el cisma comienza
con las uniones de homosexuales
Luisella Scrosati
Brújula cotidiana,
23-04-2021
2.500 párrocos y
diáconos alemanes ya se han unido al día para la bendición de todos los
enamorados, incluidas las parejas homosexuales. Es el reto que la Iglesia
alemana lanza a Roma tras el “no” a la bendición de las uniones gay.
Los “católicos”
teutónicos se molestaron, y no poco, por la posición de la Congregación para la
Doctrina de la Fe contra la bendición de las parejas homosexuales. Una simple
congregación romana se atrevió a obstaculizar el camino sinodal de la iglesia
que sostiene el Geist: inaudito.
Y así, sin
demasiadas palabras, la oposición, ahora claramente cismática, corrió a
reparar, organizando para el próximo 10 de mayo una jornada de bendición para
todos los enamorados, incluyendo claramente a las parejas homosexuales,
principal objeto de la disputa. Organización, obviamente, al estilo alemán:
creación de un sitio web con el título “originalísimo” #liebegewinnt (el amor
gana), a través del cual es posible inscribirse como individuos y como
parroquias. También está presente el mapa de Google, con banderas para
identificar los lugares donde se pueden encontrar las celebraciones de
bendición: una sugerencia para que los siete ángeles de las copas de la ira
divina no pierdan el blanco...
Después de las
declaraciones críticas al Responsum de la Congregación de parte del cardenal
Reinhard Marx, el presidente de la Conferencia Episcopal Alemana, Mons. Georg
Bätzing, el Obispo de Osnabrück, Mons. Franz-Josef Bode y el Obispo auxiliar de
Münster, Mons. Dieter Geerlings, se pasa entonces a los hechos. Y se hace con
una intención polémica decididamente clara: “Ante la negativa de la
Congregación para la Doctrina de la Fe a bendecir a las parejas homosexuales,
nosotros alzamos la voz y decimos: acompañaremos también en futuro a las
parejas que tengan una relación estable y bendeciremos su relación. No les
negaremos una ceremonia de bendición”. El subrayado de la bendición de la
relación surge por tanto como un rechazo explícito a la columna vertebral del
Responsum del pasado 22 de febrero, en el que se especificaba que el problema
de tales bendiciones no radica en las personas individuales, sino en las
“relaciones, o [...] incluso las parejas estables, que implican una práctica
sexual fuera del matrimonio (es decir, fuera de la unión indisoluble de un
hombre y una mujer abiertos en sí mismos a la transmisión de la vida), como es
el caso de las uniones entre personas del mismo sexo”.
En concreto, la
iniciativa del 10 de mayo es una invitación “a utilizar numerosos carteles
creativos que muestren cuantas personas en la iglesia perciben como un
enriquecimiento y una bendición la variopinta diversidad de proyectos de vida y
las historias de amor de las personas”, organizando “un servicio de bendiciones
en muchos lugares, preferiblemente en contemporáneo, a las 19:00. Las parejas
que participarán en esta ceremonia deben recibir la bendición que Dios quiere
regalarles, sin esconderse”.
Ya son unos 2.500
párrocos, diáconos y operadores pastorales que se han sumado a la iniciativa y
se han puesto a disposición para producir fragantes bendiciones, porque,
después de todo, el amor es amor ... Este es de hecho el nivel “argumentativo”
de los promotores de las iniciativas locales. Se lanza un #segentogo en
Schweinfurt, una “bendición para llevar”, ofrecida “a ti y a tu pareja, sin
importar a quién ames, cuánto tiempo llevan juntos, si las cosas van bien en
este momento o si estás pasando por una fase difícil”. En señal de inclusión,
la invitación de la parroquia de Winnweiler, que convoca a todos,
“indiferentemente de si están o no casados, si son jóvenes o viejos,
heterosexuales u homosexuales, siempre y cuando se amen y deseen la ayuda del
Señor para vuestra relación”. ¡Pidan y será concedido!
En Würzburg tienen
en el corazón integrar un must de lo políticamente correcto, olvidado por los
descuidados hermanos, recordando que ni el “color de la piel” será un factor
discriminatorio. La caridad de los organizadores de Paderborn es sin fronteras,
ya que se ofrecen a enfrentar cualquier contratiempo, prometiendo que serán
bendecidas también las personas solas, si su pareja no logra estar presente.
En cambio, la
invitación de la parroquia de Jülich / Krefeld / Mönchengladbach se dirige, por
alguna razón, a todos los estudiantes, “independientemente de que tengan pareja
o sean solteros, enamorados o en busca de amor”. También en Hannover “el amor
es amor”, pero todavía en la era de la pandemia. Y así, el encuentro y la
bendición se realizarán a través de Zoom. En Geldern-Veert, estarán aseguradas
las grabaciones en vídeo del momento de la bendición y, tras la ceremonia, el
ojo de la cámara inmortalizará el beso de cada pareja, ad perpetuam rei
memoriam. Los organizadores de Neunkirchen / Saar, que ponen a disposición dos
iglesias, en cambio lanzan un mensaje de liquidación de la mediación eclesial:
“No queremos juzgar si la Iglesia puede o no puede [bendecir las uniones
homosexuales]; como teólogos/teólogas sabemos que Dios puede”.
Mientras tanto, el
obispo de Essen, Mons. Franz-Josef Overbeck ya ha hecho saber (ver aquí) que él
y otros obispos no tienen la intención de castigar a los sacerdotes que, para
la ocasión, impartirán la bendición a las distintas parejas presentes. Porque
para ellos el diálogo con Roma se hace así: o escriben lo que queremos
nosotros, o vamos por nuestro propio camino. Posición que, desde el punto de
vista canónico, se llama cisma. Roma está avisada: sobre la homosexualidad, el
sacerdocio femenino y la anticoncepción, decide el Sínodo de Weg.
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