que en la Iglesia
en Alemania hay que separar a los creyentes de los incrédulos
(CNA/InfoCatólica)
26-7-21
«La doctrina debe
desarrollarse en y desde de la fe, no permanecer a un lado de ella», dice
Benedicto en un artículo de la "Herder Korrespondenz", escrito en
conversación con el periodista Tobias Winstel.
El pontífice
subraya que «la Iglesia se compone de trigo y paja, de peces buenos y peces
malos. Por tanto, no se trata de separar a los buenos de los malos, sino de
separar a los creyentes de los incrédulos».
En este sentido,
considera especialmente que los obispos alemanes tienen un deber: «Mientras en
los textos oficiales de la Iglesia sólo hable desde la oficalidad, pero no
desde el corazón y el espíritu, continuará el éxodo del mundo de la fe», dice
Benedicto. Y añade que espera que se dé «un verdadero testimonio personal de fe
por parte de los portavoces de la Iglesia».
Además advierte:
«En las
instituciones de la iglesia - hospitales, escuelas, Caritas - muchas personas
están involucradas en posiciones decisivas que no apoyan la misión interna de
la iglesia y, por lo tanto, a menudo oscurecen el testimonio de esta
institución».
Igualmenete indica
que los textos oficiales de la iglesia en Alemania están escritos en gran parte
por personas «para quienes la fe es solo una cuestió oficial. En este sentido,
debo admitir que la palabra iglesia oficial se aplica a una gran parte de los
textos oficiales de la iglesia en Alemania».
A sus 94 años de
edad, el Papa emérito hace autocrítica de su anterior llamado a una
«desmundanización» de la Iglesia y a una Iglesia más pobre. Benedicto había
causado revuelo con esta idea durante su visita a Alemania del 22 al 22 de
septiembre de 2011, cuya conclusión fue el «Discurso de Friburgo» del 25 de
septiembre. Dijo:
«En efecto, las
secularizaciones —sea que consistan en expropiaciones de bienes de la Iglesia o
en supresión de privilegios o cosas similares— han significado siempre una
profunda liberación de la Iglesia de formas mundanas»
«La palabra
desmundanización (ndr:liberación de la Iglesia de formas mundanas) indica la
parte negativa del proceso que me preocupa», escribe y añade que «la parte
positiva no está suficientemente expresada por ella». Se trata más bien de
salir de las limitaciones de una época «hacia la libertad de la fe».
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