domingo, 30 de mayo de 2021

GRAVE SITUACIÓN

 

Más de 60 obispos de EE.UU piden a Mons. José Gómez no debatir en junio sobre la comunión de los políticos abortistas

(The Pillar/Crux/InfoCatólica) 26-5-21

 

 La carta al presidente de la USCCB (Conferencia Episcopal de Estados Unidos) fue firmada por varios cardenales estadounidenses, entre ellos el cardenal Wilton Gregory de Washington, el cardenal Blase Cupich de Chicago y el cardenal Sean O'Malley de Boston. El cardenal neoyorquino Timothy Dolan, originalmente uno de los firmantes de la carta, retiró su nombre del texto después de su envío.

En ella se insta a que se detenga el trabajo del comité sobre la «coherencia eucarística», y a que se elimine del programa de la reunión plenaria de los obispos de junio el debate previsto sobre el tema. Quieren que se debata más adelante cuando haya una plenaria presencial y no telemática debido a la pandemia.

«Habiendo recibido la carta del 7 de mayo de 2021 de Su Eminencia el Cardenal Luis F. Ladaria, SJ, Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, instamos respetuosamente a que toda la discusión de la Conferencia y el trabajo de los comités sobre el tema de la dignidad eucarística y otras cuestiones planteadas por la Santa Sede se pospongan hasta que el cuerpo completo de obispos pueda reunirse en persona», dice texto de la carta distribuida entre los obispos para su firma, y que ha sido obtenido por The Pillar por múltiples fuentes. No se entiende bien la dilación, pues el modelo de intervención en la plenaria de junio será prácticamente el mismo que en el resto de plenarias.

La carta del 7 de mayo de Ladaria instaba a que «el diálogo... tuviera lugar entre los obispos para que pudieran acordar como Conferencia que el apoyo a la legislación pro-aborto no es compatible con la enseñanza católica».

Pero «el alto nivel de consenso entre nosotros y de mantenimiento de la unidad con la Santa Sede y la Iglesia Universal, tal y como lo expuso el cardenal Ladaria, está lejos de alcanzarse en el momento actual», reza el texto obtenido por The Pillar.

«Además, dado que el sólido consejo teológico y pastoral del Prefecto abre un nuevo camino para avanzar, deberíamos aprovechar esta oportunidad para replantear la mejor estructura colegial para lograrlo», añade el texto.

Es decir, el cardenal prefecto de Doctrina de la Fe creía necesario que todos los obispos se pongan de acuerdo sobre lo que la propia Iglesia ha enseñado repetidamente en las últimas décadas. Y tal cosa no es posible.

The Pillar confirmó que la carta fue enviada a Gómez con el membrete de la Archidiócesis de Washington. Las fuentes aseguraron que la iniciativa se organizó principalmente por los cardenales Gregory y Cupich.

Fuentes eclesiales han asegurado a The Pillar que 68 obispos diocesanos y auxiliares habían firmado inicialmente la carta.

Un portavoz de la archidiócesis de Nueva York confirmó a The Pillar el lunes que el cardenal Dolan firmó inicialmente la carta, pero que posteriormente pidió que se retirara su nombre como firmante. El portavoz se negó a responder a otras preguntas sobre la participación de Dolan en el asunto.

Reacción de los obispos fieles al Magisterio

La reacción a la carta por parte de los obispos que más se han significado por defender la sana doctrina católica sobre el aborto y la comunión, no se ha hecho esperar.

El arzobispo de San Francisco, Mons. Salvatore Cordileone, ha sido claro:

«Estoy profundamente apenado por la creciente acritud pública entre los obispos y la adopción de maniobras a puerta cerrada para interferir con los procedimientos aceptados, normales y acordados de la USCCB.

Aquellos que no quieren emitir un documento sobre la coherencia eucarística deberían estar abiertos a debatir la cuestión de forma objetiva y justa con sus hermanos obispos, en lugar de intentar desbaratar el proceso».

De igual manera, el arzobispo de Denver, Mons. Samuel J. Aquila, dijo que quería mantener el debate tal y como estaba previsto para la reunión de junio:

«Como he escrito anteriormente, la cuestión de la coherencia eucarística es principalmente 'una cuestión de amor, una cuestión de caridad hacia el prójimo'. San Pablo es claro en cuanto a que hay peligro para el alma si se recibe el cuerpo y la sangre de nuestro Señor de manera indigna'.

Como obispos, faltamos a nuestro deber de pastores si ignoramos esta verdad y cómo se está manifestando en la sociedad actual, especialmente en lo que respecta a aquellos que ocupan posiciones prominentes que rechazan las enseñanzas fundamentales de la Iglesia e insisten en que se les permita recibir la comunión»

Posteriormente, el obispo Richard Stika de Knoxville aprovechó su mediática presencia en las redes sociales para decir que «es imperativo que los obispos de los Estados Unidos tengan la capacidad de discutir la recepción por parte de los funcionarios públicos católicos, la Eucaristía». «Estos funcionarios, como el presidente Biden, controlan la vida a través de la ley», escribió.

No se ponen de acuerdo sobre un asunto elemental

La realidad es que esta carta de presión a Mons. Gómez muestra bien a las claras la gran división dentro del episcopado de Estados Unidos.

Por una parte están aquellos obispos que asumen la doctrina católica sobre el aborto y la coherencia eucarística expresada por Benedicto XVI, tanto siendo Papa como en su etapa como Cardenal Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe. El papa alemán dejó siempre claro que los políticos católicos que apoyan el aborto y otras leyes inicuas no pueden comulgar.

Por otra parte, están los obispos que rechazan la doctrina católica y pretenden que se puede ser proabortista y comulgar.

Y luego están los que creen, al igual que el cardenal Ladaria, que es más importante la unidad de los obispos que el servicio a la verdad en esta materia.

 

CONGREGAZIONE PER LA DOTTRINA DELLE FEDE

Città del Vaticano, 7 de mayo de 2021

PROT. N. 3277/70 – 82755

 

Su Excelencia

Reverendísimo José H. GOMEZ

Arzobispo de Los Ángeles

Presidente de la Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos

3211 Fourth Street NE

Washington, D.C. 20017

ESTADOS UNIDOS

 

Gracias por su carta del 30 de marzo de 2021 informando a esta Congregación que los obispos de los Estados Unidos se están preparando para abordar la situación de los católicos en cargos públicos que apoyan la legislación que permite el aborto, la eutanasia u otros males morales. Estamos agradecidos de que planee enviarnos el borrador de un documento sobre la dignidad para recibir la Sagrada Comunión para una revisión informal antes de su presentación al cuerpo de obispos para su votación.

 

Con respecto a la carta de 2004 del Cardenal Ratzinger al Cardenal McCarrick, esta Congregación respeta la estipulación del Cardenal Ratzinger de que “estos principios no estaban destinados a ser publicados”. La carta tenía la forma de una comunicación privada dirigida a los obispos. En la medida en que, por lo tanto, estos principios no están publicados por la Conferencia, pueden ser de ayuda en la preparación del borrador de su documento. Cabe señalar que la Nota doctrinal de la Congregación: Sobre algunas cuestiones relativas al compromiso y la conducta de los católicos en la vida política (2002) es anterior a la comunicación personal del Cardenal Ratzinger. Durante las visitas ad limina de 2004 a las que se refiere en su carta, surgieron interrogantes en varias ocasiones sobre la recepción de la Sagrada Comunión por parte de políticos católicos que apoyaban el llamado “derecho a elegir” un aborto. Cuando se discutió la Nota Doctrinal durante estas visitas ad limina, quedó claro que había una falta de acuerdo sobre el tema de la comunión entre los obispos. En ese momento, no se estaba considerando el desarrollo de una política nacional, y el Cardenal Ratzinger ofreció principios generales sobre la recepción digna de la Sagrada Comunión con el fin de ayudar a los ordinarios locales en los Estados Unidos en sus tratos con los políticos católicos pro-elección dentro de sus jurisdicciones. Por lo tanto, la comunicación del Cardenal Ratzinger debe discutirse solo en el contexto de la Nota Doctrinal autorizada que proporciona la enseñanza del Magisterio sobre el fundamento teológico para cualquier iniciativa relacionada con la cuestión de la recepción digna de la Sagrada Comunión.

 

Cuando este tema resurgió durante las visitas ad limina 2019-2020 de los obispos de Estados Unidos, esta Congregación aconsejó que se entable un diálogo entre los obispos para preservar la unidad de la conferencia episcopal ante los desacuerdos sobre este controvertido tema. La formulación de una política nacional se sugirió durante las visitas ad limina solo si esto ayudara a los obispos a mantener la unidad. Esta Congregación señala que tal política, dada su naturaleza posiblemente contenciosa, podría tener el efecto contrario y convertirse en una fuente de discordia en lugar de unidad dentro del episcopado y la Iglesia más grande en los Estados Unidos. Así, advertimos durante las visitas ad limina que el desarrollo efectivo de una política en esta área requiere que el diálogo se produzca en dos etapas: primero entre los propios obispos, y luego entre obispos y políticos católicos pro-elección dentro de sus jurisdicciones.

 

La primera etapa del diálogo se llevaría a cabo entre los obispos para que pudieran acordar como Conferencia que el apoyo a la legislación pro-elección no es compatible con la enseñanza católica. Por lo tanto, los obispos deben discutir y estar de acuerdo con la enseñanza de la Nota Doctrinal antes mencionada que afirma en el artículo 3 que “el cristiano está llamado a disentir de una concepción del pluralismo en clave de relativismo moral, nociva para la misma vida democrática, pues ésta tiene necesidad de fundamentos verdaderos y sólidos, esto es, de principios éticos que, por su naturaleza y papel fundacional de la vida social, no son ‘negociables’”. Los obispos deben afirmar como Conferencia que “quienes se comprometen directamente en la acción legislativa tienen la «precisa obligación de oponerse» a toda ley que atente contra la vida humana” (Nota Doctrinal art. 4). Una vez que se alcance este acuerdo, los obispos podrían pasar a implementar la segunda etapa en la que los Ordinarios locales se acercarían y entablarían un diálogo con los políticos católicos dentro de sus jurisdicciones que adopten una posición pro-elección con respecto a la legislación sobre el aborto, la eutanasia u otros males morales, como un medio para comprender la naturaleza de sus posiciones y su comprensión de la enseñanza católica.

 

Una vez que se hayan llevado a cabo estas dos etapas de diálogo extenso y sereno, la Conferencia enfrentaría la difícil tarea de discernir el mejor camino a seguir para que la Iglesia en los Estados Unidos sea testigo de la grave responsabilidad moral de los funcionarios públicos católicos de proteger la vida humana en todas las etapas. Si luego se decide formular una política nacional sobre la dignidad para la comunión, tal declaración debería expresar un verdadero consenso de los obispos sobre el tema, al tiempo que observar el requisito previo de que cualquier disposición de la Conferencia en esta área respete los derechos de los Ordinarios individuales en sus diócesis y las prerrogativas de la Santa Sede (cf. Apostolos Suos, 22 y 24). Además, la Congregación advierte que cualquier declaración de la Conferencia con respecto a los líderes políticos católicos estaría mejor enmarcada dentro del amplio contexto de dignidad para la recepción de la Sagrada Comunión por parte de todos los fieles, en lugar de solo una categoría de católicos, reflejando su obligación de conformar sus vidas con todo el Evangelio de Jesucristo mientras se preparen para recibir el sacramento (Nota doctrinal art. 4). Sería engañoso si tal declaración diera la impresión de que el aborto y la eutanasia por sí solos constituyen los únicos asuntos graves de la enseñanza moral y social católica que exigen el máximo nivel de responsabilidad por parte de los católicos.

 

Se debe hacer todo esfuerzo por dialogar con otras conferencias episcopales, ya que esta política está formulada tanto para aprender unos de otros como para preservar la unidad en la Iglesia Universal.

 

Pedimos que esta carta sea compartida con todos los obispos de los Estados Unidos.

 

Asegurándoles mis más calurosos saludos Pascuales y con gratitud por su servicio a la Iglesia, permanezco,

 

Sinceramente suyo en Cristo,

Luis F. Card. LADARIA, S.I.

Prefecto

 

 

 

 

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