unidos contra la
“demonopatía”
Andrea Zambrano
Brújula cotidiana,
02-07-2021
Dos mujeres
asesinadas en Italia ponen de relieve un fenómeno desconocido: la “demonopatía”
severa. El autor confesó haber matado por instigación de una voz. Pero los
psicólogos y psiquiatras deben trabajar en equipo con los exorcistas. En
Italia, el primer grupo interdisciplinar está dando sus frutos. El consejero
Fabrizio Penna ha explicado a la Brújula Cotidiana: “Se necesita un diagnóstico
psicológico y un discernimiento espiritual: no podemos decir que todo depende
del diablo, pero tampoco podemos decir lo contrario. Si comprobáramos que
existe una perturbación espiritual en estos asesinos, encontraríamos una forma
grave de obsesión diabólica”.
Sus primeras
palabras a los investigadores inmediatamente después de la confesión fueron:
“Actué siguiendo un impulso superior, un demonio que me atormenta, como una voz
interior que me decía que matara”. Este es el escalofriante relato del joven
italiano de 16 años de la provincia de Bolonia que confesó el asesinato de su
compañera, Chiara Gualzetti. Y lo mismo ha reconocido otro joven de 35 años del
Véneto que mató a una camarera.
¿Qué se esconde
detrás de estos dos episodios sucedidos a pocos días de distancia? ¿Existen
realmente esas voces, esos impulsos incontrolables de matar? ¿Pueden tener
conexión con una dimensión demoníaca y no sólo psicótica? ¿Y cuál es el límite
que separa la psicosis de la enfermedad espiritual?
La Brújula
Cotidiana ha hablado de todo esto con Fabrizio Penna, doctor en técnicas
psicológicas, mediador familiar y consejero profesional, además de profundo
conocedor de los problemas espirituales.
Penna, una voz es
siempre una clara indicación, ¿no?
Palabras como
éstas no son necesariamente evidencia de acciones demoníacas o
psicopatológicas. Es necesario hacer un diagnóstico desde el punto de vista
clínico y un discernimiento desde el punto de vista espiritual. Tomando
prestadas las palabras de san Juan Pablo II, es necesario proceder con Fides et
Ratio: la fe debe estar siempre unida a la razón y viceversa, sin estos dos
pilares se corre el riesgo de terminar en el fideísmo o en el racionalismo.
¿Es muy probable,
entonces, que detrás de estos episodios haya un problema espiritual
extraordinario?
No es probable,
sino posible. El uso de los términos es fundamental en estos casos, la
probabilidad se basa en pistas bien evidenciadas en la historia que se recoge.
¿De dónde surge
esta posibilidad?
La posibilidad
surge del hecho de que entre los síntomas de quienes tienen verdaderos
problemas espirituales también puede estar el de escuchar voces que empujan a
hacer acciones contra su propia naturaleza, podría tratarse de obsesiones
demoníacas, pero repito que hay que evitar unir automáticamente las voces con
un problema espiritual, de lo contrario haríamos el ridículo. Hay que saber
descifrar las señales e indicios que sólo pueden recogerse mediante una escucha
atenta y competente.
¿Cuáles son las
señales de alarma?
Entre los indicios
están los comportamientos repentinos y extraños contrarios al propio carácter:
si hasta ayer uno se comportaba de una manera determinada y de repente aparecen
pensamientos obsesivos junto con compulsiones incontrolables hacia determinadas
acciones, hay que levantar las antenas e ir a investigar qué pasó justo antes
del cambio de comportamiento. Si el chico asegura, por ejemplo, haber estado en
una fiesta rave o haber participado en algunos rituales esotéricos, eso podría
ser una señal de alarma.
El chico que mató
a Chiara iba a terapia psicológica. ¿No
fue suficiente?
Los aspectos
psicológicos y espirituales se manifiestan en la misma zona, es decir, el alma,
que corresponde a la psique desde el punto de vista antropológico. Es necesario
razonar con una visión paulina, en el sentido de entender que la persona se
compone de espíritu, alma y cuerpo, de lo contrario es imposible entender los
problemas espirituales. No son niveles separados sino unidos, Santo Tomás de
Aquino los llamaría “synol”.
¿Es posible
trabajar en dos niveles? ¿Uno psicológico y otro espiritual?
Absolutamente sí.
El psicológico a través de un diagnóstico, el espiritual a través del
discernimiento. Las perturbaciones pueden ser psicopatológicas o espirituales
extraordinarias. Para distinguirlas es necesario formar a los que tienen que
hacer el diagnóstico o el discernimiento según una competencia específica.
¿Qué entendemos
por problemas espirituales?
Los problemas
espirituales pueden dividirse en tres tipos: la vejación, que se expresa a
través de manifestaciones físicas con síntomas que también pueden detectarse a
nivel médico; la obsesión demoníaca, que es la más compleja y se desarrolla a
través de pensamientos obsesivos recurrentes que llevan a la persona a hacer el
mal que no quiere en comparación con el bien que desea, y la posesión
demoníaca, que es extremadamente rara y lleva al espíritu del mal a tomar
posesión no sólo de los pensamientos, sino de toda la mente, desconectando
temporalmente la conciencia de la persona y ocupándola por completo.
Y en el caso de
los crímenes de estos días, ¿de qué podríamos hablar?
Si se demostrara
el problema espiritual extraordinario, estaríamos ciertamente ante una obsesión
demoníaca muy grave.
¿No sería
posesión?
99 de cada 100
veces, si una persona con obsesiones tan graves fuera sometida a una acción
espiritual eficaz –es decir una oración de liberación o un exorcismo-,
probablemente respondería también con una posesión demoníaca.
Cuando suceden
estas cosas, siempre se teme entrar demasiado en el terreno de la Iglesia y se
prefiere resolver etiquetándolo como un problema psiquiátrico. Siguen el
procedimiento de un dictamen pericial y luego el diagnóstico de enfermedad
mental. ¿No es un poco insuficiente?
Si el psiquiatra o
el psicólogo carecen totalmente de una formación que les lleve a tener en
cuenta no sólo los aspectos físicos sino también los metafísicos de la
realidad, no podrán, ni siquiera actuando de buena fe, hacer un
diagnóstico/discernimiento completo.
Pero, ¿están los
psicólogos de hoy en día preparados para reconocer también los trastornos
espirituales?
Existe un grupo de
psiquiatras y psicólogos que trabajan junto a exorcistas y que está creciendo
en Italia y en el mundo. Es una experiencia que les está haciendo descubrir que
los problemas espirituales, cuando existen, son eminentemente diferentes de los
psicopatológicos, porque los síntomas se manifiestan de forma atípica respecto
a lo que exige el DSM 5 (el manual de psicodiagnóstico). Hay síntomas que
pueden parecerse, pero no coinciden. Un psiquiatra argentino, el doctor
Héctor de Ezcurra, ha creado un cuadro comparativo entre los síntomas de
algunas psicopatologías y los de algunas “demonopatías” para que los expertos
en salud mental puedan hacer un diagnóstico diferencial.
¿Por ejemplo?
Si tengo
pensamientos homicidas constantes en todas las situaciones, descontextualizados
por un motivo, puedo pensar con cierta facilidad en una psicopatología, pero si
se desarrollan en determinados contextos o quizás después de haber tenido
contacto con situaciones espiritualmente relevantes, entonces se puede ir por
el camino de un trastorno espiritual. Además, algunos trastornos espirituales
se agravan en situaciones de oración o de proximidad a contextos de oración,
aunque la persona afectada no sea consciente de estar en esos contextos. Como
puede ver, se necesitan más pistas, y la Asociación Internacional de
Exorcistas ha escrito recientemente un libro para ayudar a los que se dedican
al discernimiento espiritual. Se necesita prudencia, humildad y caridad para
tratar este asunto y estas virtudes sólo pueden ejercerse si se domina el tema.
Sin embargo, en la
gran mayoría de los diagnósticos psicológicos de casos como éste, estos
aspectos se excluyen a priori...
Por eso es indispensable
que psicólogos y exorcistas trabajen en equipo. En Milán se ha creado un grupo
de trabajo interdisciplinar del que formo parte, formado por sacerdotes
exorcistas, psiquiatras y psicólogos. Yo mismo he participado en la formación
de algunos de mis colegas de psicología para ayudarles a comprender aspectos
que normalmente no se incluyen en ningún programa de estudios.
Es un poco extraño
escuchar que los sacerdotes colaboren con los psicólogos...
Extraño pero sano,
de hecho no podemos hacer que todo dependa del diablo, porque caeríamos en
el fideísmo y anularíamos el aspecto cristiano de la razón. Por el contrario,
si pensamos que todo puede resolverse sólo a través de actos de inteligencia,
que también son importantes pero no definitivos, la razón carecería de los
elementos que la completan. No podemos decir que todo depende del diablo, pero
tampoco podemos decir lo contrario.
¿Está dando frutos
esta colaboración interdisciplinar?
Sí, en las
colaboraciones se está viendo que, de entre las personas que contactan con un
exorcista porque creen que tienen problemas espirituales, en realidad sólo el
3% tiene problemas exclusivamente espirituales de origen demoníaco, pero
alrededor del 50% tiene problemas mixtos psicológicos y espirituales, y ambos
implican la intervención de un exorcista.
Bajo su punto de
vista, ¿por qué actuó un chico tan joven?
Los jóvenes están
muy expuestos: hay una cierta audacia relacionada con la edad y la ignorancia.
Los jóvenes se acercan a las sesiones de espiritismo o a los juegos esotéricos
como una broma o para divertirse. Todo esto abre puertas que luego son
difíciles de volver a cerrar.
¿Y la música, las
series de televisión y las películas? El chico de Bolonia dijo que estaba
fascinado por la serie de televisión de Netflix Lucifer.
Es algo que puede
preparar al niño para bajar cualquier tipo de defensa moral contra los peligros
de ciertas situaciones.
Si tuviera que
investigar el caso de Chiara, ¿qué haría para averiguar si ese chico tiene
problemas de obsesión espiritual?
Sería útil
investigar su vida y escuchar a la persona. Quizás resulte que había
participado en varias situaciones en las que recibió iniciaciones de tipo
esotérico que lo dejaron a merced de fuerzas superiores a él, sin que tuviera
las herramientas espirituales adecuadas para hacerles frente.
¿Y cuál es la
mejor herramienta para contrarrestarlos?
El que se opone al
espíritu del mal es uno solo: el Espíritu Santo. Lo que se necesita, por tanto,
es una visión pneumatológica existencial.
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