No lo hacemos por otra razón que no sea el amor a
Dios y a su Iglesia. Pero no creo que sea mucho pedir a nuestra Madre y Maestra
que se implique un poco más en esta tarea. Que nos ayude, que nos facilite la
labor, que ponga a nuestra disposición buenos materiales, que forme a buenos
apologetas, que cree organismos para que ellos se coordinen, que haya un plan
de acción pastoral específico en el que ellos hagan bien su labor, ya sea en
Internet, ya sea en los medios de comunicación, ya sea en la calle.
La Iglesia ha de entender
que la apologética no es antiecuménica sino la mejor herramienta para un sano
ecumenismo con los hermanos separados. Y en todo caso, es la mejor herramienta
para evitar la sangría de católicos hispanos en dirección hacia el
protestantismo y las sectas. Católicos que por lo general acaban por
convertirse en furibundos anticatólicos, la antítesis del ecumenismo.
Insisto: es la Iglesia, como
institución, quien tiene que poner los medios, el personal y hasta el dinero
que haga falta. Ha de promover la publicación de libros apologéticos en la red
y procurar su difusión masiva; ha de procurar la creación y difusión de más
portales como Apologetica.org (http://apologetica.org ,
que lleva casi 4 años sin actualizarse), Mercaba ( http://www.mercaba.org ,
es lo mejor que hay) y de grupos de apologetas especializados en diversas ramas
(patrología, historia de la Iglesia, protestantismo histórico, sectas,
ateísmo/agnosticismo, etc); ha de introducir, siquiera de forma elemental, la
apologética en la formación catequética para así dar un arma eficaz a jóvenes y
adultos católicos, que muchas veces no saben ni cómo dar razón de su fe cuando
se les requiere.
Es una tarea ingente que no podemos realizar
cuatro y el de la botella por mucho ánimo que tengamos. Y espero que esta carta
sirva también de acicate a ese gran número de teólogos que casi nunca asoman su
cabeza por la red, y que se pasan la vida escribiendo libros que apenas leen
ellos mismos.
En España no sufrimos
todavía el trasvase de católicos al protestantismo porque padecemos algo
bastante peor: su paso a la indiferencia religiosa.
Pero aun así, muchos de los inmigrantes que
nos llegan del otro lado del océano son ya miembros de iglesias evangélicas o
de sectas, y saben muy bien como captar a sus compatriotas católicos que llegan
acá y no se integran con facilidad en nuestras parroquias.
Éstos últimos necesitan de
una buena apologética católica que les ayude a mantenerse en la Iglesia. Y creo
que no hace falta que les diga lo útil que también sería una buena apologética
a la hora de combatir a la disidencia teológico-eclesial, que ustedes han
señalado como una de las principales responsables de la secularización interna.
Hay algo mucho mejor que condenar a los heterodoxos: desmontar sus argumentos
de forma pública y notoria.
Dios les bendiga y les
guarde,
Luis Fernando Pérez
Bustamante
Luis
Fernando Pérez escribe habitualmente en su blog "Cor ad Cor
Loquitur", de donde hemos tomado este texto.
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