Por INFOVATICANA | 02 marzo,
2020
A Su Eminencia el cardenal
G.B. Re
Decano del Colegio
Cardenalicio
Eminencia:
Permítame que utilice el
medio de una carta abierta para comunicarme con inmediatez.
Por vía indirecta he podido
ver su carta del 26 de febrero, con la que (Prot. N. 1/2020) ha tenido usted el
honor de inaugurar su elevado cargo de Decano del Colegio Cardenalicio.
Admiro su valentía al
aventurarse en cuestiones que usted reconoce que son “complejas”, poniendo en
riesgo el prestigio de su cargo apenas inaugurado. Pero se sabe que hoy hay un
vicepapa que da valor a todos los que sirven en la Santa Sede.
Pasemos a la carta.
1. Para aclarar la visión
que tenían Juan Pablo II y Benedicto XVI sobre el comunismo, me basta por ahora
hacer referencia a las páginas 161-162 del libro Últimas conversaciones (el
papa Benedicto me hizo llegar una copia con la dedicación: “En comunión de
oración y pensamiento”).
La pregunta del periodista
Peter Seewald:
“¿Ha compartito y apoyado
activamente la Ostpolitik del papa (Juan Pablo II)?”.
Respuesta de Benedicto:
“Hablamos de ello. Estaba claro que la política de Casaroli, aunque
implementada con las mejores intenciones, había fracasado. La nueva línea
deseada por Juan Pablo II era fruto de su experiencia personal, del contacto
con esos regímenes. Obviamente, entonces no se podía esperar que ese régimen
cayera pronto, pero era evidente que, en lugar de ser conciliador y transigir,
era necesario oponerse con fuerza. Esta era la visión de fondo de Juan Pablo
II, que yo compartía”.
2. Para demostrar que el
acuerdo firmado ya había sido aprobado por Benedicto XVI bastaría con mostrarme
el texto firmado, que hasta hoy no he podido ver, y las pruebas del archivo,
que usted ha podido verificar. Quedaría sólo pendiente de explicar por qué no
fue firmado entonces.
3. Me temo que el cambio “de
época”, en relación al significado de la palabra “independencia”, exista sólo
en la cabeza del Eminentísimo Secretario de Estado, ayudado tal vez por una
equivocada traducción del chino hecha por el joven redactor de la Congregación
para la Evangelización de los Pueblos, ahora ya monoculus rex in regno
caecorum, que fue corresponsable también de, al menos, diez errores en la
traducción de la carta del papa Benedicto de 2007.
Sin embargo, dada la
inteligencia del Eminentísimo me es difícil creer que haya sido engañado; es
más probable que haya querido “dejarse engañar”.
4. No comprendo la última
parte de su carta, bastante confusa. Los hechos están ahí. Tengo la certeza de
que Parolin manipula al Santo Padre, que siente mucho afecto por mí, pero no
responde a mis preguntas. Ante algunas de las tomas de posición de la Santa
Sede que no consigo comprender, a todos los hermanos afligidos que se dirigen a
mí quiero decirles que no critiquen a quienes siguen esas disposiciones. Sin embargo,
como en las disposiciones se deja libre a quien expresa la propia objeción de
conciencia, les animo a retirarse al estado de las catacumbas, sin oponerse a
ninguna injusticia; en caso contrario, acabarían perdiendo aún más.
¿En qué me he equivocado?
5. Estoy de acuerdo al cien
por cien con la invitación a rezar.
Recuerdo que, recientemente,
la Santa Sede ha recomendado la invocación a la Virgen “Sub tuum praesidium” y
al Arcángel San Miguel
Obviamente, está el “Oremus
pro Pontifice” que concluye con el “et non tradat eum in animam inimicorum
ejus”.
Le deseo lo mejor en su
largo servicio como Decano del Colegio Cardenalicio.
Atentamente suyo,
Cardenal Zen
Primer Domingo de Cuaresma
Del Evangelio según Mateo
(4, 8-10)
De nuevo el diablo lo llevó
a un monte altísimo y le mostró los reinos del mundo y su gloria, y le dijo:
«Todo esto te daré, si te postras y me adoras».
Entonces le dijo Jesús:
«Vete, Satanás, porque está escrito: “Al Señor, tu Dios, adorarás y a él solo
darás culto”».
Traducido
por Verbum Caro para InfoVaticana.
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